Según un estudio realizado por la Asociación Nacional de Industriales de Materiales Aislantes (ANDIMAI) junto con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), más de la mitad de los hogares españoles experimentan pérdidas de calor debido a un aislamiento térmico insuficiente o mal ejecutado, lo que supone un gasto energético desmesurado.

La principal consecuencia de un mal aislamiento térmico de la casa es la pérdida de energía, asociada a la pérdida de temperatura en el hogar y consecuente mayor emisión de CO2 de los equipos. El ruido, el polvo, la humedad y los cambios de temperatura son otros problemas asociados al mal aislamiento que pueden repercutir negativamente en nuestra salud.

Las fachadas y muros exteriores (30%), el tejado (25%), los suelos (10%) y las ventanas y puertas (20%) son algunos de los elementos constructivos en los que un mal aislamiento provoca más pérdidas de energía. El principal motivo es que están envejecidos o cuentan con puentes conductores, es decir, con puntos en los que el frío y el calor se transmiten más fácilmente que en el resto de la superficie. Estos puentes se suelen dar en elementos que están en contacto con el aire interno y externo a la vez (por ejemplo, las ventanas) o en aquellos fabricados con materiales de alta conductividad como el aluminio.

Hasta el 80% de las pérdidas de calor en la vivienda podrían reducirse mejorando el aislamiento de la casa, especialmente la fachada. "Una inversión que a medio y largo plazo se recupera", según indican los expertos. De esta manera, aislando las paredes de manera correcta, la temperatura interior del hogar se distribuirá homogéneamente, eliminando la sensación de "pared fría" y aumentando el confort.

Asimismo, un buen aislamiento en la casa resuelve problemas de humedades (sobre todo por condensación), la aparición de moho o la mala ventilación.

Además, gracias a un buen aislamiento energético, se consigue un hogar más eficiente, menos contaminante y con mejor certificación energética. De hecho, únicamente mejorando la envolvente térmica (es decir, aumentando el aislamiento en fachadas y cubierta), se puede conseguir que una vivienda de más de 30 años pase de tener una certificación energética E a una certificación tipo C. Esto se traduce en una reducción de impuestos y en un mayor valor de la vivienda para la venta y el alquiler.

Afecciones

Si enumeramos uno a uno los agentes externos que se perciben en el interior de las viviendas debido a la falta de aislamiento podemos encontrar cómo en la práctica totalidad de los mismos aparece un problema de salud relacionado con el mismo.

De este modo tendríamos que el ruido puede producir problemas en el sistema nervioso e insomnio, el polvo mal ambiente, alergias y problemas respiratorios, la humedad problemas en los huesos, aparición de hongos y mohos, alergias, problemas respiratorios y mal olor, los cambios de temperatura enfriamientos, cambios de humor, insomnio, y así una larga lista de afecciones que en último término están producidas por carencias en el sistema de aislamiento.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "anualmente 4,3 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire interior causada por el uso de combustibles sólidos".

Un hogar puede perder hasta el 80% del calor si la envolvente térmica no es la correcta