El programa Laguntza nació hace siete años con el propósito de prevenir y combatir el acoso escolar. Su implementación, explica Itziar Irazabal, jefa de Negociado de la Asesoría de Convivencia, "exigía la implicación del profesorado del centro, que debía ser formado, la creación de un equipo impulsor y el seguimiento del proceso de implantación".

En el curso 2020-21 se puso en marcha en 12 colegios de Infantil y Primaria y se formaron 395 docentes. Ahora bien, en este año académico se han incorporado al programa otros 34 centros (21 de Primaria y 13 de Secundaria) y más de 1.200 profesores recibirán la formación necesaria para tratar de mejorar las relaciones entre su alumnado.

El enfoque inicial ha cambiado y ha ampliado su mirada hacia la educación socioemocional. El reto es tan potente como necesario: acompañar cualquier conducta preventiva y dar recursos al alumnado para que tenga otra manera de tratarse. En otras palabras, ofrecerles formación para que adquieran el bagaje emocional necesario para afrontar la vida. Esta nueva perspectiva del programa Laguntza.

Precedentes

En Navarra, a partir del 2010, se reguló la convivencia en los centros educativos a través de varias normas: Decreto Foral 47/2010, de 23 de agosto, Orden Foral 204/2010, de 16 de diciembre; así como el Decreto Foral 57/2014 de 2 de julio, de derechos y deberes del alumnado y de la convivencia en los centros educativos no universitarios públicos y privados concertados de la Comunidad Foral de Navarra.

El programa Laguntza es una propuesta que invita a las comunidades educativas a realizar un recorrido que les posibilite reunir las herramientas necesarias para evitar con garantías de éxito los problemas de acoso o ciberacoso. Persigue que los centros educativos concreten y apliquen un programa de prevención e intervención, para el que la Asesoría de Convivencia del Departamento de Educación de Gobierno de Navarra facilitará los recursos y herramientas necesarios para detectar, diagnosticar, prevenir, reducir y/o eliminar las situaciones de bullying entre el alumnado. Para ello, requiere la implicación del profesorado del centro, la creación de un equipo impulsor (la comisión de convivencia o un Equipo Laguntza), y el seguimiento de un proceso de implementación que se esquematiza en el presente documento