Con el fin de minimizar la huella ecológica que genera el Nafarroa Oinez además de dejar en el lugar de la celebración un testigo permanente de la calidad ambiental, el proyecto de Oinez Basoa comenzó a coger forma en 2009 en Arbizu, después de que Patxi Lakuntza propusiera la idea a la ikastola Andra Mari, anfitriona de la fiesta de las ikastolas de Navarra. No obstante, la idea surgió un año antes en Jaso Ikastola, que no logro materializarla por falta de tiempo. Desde entonces, se han creado otros 10 bosques en Tafalla, Tudela, Sangüesa, Baztan, Andosilla-Sartaguda, Lesaka, Altsasu, Arguedas y Barindano Antzi en Estella, en los cuales se han plantado más de 51.000 árboles.

Este año esta iniciativa ligada a la sostenibilidad vuelve a Arbizu, con nuevas plantaciones. Además, se crearán observatorios de aves. Para ello, la Fundación Nafarroa Oinez, la ikastola Andra Mari y el Ayuntamiento de Arbizu firmaron un convenio esta misma semana para el desarrollo del Oinez Basoa de Arbizu. Así, en el marco del acuerdo, se plantarán 80 robles, 20 arces, 20 castaños traídos de Galicia y 5 castaños autóctonos.

En relación a los observatorios de aves, que estarán integrados en el bosque, tendrán una capacidad cada uno para 30 personas con el fin que puedan albergar un aula completa. Y es que se quiere utilizar como recurso pedagógico a través de visitas y otras actividades con el alumnado, según explican desde Andra Mari. La ikastola también se encargará de la conservación de los árboles plantados, el mantenimiento de los observatorios y de la barrera además de la plantación de nuevos árboles. El Ayuntamiento de Arbizu, por su parte, se compromete a la limpieza del bosque y el mantenimiento del cercado.

La plantación iniciada por Andra Mari Ikastola la continuó Paz de Ziganda, que organizó el Nafarroa Oinez de 2010, 5.200 árboles en total de diferentes especies como nogales, fresnos, arces, robles, alisos, abetos, secuoyas y castaños que están creciendo y junto a ellos, nuevos proyectos de importante valor medioambiental. Al respecto, se habilitaron dos balsas para mejorar el hábitat existente para los anfibios, en especial para la rana ágil (Rana dalmatina). 

Este proyecto tiene una dimensión universal y participativa. Y es que se pretende involucrar a miles de personas y entidades con el objetivo de contribuir a la recuperación medioambiental y de la lengua vasca. 

Recurso pedagógico

Estos bosques se han convertido a su vez en recursos pedagógicos para la labor educativa de las ikastolas. Prueba de ello es el innovador proyecto de investigación que se puso en marcha en el curso 2012-2013, en colaboración con el grupo de Gestión y Manejo Sostenible de los Suelos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y Biociencias de la UPNA. El objetivo era evaluar el secuestro de carbono atmosférico generado por el bosque y los beneficios ambientes del Oinez Basoa de Tafalla. Posteriormente, en el curso 2017-2018, se firmó un acuerdo con la UPNA en torno al desarrollo pedagógico de la red de bosques Oinez. Dicho acuerdo recoge varias actuaciones: la monitorización de parámetros ambientales y propuestas participativas para la educación ambiental en el Oinez Basoa de Tafalla con la participación de los profesores Iñigo Virto y Bosco Imbert así como alumnado y profesorado de la ESO. 

El pasado curso se trabajó con el alumnado de Bachillerato de Paz de Ziganda ikastola en una investigación similar llevado a cabo en Oinez Basoa de Arbizu, premiada en el concurso organizado por la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo.