No necesitan caña para pescar. Tampoco pita, anzuelo ni cebo. Les sobran hasta los peces. Una soga con un potente imán atado al extremo les bastan para lograr capturas sorprendentes: alcantarillas, bolardos, candados, motores, chuchillas de afeitar, pilas, bicis, hachas, layas, herraduras, la Play Station, tornillos a mansalva, pistolas, balas o bolas de cañón. De todo. 

Sus imanes atraen cualquier cosa metálica del fondo del río y a multitud de curiosos en superficie. Animan las tardes de vecinos y peregrinos en el puente de la Magdalena. El Arga ahí es generoso y de sus aguas Rafa Telletxeay Mael Serra han rescatado un centenar de bolas de cañón de distintos tamaños y hasta un obús. Se emplearon hace 150 años en la tercera guerra carlista. Muchos hallazgos tienen historia. Otros son solo basura. En ambos casos, una buena captura.

Así se pesca una bola de cañón del Arga

Así se pesca una bola de cañón del Arga Mikel Bernués

“He sido pescador toda la vida, y lo que más asco me ha dado es ir por las orillas y ver el río lleno de mierda. Con esto realizamos una labor encomiable”, considera Rafa Telletxea, pamplonés de 51 años que se remite a los “dos contenedores enormes” que ha llevado a centros de reciclaje. “Por lo primero que hacemos esto es porque limpias el río. Y luego te va comiendo el gusanillo de qué es lo siguiente que vendrá pegado a tu imán”, dice.

Telletxea se aficionó a este mundo el pasado verano con Youtube. “Esto empezó por la zona de Holanda, que hay mucho canal, bicicletas, etc. Te llega un vídeo, y otro, otro... he visto sacar tantas cosas extrañas que dije, ‘me voy a comprar un imanillo’”.

Primero se hizo con uno pequeño. “Sacas cuatro tornillicos y te picas, ‘esto no es lo que yo veo en los vídeos’”. Invirtió más dinero y ahora tiene un imán cuya fuerza de tracción alcanza los 1.600 kilos, de los más potentes del mercado para este tipo de usos. 

De ‘Youtube’ a ‘Youtube’

En su indumentaria de pescador no falta una cámara amarrada a su frente. Lo que comenzó en Youtube sigue en el mismo canal, ahora con sus vídeos. En @imanesalgua da cuenta de sus hallazgos. “No soy experto ni hago ninguna maravilla de vídeos, pero corto, edito... me entretengo. Llevo 8 meses y tengo 100 seguidores. Si la gente se lo pasa igual de bien que yo viendo otros vídeos, encantado. No tengo intención de hacerme rico con Youtube. Sobre todo es dejar constancia de lo que hay, de las limpiezas que hacemos”.

Y reconoce que familia, amigos y compañeros de trabajo bromean con su “pedrada”. “Pero cada vez que les enseñaba cosas raras a los del trabajo, ni uno se perdía el vídeo. A uno de mis hermanos le interesa porque también le gustan las cosas antiguas. Mis hermanas lo ven y se ríen. Y mi mujer me dice que estoy loco, pero que si estoy en el río y me lo paso bien, pues encantada. Mejor que en el bar. A mí estar en el campo al lado de un río siempre me ha gustado”, asegura.

Con objetos sin valor arqueológico como viejas herraduras o layas, “las limpio bien, trato de restaurarlas y me estoy creando mi museito de cosas rescatadas en el río”. Con balas de cañón, munición y armas –ha sacado dos del río Sadar, una de ellas de dos cañones, y una tercera en el Arga a la altura del cementerio– es otra historia. “Como todas las he encontrado en Pamplona, he llamado a Policía Municipal y ellos han hecho la entrega al departamento correspondiente de la Guardia Civil. Si están inutilizadas, espero poder recuperarlas”, confía. 

Llegar a otra basura

Mael Serra, de 19 años, siempre ha ido a limpiar el río con su padre. Con esa intención, también a raíz de vídeos de Youtube, se pasó a esta modalidad con su amigo Ibon Soteras. “Cuando vas por las orillas limpiando plástico, el metal no lo retiras. Es una manera de llegar a otros tipos de basura”, dice. 

Ellos fueron los primeros en lanzar su imán desde la Magdalena. Sacaron el cargador, con una sola bala, de un mauser de la Guerra Civil. “Fue el primer hallazgo interesante, y lo que nos hizo seguir aquí”, reconoce. “Salió otro peine, esta vez con todas las balas. Unos días después una pieza de un mosquete, seguramente de la Guerra de Independencia. Empezamos a venir más y a sacar bastantes bolas de cañón”. Esto “engancha” porque “la emoción de sacar algo que lleva perdido mucho tiempo te hace volver”, y comparten su pesca en la cuenta de Instagram @Magneto Anglers

Su presencia en el puente comenzó a llamar la atención “de gente que tenía imanes en casa o se compraba imanes y venía. Por una parte está bien y por otra no. No porque nos quiten las cosas, sino porque nosotros las entregamos y tenemos la conciencia de qué hacer con cada cosa. Hemos tenido charlas con las autoridades responsables y tenemos un protocolo. Al ser una actividad alegal, el problema es que te puedes llevar un obús a casa. Los de la III Guerra Carlista suelen estar vacíos, pero los de la guerra Civil pueden conservan la pólvora y el poder explosivo”, advierte. También lamenta que hay quien “viene a buscar cosas arqueológicas para vender. Y además de que es ilegal, la basura la vuelven a echar al río. Nosotros nos dedicamos a limpiar el río, y si salen cosas las entregamos porque es lo correcto”.