El pasado 20 de mayo, Imanol Arregui vivía su último partido como entrenador del Xota. Más que vivir, lo sufría. El equipo de Irurtzun salvaba la categoría in extremis, con un empate ante el Betis, y la lógica alegría se mezclaba con un sentimiento de tristeza y abatimiento sobre la pista tras una dura temporada. El entrenador navarro estaba feliz por dejar al equipo un año más en la Primera División –y ya van 26 campañas–, pero rompía a llorar porque sabía que ese era su último baile con el club de sus amores.

Imanol no se olvida del Xota y el Xota no se olvida de Imanol. Es un técnico que ha dejado huella. Entró con 15 años como portero, ha permanecido 37 vinculado a la entidad y los últimos 22 ha estado al frente de su banquillo. Por eso ayer, en el descanso del encuentro ante el Barcelona, recibió un más que merecido homenaje delante de la afición presente en el pabellón Anaitasuna. Esa que tanto le ha aplaudido y arropado en infinidad de tardes de fútbol sala.

“Esto continúa, no hay tregua, ¡vamos, hostia’!”. Con la vehemencia que le ha caracterizado siempre, Imanol Arregui ponía así punto y final a las palabras que dirigía al público asistente. Antes, el Alex Fergusson del fútbol sala navarro, como bien se le definió antes de saltar a la cancha, había sentido el reconocimiento de entidades, clubes e instituciones. Así, recibió camisetas de la Asociación Deportiva Lardero, de su rival del día de ayer, el Barça, y de la Federación Española de Fútbol –cuyo representante no pudo evitar escuchar algún que otro silbido en la grada–. Asimismo, fue obsequiado con placas y otros objetos por parte del CA Osasuna a través de César Muniain; y de la Federación Navarra de Fútbol por medio de su presidente, Rafa del Amo. Ahora bien, las lágrimas le brotaron cuando Txuma Sangüesa, delegado y amigo, y posteriormente Tatono Arregui, presidente y hermano, salieron a abrazarle y a entregarle sendos reconocimientos.

“Me gustaría agradecer a todo el mundo el que yo haya podido disfrutar estos 22 años de lo que más me gusta, que es el fútbol sala”, comenzó diciendo el técnico de Irurtzun. “También al club, por permitirme ser un privilegiado, y a los que se han comido momentos malos durante este tiempo”.

Finalmente, el sentido de sus palabras fueron para la afición: “A todos vosotros, muchísimas gracias”.

Desde su asiento, esta vez desde el palco por exigencias del guion, seguro que Imanol sufrió como el que más. Como cualquier aficionado. Seguro también que se ilusionó con lo que vio en la pista y se quedó tranquilo sabiendo que ha dejado al Xota en muy buenas manos.