El comodín del portero-delantero
el extremo del cortes, carlos blasco, tuvo que ponerse los guantes en el minuto 15
tiene el Cortes un jugador especial en su plantilla. No es el prototipo de futbolista que desequilibra, ni el llamado a salvar a su equipo. Es Carlos Blasco (25-5-1992), un joven jugador de la casa que tiene la cualidad de poder actuar tanto de portero como de delantero. El domingo, en el campo del Celta B, le tocó ponerse los guantes en el minuto 15 por lesión de Ricardo Viamonte, que había disputado todos los minutos de la Liga hasta ese momento.
Él lo lleva con naturalidad y el entrenador, Rubén López, lo utiliza de comodín. En más de una ocasión, en lugar de convocar a un portero para el banquillo, cita a Carlos Blasco y tiene la opción de contar con un delantero y con un portero en una sola persona. "Yo jugaba como portero hasta hace cuatro años, pero tengo una lesión en los hombros y se me salen con frecuencia. Por eso iba a dejar el fútbol, pero me propusieron probar como delantero y me gustó. Este era mi primer año en Tercera, aunque ya he debutado tanto como portero como de jugador en otras temporadas y hasta marqué un gol la pasada campaña. Mi objetivo este año era aprender y a partir de ahí luchar por hacerme con un puesto en el equipo de mi pueblo", señala, ya que está estudiando en Huesca Magisterio y Educación Física y no puede acudir a todos los entrenamientos.
El míster convocó a 20 jugadores para el partido ante el Celta. A los 15 minutos Ricardo sufrió una luxación de codo. Me tocó ponerme y la verdad es que mis compañeros me ayudaron mucho. Hasta el minuto 75 fuimos 0-0, pero en un disparo desde lejos me metieron gol. La cabeza me protege la lesión y me impide tirarme como lo hacía antes. Al final, en el 90, me marcaron el segundo".
El Cortes ya llevaba una desventaja de dos goles desde la ida, ya que perdió 0-2. "Lo teníamos complicado, pero lo intentamos hasta el final. Hemos disfrutado de la experiencia. A partir de ahora hay que pensar en la permanencia de nuevo como primer objetivo y, una vez conseguido, lo que se pueda". De toda la experiencia se queda "con haber visto lleno el campo del Cortes en la ida, con el ambiente que se vivió, y con la afición que se desplazó a Vigo, porque se le oía más que a la de allí".
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