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En familia

en el oberena-mutilvera coincidieron tío y sobrino y una pareja de hermanos

En familiaFoto: iban aguinaga

El encuentro entre Oberena y Mutilvera del pasado sábado fue un choque en familia. A la coincidencia de dos hermanos con camiseta diferente, Íñigo García Colomo, manguiverde, y Alberto, de la Mutilvera, se une la presencia en el campo de dos generaciones de Guembe: Adrián Guembe (19 años), de Oberena, se enfrentó a su tío segundo, Alejandro Guembe (30 años), que es primo de su padre y juega en la Mutilvera. Con tanto parentesco, el choque terminó de la mejor manera posible para dejar a todos contentos: empate a uno.

Adrián Guembe acaba de llegar al equipo de Tercera de Oberena, club en el que ha jugado desde pequeño. Conoce a Alejandro de verlo en Obanos, la villa de donde es su padre y también Alejandro, donde él también veranea habitualmente. "Me acuerdo que de pequeño iba con mi padre a ver a Alejandro a Tajonar cuando jugaba en el Promesas, pero nunca había pensado que podía coincidir con él en un partido", comenta Adrián Guembe.

Lo mismo le pasa a Alejandro Guembe. Se da la circunstancia de que el padre de Adrián también jugaba a fútbol. Muchos se acordarán de José Mari Guembe, capitán del Numancia que jugó la Copa del Rey ante el Barcelona y también jugador de Lérida, Mollerusa, Calahorra... En el equipo de Soria jugaba con Jorge Barbarin, Roberto Ayensa, Iñaki Murillo, Alberto Artigas y Miguel Ángel Lotina era el entrenador. Llegaron a jugar en el Nou Camp. "Me suele ir a ver a todos los partidos y me da bastantes consejos, me dice las cosas que hago mal en los partidos para que mejore", comenta Adrián.

Alejandro Guembe se acuerda de seguir a José Mari, su primo y padre de Adrián desde niño. "Me acuerdo que también cuando era pequeño tenía un primo futbolista, que era el padre de Adrián, y me fijaba en él, porque llegó a ser prácticamente profesional, y tuvo una etapa en el Numancia muy bonita. Sabía que tenía un hijo que jugaba a fútbol, pero nunca pensé que coincidiría con él en un campo de fútbol. Además, me hace especial ilusión porque Adrián juega en Oberena, y yo estuve ocho años en Oberena, allí jugó también mi hermano...".

La situación de cada uno es diferente. Alejandro Guembe, con 30 años y experiencia de ocho años en Segunda B, es uno de los mejores jugadores de la categoría. "Ahora lo ves todo diferente. Vi de cerca el profesionalismo en el Promesas, Gramanet o Burgos, pero ahora ya lo que quieres es disfrutar, que es la filosofía también de nuestro entrenador", apunta Alejandro. Para Adrián, la Tercera es un mundo por conocer. "Es que es mi primer año en Tercera y no pensaba que iba a jugar tanto de inicio por venir del juvenil".

En el caso de los García Colomo, era la primera vez que se iban a ver las caras. Uno juega en la banda izquierda y otro en la derecha, por lo que de haber estado los dos en el campo, se habrían visto las caras. Íñigo, el pequeño, intentó sonsacar información a su hermano a lo largo de la semana, pero sin fortuna. Alberto finalmente no entró en la citación y se vio en la grada aplaudiendo el gol que le marcaban al equipo de su hermano. "Yo he jugado muchos años en Oberena y conozco a la mayoría de la plantilla, pero juego en la Mutilvera y el empate nos vino bien, porque además fue al final del partido y todo lo que sea sumar al final de la temporada se nota. La pena es que no ganamos, porque queríamos haber jugado la semana que viene con el Izarra con todo ganado, pero habrá que hacer bueno el punto de Oberena ganando en casa", apunta Alberto.

Íñigo reconoce que las bromas fueron constantes la semana anterior. "Fue divertida. Yo, como soy el pequeño, le pedía información. Además, siempre que no tengo partido le voy a ver y, soy aficionado del Mutilvera, como quien dice, y los conozco. La pena es que no coincidiéramos en el campo. Y sobre todo que nos marcaran al final el gol del empate, porque hicimos un buen partido. Aun así, nos da moral para la semana que viene, porque nos toca Osasuna". Sus padres parece ser que se decantaron por el pequeño, ya que era el que jugó, "aunque para ellos el resultado era lo de menos".