El 1 de noviembre de 2014 Xabi Arcaya sufrió su tercera lesión de ligamento anterior de la rodilla, dos en la izquierda y la última, en la derecha. Tuvo la suerte de ser operado relativamente pronto y antes de cumplirse el año, el jugador del Pamplona ya ha reaparecido. “Nueve meses y medio”, puntualiza.

Fue el 26 de septiembre, en el partido ante el Cirbonero. Salió como titular. Tenía muchas ilusiones puestas en su regreso. No quería precipitaciones. Ya sabe qué es eso. Ya había pasado en dos ocasiones más por ese proceso. La primera vez, siendo todavía un cadete, cuando se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. La segunda, hace dos temporadas. Se volvió a lesionar la misma rodilla en octubre y reapareció en abril de 2014.

El 1 de noviembre de 2014 volvió a lesionarse en un partido ante Osasuna Promesas. Otra vez, la misma lesión, pero en la rodilla derecha. Otra operación. Otra temporada en blanco. Llegó casi a punto al inicio de esta pretemporada. Por fin, en la quinta jornada, volvió al campo para ser titular. Pero no todo iban a ser alegrías. Le esperaba un percance. Un choque con un rival hizo que a los 28 minutos tuviera que ser sustituido. “Solo fue el susto. Ahora tengo que descansar dos semanas pero enseguida estaré otra vez en condiciones”.

Recuerda su regreso. “No era nada nuevo volver, así que salí al campo tranquilo. Me sorprendió ser titular, pero es cierto que llevaba bastante tiempo entrenando bien, tenía ritmo de entrenamiento y me sentía fuerte. Al principio las sensaciones eran raras. Después de ver tanto tiempo a mis compañeros desde la grada, de repente estar en el campo es algo que choca. Intentas jugar sencillo. Pero en tanto tiempo de recuperación he intentado compensar bien la fuerza y espero no tener problemas”.

La primera vez volvió en siete meses. Ahora han pasado nueve y medio. “Esta vez me dije a mí mismo que no iba a tener prisa. Conoces ya las fases que hay y he tenido paciencia”.

Si tiene que comparar las últimas dos recuperaciones, no tiene dudas. “Mucho más dura la segunda”. Y explica: “Tuve más dolor y mentalmente no estaba preparado para una segunda lesión seis meses después de la primera. Me hundí. El principio fue muy duro, muy lento, no sientes mejoría. Después, cuando vas quemando etapas, eres algo más optimista. Al cuarto mes ya podía hacer alguna cosa con balón. A un futbolista lo que más le gusta es la pelota y verte con balón animaba”.

Ahora ya ha olvidado la lesión. A partir de este momento, quiere disfrutar. “He estado mucho tiempo trabajando en solitario. Ahora quiero sentirme futbolista de nuevo. Necesito vivir sensaciones, entrenar, jugar... Ha sido muy duro”.

En este tiempo no le ha faltado el apoyo de su familia. “Me han ayudado bastante. Hay días que lo ves todo negro, otros estás más ilusionado... Pero estos nueve meses y medio no se los aconsejo a nadie”.

probó suerte en grecia Una alegría tuvo en este largo proceso. En julio le llamaron para probar suerte con un equipo griego de Segunda División, el Niki Volos, que acababa de descender de Primera. “Después de ocho meses lesionado, me salió una oferta. No estaba al 100%. Estaba al 60%, pero ante una ocasión así el 13 de julio me marché a Grecia. Estuve dos semanas probando. Ellos terminaron contentos y pude fichar, pero mi rodilla no estaba bien, allí hay mucho fútbol de contacto y preferí terminar mi recuperación aquí. Si me hubiera llegado la oferta una vez recuperado, tal vez ahora estaría en Grecia, pero las cosas llegan cuando llegan, y aquel no era mi momento”.

Que su hermano Jokin estuviera en Grecia suponía un gran apoyo. “Mi ciudad estaba a dos o tres horas de la suya, viví la experiencia, pero tomé la decisión de no seguir. Al final nos volvimos los dos en el mismo vuelo”. Jokin juega actualmente en el Toledo y Xabi, de 21 años, quiere volver a disfrutar del fútbol en el Pamplona, mientras continúa sus estudios a distancia de técnico deportivo.