pamplona - Sergio Sánchez era feliz hasta hace un mes. Se había adaptado bien a su vida en Pamplona y había conseguido la confianza del míster para convertirse en uno de los jugadores importantes de la plantilla. El pasado lunes anunció que debe dejar el fútbol por una hipertrofia en el ventrículo izquierdo. “Todavía lo estoy asimilando. Me está costando un poco”.
¿Cómo empezó todo?
-Nos hicieron unas pruebas rutinarias a todo el equipo a principio de mes. Al día siguiente, cuando fui a entrenar, el entrenador me dijo que tenía que ir a hablar con el médico y éste me comentó que habían visto algo raro en mi corazón, que por precaución dejara de entrenar. El día 11 me hice una resonancia cardiaca y se confirmó que lo que tenía me iba a impedir seguir jugando a fútbol.
¿Desde el principio le dijeron que dejara de jugar?
-Cuando me dieron los resultados, me comentaron que este año al menos debía dejar el fútbol para seguir haciéndome pruebas.
¿Cómo se asimila una noticia así?
-Cuando me lo dijo, ni me lo creía, porque ¿quién se espera esto? Estaba con mis padres y al principio se me cayó el mundo encima, fue un palo para todos, porque estábamos muy ilusionados. Pero he ido asimilando la noticia poco a poco. Es lo que tiene la vida, que pasan cosas y hay que asimilarlas, aunque cueste.¿Había notado anteriormente alguna molestia?
-No, nada. No había notado ninguna molestia y menos en el momento en el que estaba ahora, que físicamente me encontraba muy bien y estaba jugando bastantes minutos.
¿Le han comentado cuál puede ser el origen de la dolencia?
-Puede ser que sea genético, de nacimiento, pero todavía no se sabe.¿Intenta ser optimista?
-Hay que ser optimista siempre. Si hay alguna esperanza, hay que agarrarse a eso, pero, vaya, no es nada fácil. Soy realista con lo que hay.
¿Le han dicho los médicos si conocen otros casos parecidos?
-No, no conocen.Estos contratiempos no vienen bien en ningún momento, pero en su caso, todavía menos.
-Estaba disfrutando mucho del momento en Pamplona, estaba muy a gusto con los compañeros y el ambiente increíble que hay en el vestuario del Promesas. Eso me había ayudado mucho para adaptarme. Y físicamente me encontraba muy bien y estaba con una ilusión enorme. Llevaba seis goles y el equipo estaba haciendo las cosas bien.
Ha luchado siempre, salió joven de casa...
-Sí, hice un buen Campeonato de España con la selección sub-16 y me fichó el Madrid. Después me gustó mucho el proyecto de Osasuna y estaba muy ilusionado. Coincidía, además, que estaba cerca de casa, y estaba muy contento en Pamplona, vivía con Juan Pérez, el portero, y estaba contento con los compañeros y con todo.
¿Le afecta en el día a día?
-Puedo hacer vida normal y deporte con los amigos. Intento ocupar el tiempo para no estar pensando todo el rato en ello.
Se han multiplicado las muestras de apoyo este fin de semana.
-Ha sido increíble. No me lo esperaba. Osasuna, las pancartas, los mensajes, los goles, la victoria... Estoy muy agradecido. Tuvimos cena y me regalaron una camiseta firmada. No me queda más que darles las gracias y que sepan que cada dos por tres voy a estar allí viéndoles.