pamplona - Tras casi 80 años de historia, el Iruña abre sus puertas de la presidencia a una mujer. A María Ostiz ya se le puede ver en todos los campos de Tercera División. Si el Iruña tiene que descender a Autonómica arrastrado por el Promesas y el contrato de filialidad con Osasuna, tendrá que afrontar la primera situación difícil. Confía en que no ocurra.

¿Qué le animó a aceptar la propuesta de ser presidenta del Iruña?

-Llevo en el Iruña desde 2009. Empecé con el tema del voley y cuando me propusieron acceder a la presidencia me pilló de sorpresa, pero lo afronté como un reto nuevo, haciendo historia, como primera mujer que llega a la presidencia del Iruña, y tampoco me lo pensé mucho.

¿Qué le puede más la responsabilidad o la ilusión?

-Somos un club muy familiar y estoy respaldada por un equipo directivo muy bueno y con mucha experiencia. Así que me pudo más la ilusión y las ganas de trabajar. Por lo que dicen, querían un cambio. Estamos todos en la directiva por amor al arte y se necesita trabajar muy a fondo. Hace falta dedicación, porque lo hacemos en nuestro tiempo libre. Pero estamos con mucha ilusión para trabajar y que las cosas salgan bien. La filosofía del club es preparar a la gente para la vida. Son deportes que se hacen en equipo y la vida es un continuo trabajo en equipo, además de enseñar los valores a los chavales. Y a partir de ahí, que crezcan deportivamente.

¿Ser la primera mujer es un reto?

-Es un reto más y una oportunidad que me ha dado la vida. Nunca en la vida me hubiera imaginado ser presidenta. Te metes en un club por afición, porque estás a gusto, porque quieres trabajar en otras cosas... Para mí fue una gran noticia y reconozco que me halaga que la gente deposite la confianza en mí.

¿Cómo llegó al Iruña?

-Llego con Rafa Hernández, que era el presidente. Se había creado la sección del voley femenino, que tuvo seis ascensos consecutivos y se necesitaba gente en la gestión. Era introducirme en un mundo nuevo, que no conocía, y me dediqué a la parte de la gestión, la parte administrativa. Empecé en Superliga 2 femenina y nos plantamos en la máxima categoría. Era un campo que no conocía, pero que me acabó gustando y me permitía relacionarme con mucha gente.

Le tocaron los años buenos y los difíciles.

-Sí, los años boyantes y los menos buenos. Mantener un equipo en la máxima categoría, de cualquier deporte, es muy complicado. Dependes de patrocinadores y conlleva mucho trabajo. Al final se decidió quitar el primer equipo en voley y mantener las bases, porque el objetivo era introducir el voley en Navarra.

La presidencia ahora incluye tanto la sección de fútbol como la de voley.

¿Suele ir a ver los partidos del Iruña en Tercera?

-No me pierdo ni uno. Mientras mi vida personal me permite, intento acudir en la medida de lo posible a todos los partidos.

¿Le ha tocado presentarse ya en otros campos como presidenta?

-Sí, pero no me ha resultado una situación diferente, porque ya llevaba viajando con el Tercera dos años y conoces a la gente del equipo contrario. También intento escaparme a algún partido de la base y dedicar tiempo a la vida personal, pero es cierto que sacrifico muchas cosas. Pienso que si adquieres un compromiso, estás representando a un club y algo te sacrificas. Pero, vamos, que lo hago encantada.

Es la segunda presidenta al frente de un club de fútbol, después de Natalia Belio en el Cortes. ¿Es un paso más hacia la igualdad?

-Efectivamente. ¿Por qué no una mujer al frente de un club deportivo y de un club de fútbol?

¿Se avecinan tiempos difíciles en la sección de fútbol? Osasuna Promesas está en puestos de descenso y, en el caso de bajar, empujaría al Iruña, que es segundo, a Autonómica.

-En el momento en el que firmamos un convenio de filialidad, sabemos a qué nos exponemos. Pero mientras matemáticamente exista la posibilidad de salvación del Promesas, estoy convencida de que se van a salvar.

Pero estando en la presidencia de un club, supongo que la altura de miras va más allá del día a día.

-Es un tema en el que trabajaremos cuando llegue el momento. Queda muy poco de temporada. Esa duda se va a despejar en breve. Cuando esa duda se despeje, trabajaremos en una dirección o en otra, si el equipo va a estar en Tercera o en Autonómica.

¿El convenio con Osasuna podría peligrar en el caso de que el Iruña esté en Autonómica ?

-No. Va más allá de la categoría en la que esté el primer equipo del Iruña. En principio no hay ningún peligro. Somos el único equipo de Tercera que no tenemos campo propio. Las circunstancias nos llevaron a firmar un convenio de filialidad con Osasuna y no peligra en función de la categoría.

¿Es prioritario el tema de las instalaciones?

-Sí, es prioritario poder seguir jugando en Tajonar. Lo que nos mueve es seguir ofreciendo la posibilidad de jugar a los 190 chicos que tenemos en fútbol y a las 60 chicas que tenemos en voley.