pamplona - Es habitual encontrarse con sagas en el mundo del deporte. Padres que inculcan la afición a sus hijos y esa ilusión es transmitida hasta los nietos. Pero no es tan común encontrar tres generaciones con la misma pasión en la disciplina del arbitraje. Y la tenemos en Navarra. La inició en 1962 José Ángel Paz García, que llegó a ser un destacado colegiado de Primera División. Continuó su hijo Patxi Paz Layana en 1988 y alcanzó la Primera Regional. Ahora se estrena con el silbato su nieto Alejandro Paz Urrutia, un chico de 16 años que acaba de debutar en los Juegos Deportivos. La tercera generación de árbitro en la familia.
No se recuerda una saga como esta, que llena de orgullo a las tres generaciones. “Estoy satisfecho que tanto mi hijo como mi nieto se hayan decantado por el arbitraje. A mí me gustó mucho, he aprendido mucho del arbitraje, sobre todo valores. Mi hijo lo vivió en primera persona, cercano, viendo la evolución del padre y casi nos retiramos a la vez. Al nieto le suscitó el interés oírnos contar anécdotas y se apuntó”, comenta José Ángel Paz, que llegó a Primera División, donde estuvo cinco temporadas, hasta retirarse por el tema de la edad.
Patxi Paz Layana también es un apasionado del arbitraje y así se lo transmitió a su hijo: “En la familia el tema del fútbol está presente siempre y no me sorprendió cuando Alejandro se apuntó en el Comité de Árbitros. Yo le animé porque tiene aptitudes, le gusta el fútbol y, aunque está empezando, apunta maneras. Tiene que disfrutar y cogerle el gustillo. Hay cosas muy bonitas, como los valores, que se pueden aplicar a la vida diaria, y los amigos que va a encontrar”.
Alejandro Paz Urrutia acaba de estrenarse. La vocación la tiene dentro. Le ha nacido en casa. “He vivido esa pasión por el arbitraje y en cuanto cumplí los 16, la edad mínima, me apunté al curso. Pasé el examen teórico y el físico y cada vez te vas preparando, sobre todo con mi abuelo, que viene a verme y me dice en qué tengo que mejorar. Tanto mi padre como mi abuelo me dan consejos y me hacen una crítica constructiva, para intentar que no repita los fallos y tener un arbitraje más limpio”.
José Ángel Paz García, acostumbrado a lidiar con equipos de Primera División en los años 80 y 90, es ahora vocal de información en el Comité Navarro de Árbitros. Está acostumbrado a evaluar a los chicos que empiezan en el mundo del arbitraje. “Yo llevo la información técnica en el comité. Analizo los errores de los nuevos, que son cosas más estéticas que técnicas. La colocación, la forma de hacer los cambios... Hay pequeños detalles. En el terreno de juego era una persona muy tranquila, pero al ver arbitrar a mi hijo sufría más, porque te gustaría que fuera perfecto, pero aquí perfecto no somos nadie. Y ahora que veo al nieto, me parece que tiene formas. Y la suerte que tiene es que comentamos las jugadas y eso le empapa. Como a todos los noveles , les corrijo y les apoyo. Voy a informarles y a formarles, no para sacar los defectos, sino para potenciar sus grandezas. Les digo que soy como su abuelo, y ahora soy el abuelo de verdad de uno”.
El arbitraje hizo especial la relación padre hijo para Patxi Paz. “Mi padre siempre que podía venía a verme arbitrar y me corregía cosas. He tenido suerte de que esa relación padre-hijo ha sido más cercana. Siempre me hacía críticas constructivas, animándome a seguir. Ahora, cuando vamos a ver a su nieto, el abuelo es más técnico a la hora de corregirle. Yo disfruto viéndolo. Es revivir lo que tú has sentido y a veces hasta me gustaría estar en su lugar, aunque han cambiado muchas cosas. Nosotros hacíamos las actas con calcos y ahora lo hacen todo por ordenador y ya no pasan los entrenadores o los capitanes a firmar el acta”.
Alejandro Paz está encantado. “Debuté en un San Jorge-Aurrera KE, de Segunda Cadete de Juegos Deportivos. El partido terminó 0-4 y saqué dos tarjetas. No fue un partido difícil. Llevo cinco partidos. La experiencia está siendo bonita, porque continúas con la saga de tu padre y tu abuelo y me gusta el fútbol”.
En casa de los Paz se respira fútbol. Y se nota quién es el que más sabe cuando están viendo un partido de fútbol en la tele. “Si hay alguna jugada polémica, un fuera de juego o un penalti, cada uno da su opinión, pero siempre es el abuelo el que acierta”, confiesa Patxi. “Cuando la revisan, ha dado en el clavo. Siempre le decimos que sigue siendo árbitro. Lo lleva dentro y se le nota. Sé cómo trata a todos los chavales que empiezan desde su puesto en el Comité y veo que tiene muchos nietos. Con qué cariño les enseña. Eso te da una persona que sabe y le gusta lo que habla”. Alejandro coincide: “Tengo suerte de que sea mi abuelo, porque sabe mucho y lo demuestra cada vez que vemos un partido juntos. Podemos discutir si ha sido fuera de juego, si ha sido penalti, pero al final siempre acaba acertando él. Se nota la experiencia”.
José Ángel Paz García
“Tomar decisiones fortalece tu personalidad”
José Ángel Paz García sólo ve ventajas al arbitraje y así lo transmite a su nieto y a todos los que están empezando. “Les inculco técnica, que sepan el reglamento, que sepan aplicarlo, que sean tranquilos y respetuosos para que les respeten... son los códigos éticos del arbitraje. El árbitro es juez, notario, cronometrador, deportista... El arbitraje está lleno de valores y me ha servido en la vida laboral y personal, porque tomar decisiones en el campo sirve para fortalecer tu personalidad. Además, a mí me ha permitido viajar y convivir con gente diferente. Es una expansión para los chicos jóvenes, un trampolín estupendo. Para eso hay que pasar el filtro del tecnicismo, porque compites con compañeros como tú: en el campo te ve un informador, en el comité, te ponen test técnicos y el preparador te pone test físicos”.
El arbitraje ha evolucionado mucho. “Nosotros teníamos más confianza con los jugadores para decirnos cosas, en cambio ahora el árbitro tiene que estar más callado. El fútbol es un deporte que atrae masas y el árbitro es la figura que toma decisiones, que a veces se equivoca, y a veces se equivocan los que te ven”. Le gusta la tecnología. “Soy favorable al VAR y a todos los sistemas que hagan que el partido sea más limpio, que tenga menos errores... El reglamento y el VAR ayudan a que este deporte para que sea más cercano, más vivo y haya mayor protección física para el futbolista. Se están dando pasos importantes para que el fútbol y el arbitraje vayan de la mano”.
Nada de esto podía imaginar cuando empezó a arbitrar en 1964: “Yo empecé por casualidad. Fui a escuchar una charla de Zariquiegui en verano con un primo que era árbitro. Tenía 20 años y me vino el secretario de los árbitros con un sobre y me dijo: “aquí tienes el señalamiento de este fin de semana”. Debuté en Salesianos, sin ninguna preparación y me tuvieron que dejar vestimenta. Cometí muchos errores y, como me corrigieron, me animé a arbitrar otro. Antes era altruista, estábamos remunerados, pero no lo suficiente como para vivir de ello, ni siquiera en Primera. Era una ayuda, pero nadie se planteaba vivir del arbitraje”.
Arbitró a Osasuna en Tercera en El Sadar “cuando había cuatro grupos de Tercera. Conocía a futbolistas como Iparraguirre y ahora es una alegría encontrarnos y siempre comentamos anécdotas. Pasado el tiempo, todos somos iguales...”. Si se tiene que quedar con algo, se queda con “los debuts en cada categoría o los partidos Athletic-Real Sociedad o Real-Athletic, que eran muy bonitos. Todos los partidos que arbitrabas eran como la final de la Champions para ti. El árbitro tiene que disfrutar de aplicar con rigor las normas. Es vocacional”.
Patxi Paz Layana
“Fui asistente de mi padre en Copa del Rey”
Recuerda ver arbitrar a su padre, con quien formó parte de su equipo arbitral como asistente. “Empecé a arbitrar al ver a mi padre, que estaba en activo. Veía que era un ambiente muy bueno. Llegué a Primera Regional, pero estuve de asistente en Segunda B. Y en Eibar, con mi padre, en Copa del Rey. También fui a torneos de verano. Es una experiencia muy chula. Hemos compartido vestuario. Ha sido una referencia como padre y como árbitro”. Guarda muchos recuerdos: “Grababa Estudio estadio en vídeo beta y tengo fotos de partidos actuando con mi padre. Y en el 92, cuando se retiró mi padre, hubo un homenaje al que acudieron compañeros de Primera División, de equipos y fue una noche inolvidable. Fue muy emotivo y lo recuerdo con mucho cariño. En casa de mis padres te encuentras muchos detalles que te hace recordar aquella época del arbitraje”. Colgó el silbato con 21 años. “Por motivos laborales, me vi obligado a dejar porque no tenía la disposición, aunque he seguido ligado y mantengo buenos amigos. Son las cosas bonitas que te quedan. Me sirvió para formarme como persona, en esa edad adolescente, que te hace tener tu criterio y tu personalidad”.
Ahora le toca dar testigo “a la tercera generación. Mi padre guardaba un conjunto de silbatos del Mundial 82 y yo guardaba tarjetas y un silbato que era novedoso, porque todos eran con bola, y mi hijo está utilizando ese sin bola que le di”.
Alejandro Paz Urrutia
“Ojalá logre superar el listón de mi abuelo”
Alejandro Paz Urrutia está feliz con el arbitraje y, lo más importante, quiere seguir aprendiendo. “Estoy muy contento. Ojalá logre superar el listón de mi abuelo. Es una meta que parece inalcanzable, y esto empieza como hobby, pero me gustaría vivir esa experiencia del arbitraje, con esos valores como la deportividad o esos valores de equipo, de compañerismo”. Además del arbitraje, es campeón navarro de debate con sus compañeros de colegio y representó a Navarra a nivel estatal en la modalidad de economía de debate. Compagina sus estudios con la música. “Soy trompetista, toco en las bandas de música de Berriozar y Villava, hace un año fundamos la Eguzki Txaranga en Berriozar y llevamos la música a donde nos llaman”.