donostia - ¿Martin Odegaard, minuto y resultado?
-Estamos jugando muy bien. Seguimos arriba, que es donde queremos quedarnos, y jugamos bien, que también es importante.
¿Se llevaron una gran decepción tras el empate en Valladolid?
-Sí, claro. Tenemos que ganar estos partidos, pero un punto fuera de casa tampoco es malo. Fue una pena porque tuvimos muchas ocasiones, pero fallamos el último pase o en el tiro.
¿Cómo estaba el vestuario?
-Parecía que habíamos perdido. Pero es que tiene que ser así.
El sábado llega el Barça a Anoeta.
-Es un partido especial. Ellos están jugando muy bien ahora, pero creo que podemos ganar a los mejores equipos. En Madrid y ante el Atlético estuvimos bien. Por eso será especial y queremos hacer un buen partido y podemos darles problemas.
¿Encaja más su fútbol con el estilo del Barça que el del Madrid?
-(Risas). Puede ser. Yo creo que el Madrid también quiere ganar bien y jugar con ese estilo ofensivo, pero no sé. Me gusta el fútbol de España, todos los equipos juegan bien, quieren tener el balón y dominar los partidos.
Cuando estalló el ‘boom Odegaard’, ¿el Barça también le llamó?
-Puede ser. Fueron muchos los equipos que llamaron a mi padre y viajó allí una vez, pero al final no salió.
¿Le ilusiona enfrentarse a Messi?
-Sí, claro. Él y Cristiano son los mejores y es especial jugar contra ellos.
¿Se identifica con él en su juego al ser zurdo y partir desde la derecha?
-Me gusta su estilo, claro. Es el mejor jugador con Cristiano y puedo aprender muchísimo de él viendo cómo hace las cosas, pero es de otro nivel y no quiero ni comparar mi juego ni nada con él (risas). Pero, ¡buah!, es increíble.
Anoeta es un estadio en el que sufren casi todos sus visitantes.
-Creo que sí. Tenemos nivel para hacer sufrir a todos. Sobre todo en casa, con el apoyo de nuestra afición.
¿Le ha sorprendido su ambiente?
-Creo que ha cambiado un poco (risas). Me ha dicho Kvarme que tengo suerte porque antes no era así. Es increíble jugar en casa. Siempre sentimos el apoyo de nuestra gente y es muy importante para nosotros.
¿Es de los estadios más calientes en los que ha jugado?
-Sí. Para mí, sí.
Es extraño tanto tropiezo en casa.
-Esos duelen. Tenemos que ganar esos partidos y luego también contra Barça, Madrid o Atlético. Pero es contra los de abajo cuando es obligatorio vencer. Por eso duele.
La Real siempre se ha venido muy arriba ante los grandes.
-Sí, me han dicho que el Barça estuvo siete años sin ganar en Anoeta. Tenemos nivel para plantarles cara y lo vamos a hacer este sábado.
¿Esperaba encontrarse este nivel en el equipo cuando llegó?
-Sí, porque vi muchos partidos el año pasado y ya había mucha calidad. Se han hecho buenos fichajes para el equipo, para competir. Creo que tenemos una plantilla muy buena y que hay una buena mezcla entre los jugadores que ya estaban y los nuevos.
¿Conocía a todos sus compañeros?
-Sí, más o menos sí. Les vi mucho.
¿Qué le sedujo del equipo para decantarse por su oferta?
-Me gusta mucho el estilo y cómo entrenamos.
¿Hay nivel para jugar la Champions?
-Sí, creo que sí. Tenemos nivel para competir contra los grandes y lo mejor de este equipo es el trabajo en el día a día. Por eso estamos ahí, por lo que estamos haciendo a diario. Si seguimos haciendo eso, podremos estar ahí arriba.
¿Ya sabe cuáles son rivales directos?
-Hay muchos ahora. Desde el Sevilla hasta el Valencia, hay varios en solo cinco puntos. Sevilla, Valencia, Athletic... Esos equipos son buenos.
¿Firmaría, a día de hoy, clasificarse para la Europa League?
-No (risas). Creo que no.
La apuesta de Imanol está siendo muy ofensiva.
-Queremos ganar y jugar bien. Nuestro estilo está bien para vencer, aunque también para mejorar como jugador y para los jóvenes es ideal.
Cuenta que fue Imanol quien le convenció para venir. ¿En qué idioma y qué le dijo?
-En español (risas). Creo que tiene sus ideas muy claras. Sabe lo que piensa y lo que quiere de ti. Es muy importante para un jugador sentir que el entrenador te puede ayudar e Imanol puede hacerlo. Es muy bueno. Me dijo cómo quería jugar, cómo quería entrenar y todas esas cosas.
¿Le ha sorprendido? ¿Le grita?
-Es increíble. A mí también me grita, sí (risas). A todos. No se libra nadie.
¿Y alguno de sus compañeros?
-No sé si la palabra es sorprender, pero Mikel Merino y Oyarzabal son muy buenos. Portu y Barrene también, aunque es muy joven.
Dicen que el nivel de un equipo se mide en función de la calidad de sus zurdos. La Real va sobrada...
-¿Ah sí? (Risas) Estamos bien ahí, sí.
¿Le da pena no estar compartiendo césped con Illarramendi?
-Es una pena para nosotros que no esté, pero Zubeldia y Guevara son también buenos jugadores. Es lo bueno con este equipo, que hay muchos futbolistas para jugar. Por supuesto que echamos de menos a Asier.
¿Le ha sorprendido el nivel de la cantera? ¿Se conocía en Noruega?
-Sí me ha sorprendido. No sé lo que hacéis aquí, pero es algo bueno, seguro. En Noruega hay realistas que se conocen mucho como Xabi Alonso, Griezmann, Vela? La gente sabe que la Real tiene una gran cantera y que es buen sitio para los jóvenes.
Desde que jugó Kvarme, ¿se conoció más a la Real?
-En Noruega el fútbol que más se sigue es el de Inglaterra, pero en los últimos años está creciendo mucho la afición por el fútbol español. Ahora un poco más porque estoy yo y en la tele se emiten más partidos. Se está haciendo cada vez más famoso.
¿Isak es importante para usted?
-Sí que es importante. Para hablar, para estar juntos?
Él le habla en sueco, usted en Noruego y creo que así se entienden, ¿no?
-Sí (risas), más o menos. Creo que es más fácil para mí entenderle a él que para él entenderme a mí, pero podemos hablar sin problemas.
Bueno, tampoco habla mucho, bastante menos que Aritz Elustondo...
-(Risas) Sí, sin duda.
¿Qué tiene de diferente y de especial este vestuario, como suele decir?
-Nunca he visto algo así en mi carrera. Es increíble, los que no juegan, los que juegan, todos hacen lo mejor para el equipo siempre. En los entrenos todos aprietan y en los partidos, lógicamente, los que no juegan apoyan y es increíble. Nunca vi algo así.
¿Ha estado en vestuarios difíciles?
-En Holanda fue un poco diferente, era menos profesional, había muchos jugadores para estar uno o dos años y luego irse a otro sitio. Pero aquí somos un equipo y todos piensan en el grupo. En Holanda, quizás, solo piensas en ti mismo.
¿Le impactó algo más del club?
-Me ha sorprendido que todo es incluso mejor de lo que esperaba. Todo supera mis expectativas. La gente es muy amable, el vestuario? Yo esperaba algo bueno, pero me he encontrado con algo mucho mejor.
Me centro en usted. Nació en Drammen, una ciudad pequeña y bonita, y empezó en el Drammen Strong.
-Bueno, ahora ha mejorado (risas). Sí, empecé en el Drammen Strong con cinco años. Mi padre era futbolista y yo siempre estaba con un balón. Mi padre ha sido muy importante para mí, era mi entrenador desde los cinco hasta los trece años y luego entrenábamos mucho juntos en el campo de mi pueblo y ha sido muy importante.
¿Quería que fuera futbolista?
-No era él quien me preguntaba para ir al campo, era yo el que le decía a él. Siempre le preguntaba a ver si me llevaba, siempre quería ir, pero nunca me presionó ni me dijo lo que tenía que hacer. Solo me ayudaba.
¿Se emociona mucho con usted?
-Sí, claro. Siempre ve mis partidos y creo que está orgulloso de lo que hago.
¿Viene mucho a Donostia?
-Estuvo en el partido contra el Atlético y contra el Madrid y ahora viene contra el Barça. Solo viaja contra los grandes (risas).
Sigo. Luego pasó al Stromsgodset.
-Es el primer equipo de Drammen. Jugué uno o dos años con el sub’16 y sub’19 y luego debuté con el primer equipo con quince años. En el primer partido di una asistencia, pero luego llegaron algunas más y goles, sí (risas).
En Noruega el fútbol no es el primer deporte, ¿no?
-No. Es el esquí y el balonmano, pero el fútbol también gusta mucho.
¿Cómo vivió el boom del joven Maradona noruego?
-Todo pasó muy rápido. Empecé a jugar con q años y ¡buff!... Fue mucha atención y un poco raro. Mis compañeros de colegio alucinaban un poco. Insisto, especial, aunque un poco raro.
Y empiezan a llamar los gigantes.
-Estaba tranquilo. Pensaba que el fútbol era así. Yo no hablé con nadie, lo hicieron con mi padre, pero yo solo pensé en el fútbol, en jugar, en mejorar, y al final de la temporada tuvimos que tomar una decisión. Durante la campaña no pensé en los demás clubes. Me centraba solo en entrenar, en jugar, en mejorar. En cada entrenamiento y en cada partido, nada más.
Eligió el Madrid, donde llegan muchos jóvenes jugadores, pero donde la mayoría no triunfa.
-Sí, es un lugar difícil. Hay un montón de buenos jugadores. Todos quieren ganar todas las competiciones? Ellos necesitan a los mejores jugadores, por lo que es difícil para los jóvenes. El fútbol es así y si no quieres competir, no está hecho para ti. Creo que al final es algo bueno porque tienes que hacerlo lo mejor posible cada día en el entrenamiento, en los partidos y eso te motiva. Así que, para mí, fue un sueño ir allí, por supuesto.
¿Lo pasó mal?
-No, creo que fue bueno para mí. Por supuesto, hubo momentos difíciles: estaba jugando con el Castilla y entrenando con el primer equipo? Fue un poco difícil encontrar mi sitio en el equipo porque al final yo nunca estaba con el filial ni tampoco con el primer equipo? Fue complicado también ir solo con 16 años, con un nuevo idioma, todo distinto? Pero creo que fue la decisión correcta y que fue bueno para mí, aprendí un montón: entrenar cada día con los mejores jugadores del mundo me hizo más fuerte, como persona y como jugador. Así que estoy feliz por haberlo hecho.
Notaba la presión de la ‘joven joyita noruega’ de la que todos hablaban...
-Realmente, nunca lo sentí, pero estoy seguro de que pensarían un poco eso. Creo que es normal cuando viene alguien de Noruega, con 16 años, y entrena cada día con el primer equipo? Forma parte del fútbol. Quizá hubo gente que pudo sentir un poco de celos o ese tipo de cosas? Aunque no lo sentí en ese momento, quizá debió haber algo de eso.
¿La prensa corrió demasiado?
-Sí, la prensa? Como había muchos clubes que me querían y luego fui al Madrid, se generaron expectativas de que jugaría inmediatamente. Yo sabía que no era el caso, que tenía que mejorar y tomarme algo de tiempo. Yo quería y esperaba tener más oportunidades con el primer equipo, y eso fue un poco decepcionante, pero tenía 16-17 años y al final, 18. Es normal. Nunca sentí estrés por esto, pero la prensa publicó historias muy locas? También es parte del fútbol.
¿Le gusta la prensa deportiva?
-No mucho.
¿La guipuzcoana tampoco?
-Sí, aquí es diferente, por supuesto. Y en Noruega igual. Mi opinión es que para la prensa todo es blanco o negro. Eres el mejor o el peor. Y normalmente sueles estar en el medio.
Usted lleva tiempo cerca del top...
-No lo sé. Pero la mayor parte de las veces es en el medio. Pero para la prensa es o arriba o abajo. Y no creo que sea real.
¿El talento es innato o se trabaja?
-Es una combinación. Creo que has nacido para algo, pero para mí lo más importante es el trabajo, continuar esforzándome.
¿Y eso lo tenía claro con quince años o lo ha ido descubriendo ahora?
-No. Creo que mi mayor cualidad es el talento que tengo para entrenar. Confío en el trabajo y en entrenar mucho. Siempre hago horas extras de entrenamiento con mis compañeros, solo? Ese es mi gran talento.
¿En Noruega no jugaría en la calle?
-No, pero era afortunado porque cuando crecí hicieron un campo de césped artificial a 100 metros de mi casa, así que crecí jugando a diario, no en la calle, pero?
¿Con quién habló en Madrid para salir cedido?
-Mi entrenador era Zidane? Pero no, hablé con el club, también con Zidane, claro. Siempre me dijeron que yo podía elegir, y si yo sentía que era mejor irme. Siempre me dejaron elegir el club, el lugar, todo. Ellos solo querían lo mejor para mí. Han sido realmente buenos conmigo y nunca me dijeron Tienes que ir allí. Me decían más bien: Tú eliges lo mejor para ti y nosotros te ayudamos. Y eso fue importante para mí.
¿Qué se encontró en el Heerenveen?
-Bueno, la primera mitad de año se me hizo un poco difícil, pero después fue muy bueno. Creo que crecí bastante como persona, porque empecé a vivir solo, ya que mi padre se volvió a Noruega.
¿Disfrutó de la experiencia?
-Sí, claro que disfruté. Cuando estaba en Madrid, yo jugaba en el filial. En cambio, cuando fui al Heerenveen empecé a crecer. Me sentí como una parte de un equipo que crece. Me siento parte del equipo? Empecé a tener más responsabilidad. En una palabra, a madurar.
Después va al Vitesse. Un pasó más.
-Tuve un buen año, pero al principio también me costó un poco. Me llevó algo de tiempo, yo no había jugado tanto en Madrid, y me costó un poco adaptarme. Pero el entrenador me ayudó mucho, y después de cuatro o cinco partidos me fue bien.
Jugó en Zubieta con el Castilla.
-Sí, en un partido en el que estaban Diego Llorente en mi equipo y Aritz en el Sanse. También Odriozola.
¿Le dejó algún recado Aritz?
-(Risas) No lo sé, no lo recuerdo.
Hay un partido mítico suyo en Barakaldo, con un campo embarrado... ¡Y aún le quedaron ganas de venir!
-Jugamos en un montón de esos, pero fue en Segunda B. Recuerdo siempre que íbamos al norte que había un tiempo loco? Ahora ha mejorado.
¿Y su primer recuerdo de la Real?
-Recuerdo ver el Rosenborg-Real de la Europa League.
Kvarme se emocionaría cuando le llamaron para pedir su cesión.
-No, él era muy positivo sobre el club, pero no quería presionarme. Él solo intentó que yo estuviera calmado, relajado, me dijo las cosas buenas, las malas, como de un club normal. Él no me dijo: Tienes que ir porque era mi equipo. Él me dijo todas las cosas normales de un club. Por supuesto, él conoce a la gente y el equipo. Dejó que fuera mi decisión y mi sensación las que me hicieran venir.
¿Cuando salió de la reunión de Anoeta sabía que iba a venir aquí?
-Desde que salí de la reunión ya sentía que este era el lugar correcto.
¿Qué tal su visita al Bernabéu? ¿Habló con gente del club?
-Hablé con ellos, les saludé y esas cosas. Me comentaron que lo estaba haciendo bien, pero nada en especial.
¿Escuchó la ovación cuando dijeron su nombre por megafonía?
-No, lo leí, pero no había salido aún.
A día de hoy, ¿lo mejor para usted es quedarse dos años en la Real?
-Sí, es el plan que hemos hecho, y para mí ha sido importante tener un poco de estabilidad. Todavía pienso en eso.
Y, ¿hay motivos para cambiar?
-Nunca se sabe lo que puede pasar. Pero es el plan, estoy muy feliz aquí.
¿Se siente un líder en el campo?
-No sé, no pienso en eso. Me gusta tomar responsabilidades, pero no pienso en eso, solo juego e intento ayudar al equipo. No pienso en ser un líder, solo en ser yo mismo.
¿Se siente más feliz con el balón?
-Sí.
¿Si no lo toca, se pone nervioso?
-(Risas). Sí, mejor con el balón.
¿Siente que en la Real no le protegen los árbitros?
-No sé, creo que no. En Valladolid hubo como tres faltas?
Le enfadó mucho la de Javi García.
-Sí, para mí era roja clara.
¿Le gusta más marcar o asistir?
-Las dos. Pero siempre he dado más asistencias; me gusta mucho marcar también.
¿Cuál es su posición ideal?
-Donde juego ahora. Partiendo un poco desde la derecha
Sus números físicos son casi de superhéroe. Ha batido récords...
-No sé, siempre he corrido mucho, pero no creo que la gente crea que soy un jugador que corre mucho. Siempre lo he hecho, es normal para mí.
Dicen que se machaca como ninguno a diario en el gimnasio.
-Sí, me gusta entrenar y hacer el trabajo individual. Tampoco tengo familia aquí ni nada. Tengo mucho tiempo libre para estar aquí y trabajar.
¿Se siente un superdotado?
-Siempre he estado bien físicamente. Me he sentido fuerte y en forma, pero no creo que sea un Supermán.
¿Siente que la afición de la Real alucina con usted y le admira?
-Noto el apoyo cuando juego, pero cuando estoy en el campo no escucho? Pero siento el apoyo y el amor de los hinchas. Es increíble y por eso me encanta jugar en casa, y lo deseo porque ese apoyo es impresionante.
Cuando recibió el balón ante el Eibar? todo Anoeta intuía que ese balón iba a acabar en la escuadra.
-Pues yo no (risas).
¿Qué siente cuando ve a niños con camisetas con su nombre o banderas noruegas en la grada de Zorrilla?
-Creo que eso es lo que hace al fútbol tan especial, con tanta gente que ama y que sigue este deporte? Para mí, ver a niños pequeños con mi camiseta, me hace sentir orgulloso y feliz, y si consigo hacer que disfruten, es una sensación increíble.
Es de los que se para a pensar que está cumpliendo un sueño.
-Por supuesto. Estoy viviendo mi sueño y me siento muy afortunado. He estado soñando con esto desde que empecé? Jugar en la Liga, en la Real, disputar este tipo de partidos, en este estadio? Es un sueño, así que me siento muy feliz.
¿Es cierto que se ha comprado una casa en Donostia?
-No, la he alquilado.
¿Vive un poco alejado del centro?
-Sí, pero puede que me cambie pronto al centro.
¿Le gusta pasear por la ciudad?
-Sí, me gusta pasear, tomar un café?
Los de fuera dicen que la gente aquí es muy discreta.
-Sí, es muy discreta. Muy diferente a Noruega y Madrid. En Noruega te piden muchas fotografías?
¿Cuál es su plan favorito?
-Muchos. No salgo mucho a cenar pero a veces sí. Hay restaurantes muy buenos aquí.
Carne o pescado.
-Pescado.
¿Vive solo?
-Sí, no tengo novia ahora.
¿Añora Noruega?
-A veces sí, pero, como he dicho, cumplo mi sueño y estoy muy feliz.
¿Le gusta más la vida de aquí?
-Me gusta mucho Noruega, pero allí no hay el nivel de fútbol de aquí, por eso tengo que vivir aquí.
¿Pero mantiene los horarios de Noruega?
-Sí, más o menos. Ceno como a las 18.30 horas?
Los de Madrid le parecerán de locos.
-Sí, sí, no está hecho para mí (risas).