Mourinho ya tiene su primera polémica en Portugal
El técnico portugués se expone a una sanción tras ser denunciado por el colectivo arbitral debido a sus protestas contra el arbitraje cuando apenas lleva una semana en el Benfica, club que ya era un polvorín antes de su llegada
Decir Jose Mourinho es mentar un sinónimo de polémica. Lleva poco más de una semana en el banquillo del Benfica y ya está en el foco de atención por sus protestas. Su diana, el arbitraje, el recurso al que ha apelado en tantas ocasiones para desviar la atención de un resultado adverso y enmascarar problemas de juego.
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Ocurrió tras el segundo de los tres partidos que Mourinho ha dirigido al Benfica. Se estrenó contra el AVS con comodidad (0-3), seguido empató con Rio Ave (1-1) y por último se impuso al Gil Vicente (2-1), rivales por otra parte asequibles de la Primeira Liga. Tras el duelo con Rio Ave, Mourinho señaló que el colegiado Sergio Guelho “demostró falta de personalidad”. “Marcamos un gol que fue anulado porque un dedo meñique pisó a otro dedo meñique. No me gusta este fútbol”, expresó. Seguido disparó contra el VAR. “El protagonista del partido acabó siendo el hombre que estaba en la Cidade do Futebol cuando llamó al árbitro para ver lo que vimos, y luego el árbitro demostró que no tiene personalidad”. La llama estaba encendida.
Lejos de rebajar la tensión, en la rueda de prensa previa al partido ante el Gil Vicente Mourinho justificó sus palabras aludiendo a un sistema democrático. “Tengo que adaptarme. La liga portuguesa es nueva para mí. Tengo muy claro que los insultos personales socavan la dignidad de las personas; no puedo hacerlo, y no lo he hecho. Si no puedo criticar el trabajo de un árbitro de la misma manera que millones de personas critican el mío, no creo que sea muy democrático. Siento que no he hecho nada que justifique ningún tipo de acción”, señaló para el canal del club.
El segundo episodio de esta primera polémica de Mou ha trascendido días más tarde. La Asociación Portuguesa de Árbitros de Fútbol (APAF) ha presentado una denuncia ante el Consejo Disciplinario de la Federación Portuguesa, que puede imponer una sanción al técnico. La intención es atajar una situación que, dado el carácter de Mourinho, puede reproducirse y enturbiar las relaciones entre el sistema arbitral y los clubes.
"En casa ganaría más que estando aquí"
Mourinho, nacido en Setúbal hace 62 años, recaló en el Benfica después de ser cesado a finales de agosto por el Fenerbahçe, donde solo cumplió el primero de sus dos años de contrato. El equipo acabó en segunda posición, sin títulos, antes de caer en la fase clasificatoria para la Champions League, lo que costó el despido. El ocaso de Mourinho estaba más cerca.
Curiosamente, el Fenerbahçe sucumbió en la fase previa ante el Benfica, su próximo destino. Luego, el club lisboeta fue derrotado por el Qarabag en la primera jornada de la Champions (2-3) y cesó a Bruno Lage para 25 años después volver a apostar por Mourinho para liderar el proyecto de una entidad que el próximo 25 de octubre vivirá elecciones presidenciales. El luso firmó por dos años. “En casa ganaría más que estando aquí”, advirtió sobre su sueldo.
The Special One –como se autoproclamó al llegar al Chelsea después de conquistar la Champions con el Oporto en 2004– regresó así al club que le brindó su primera oportunidad como entrenador, una etapa posterior a su papel de ayudante y traductor primero de Bobby Robson y luego de Louis van Gaal en el Barcelona.
Mourinho, a recuperar el prestigio perdido
Mourinho regresó al Benfica en un momento crepuscular de su carrera. El reto personal será recuperar prestigio, reivindicarse de los fracasos recientes. Demostrar que sigue siendo capaz de adaptarse y rendir al máximo nivel. Su último título data de la temporada 2021-22, cuando celebró la Conference League con la Roma. El anterior es la Europa League que levantó con el Manchester United en la 2016-17. Entremedias entrenó sin éxito al Tottenham. Para encontrar su último título de liga hay que remontarse a la 2014-15, con el Chelsea. Es decir, en los últimos diez años de su carrera no ha ganado una liga, mientras que en los quince primeros alcanzó ocho, con Oporto (2), Chelsea (3), Inter (2) y Real Madrid (1).
Tampoco gozará de margen Mourinho. En el seno de Las Águilas contará con la exigencia de obtener resultados inmediatos, el primero hoy contra el Chelsea en la Champions. Entre 2013 y 2019, el Benfica introdujo en sus vitrinas cinco títulos de la Primeira Liga; mientras que en los seis años posteriores solo ha añadido uno. Revertir esta historia reciente será la misión de un tipo acostumbrado por otra parte a lidiar con la presión.
Aunque por de pronto, Mou salta a las noticias no por sus resultados, sino por su conducta, nada despresurizadora. Su penúltima polémica fue en el Fenerbahçe. Afirmó que los jugadores del Galatasaray saltaban “como monos” para protestar al árbitro. Fue enviado al Comité Disciplinario por conducta “antideportiva”, tachada de racista por el Galata, y recibió una sanción de dos partidos. El luso respondió con una denuncia al club rival por “vulnerar sus derechos personales”.
Empujones, insultos y amenazas: clima de fractura en el Benfica
El clima en el Benfica a nivel de institución es desolador. El pasado sábado se celebró una Asamblea General que acabó siendo suspendida por falta de garantías de seguridad. Hubo gritos, insultos, empujones y amenazas. Los candidatos a la presidencia terminaron escoltados. Mourinho tratará de blindar el vestuario para que no penetre la fractura social, pero cualquier tropiezo podrá ser gasolina para un club que es un polvorín y que cuenta con un técnico incendiario que invoca la polémica.
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