Santi Cazorla vive en el ocaso de su excelsa carrera deportiva. El centrocampista del Oviedo atraviesa en paralelo por un sueño convertido en realidad: devolver al equipo que le vio formarse como canterano a la élite del fútbol estatal, a LaLiga. De algún modo, esta temporada se presentaba como una época de disfrute, de respirar tranquilo, sabedor de que el reto estaba cumplido. El fútbol, además, reconoce su trayectoria, por eso es aplaudido en los estadios, juegue como local o como visitante. Sin embargo, el jugador de 40 años se ha visto envuelto en la polémica después de que el entrenador del Oviedo, Veljko Paunovic, fuera destituido, convirtiéndose en el primer técnico cesado de la presente temporada.

Cazorla ha sido acusado de promover el despido Paunovic por la falta de protagonismo que ha tenido hasta la fecha. El jugador de Lugo de Llanera ha participado en siete de los ocho partidos que ha disputado el Oviedo, aunque los detalles descubren que su concurso ha resultado más anecdótico que otra cosa: ha jugado 196 minutos. Solo ha asistido a una titularidad y el partido en el que más minutos ha jugado han sido 65. Es decir, su papel ha venido siendo el de revulsivo, pero no ha logrado anotar ni dar una asistencia.

"Nunca he tenido que ver en las decisiones del club"

Con estos argumentos, la crítica ha alzado la voz contra Cazorla, que ha salido al paso para desmentir las acusaciones. “No iba a hablar de esto, pero cuando afecta a mi familia tengo que dejar las cosas claras: llevo 22 años de profesional y nunca he tenido que ver en las decisiones de club a la hora de prescindir de un entrenador”, ha manifestado El Mago.

De hecho, Cazorla ha querido abrir la rueda de prensa dando las gracias Paunovic, el técnico que condujo al Oviedo al ascenso. “Antes de vuestras preguntas me gustaría agradecer a Paunovic, con el que tengo una gran relación y pude hablar con él ayer personalmente; agradecerle todo su trabajo y lo que hemos conseguido, forman parte de la historia de este club para siempre”, ha comentado antes de desmentir los rumores.

“A mí me tienen que juzgar como futbolista, si estoy viejo o acabado, pero ensuciar mi imagen no lo puedo permitir”, ha expresado el de Lugo de Llanera, que ahora deberá a convencer al nuevo técnico, Luis Carrión, de su capacidad para poder seguir aportando una vez entrado en la cuarentena.

"Matarnos entre todos o morir juntos"

El club ha dado la batuta a Carrión, que ya ejerció como entrenador en otra etapa. “Es un viejo conocido y ha llegado con la misma ilusión que entonces. Tenemos que mirar adelante, aportando todos lo que podamos”, ha analizado Cazorla, que ha apelado a la reacción del vestuario para tratar de mantener la categoría: “Tenemos dos opciones: matarnos entre todos o morir juntos. Yo lo tengo claro: por encima de cualquier jugador o entrenador está el club”.

El mediocampista ha invocado la calma para un Oviedo que ocupa la decimoséptima posición en la liga, con los mismos seis puntos que el primer equipo que aparece en descenso, el Girona, y con uno de ventaja sobre los dos otros que figuran en la zona roja, la Real Sociedad y el Mallorca. “No podemos estar jugando finales en la jornada 9. Hay que salvar la categoría, pero sin dramatismos”, ha advertido.

"Nunca supe gestionarme"

En cuanto a su estado, Cazorla ha asegurado que su rodilla “está mejor” y que espera estar disponible en el encuentro del viernes frente al Espanyol. “El plan es jugar sin dolor, pero gestionarme nunca supe”, ha concluido. Cabe recordar que Cazorla llegó al Oviedo la pasada temporada, después de una etapa de tres temporadas en el Al-Sadd de Catar.