Síguenos en redes sociales:

Diez cosas que (igual) no sabías de... Jordi Rebellón

Jordi Rebellón (Barcelona, 1957) nunca ha podido dejar de lado al personaje que más le ha marcado, el del doctor Vilches en 'Hospital Central'. Posteriormente ha estado en 'Cuéntame', 'Sin identidad', y recientemente en 'Mercado central'.

Diez cosas que (igual) no sabías de... Jordi Rebellón

1 ¡Con esteso! Así deja a sus seguidores cuando habla de sus pasiones cinematográficas. Sin ningún sonrojo confiesa que le encanta sentarse a ver películas de Esteso y Pajares.

2 La persona ideal. Para ser considerado un hombre o mujer diez por el actor no es necesaria la perfección total. Dice que solo hay que ser leal, honesto, y valorar la amistad por encima de todo.

3 Sus ídolos. Asegura no ser muy icónico, pero es bueno tener referentes y Paco Rabal es uno de ellos. Le considera uno de los mejores. Y como actriz guapa no tiene dudas: Michelle Pfeiffer.

4 Seductor. Siempre se ha considerado un tímido y un torpe en materia sentimental, pero le gusta seducir y ser seducido con la mirada. Los ojos y las manos de una mujer son muy especiales para Rebellón.

5 Fútbol. A los 18 años estuvo a punto de fichar por un club de Tercera División, pero no le cogieron porque el teatro amateur no le dejaba tiempo.

6 Actor tardío. Aunque se aburría mucho trabajó hasta los 30 años en un banco. Un día dijo que el teatro amateur iba a pasar a ser profesional y lo dejó todo, pero hasta los 41 años no pudo vivir de actuar.

7 Paterno-filial. En todas las entrevistas muestra su adoración a su padre, de quien dice que era un gran actor, un payaso, un violinista y gran dibujante, aunque todas estas actividades las hacía por afición.

8 Frente a Hacienda. En los primeros años de este siglo fue sometido a una intensa vigilancia fiscal. Tras recursos y sentencias, fue condenado a pagar 1.300.000 euros por la deducción incorrecta de facturas en sus declaraciones.

9 Experto bailarín. Aunque casi nunca lo dice en las entrevistas, se puede bailar con total confianza y sin miedo a los pisotones con Jordi Rebellón, todo gracias a que fue a clases de baile.

10 Dar el cante. Una de sus aficiones es perderse en un karaoke, y se mete tanto en el papel de cantante que hay que sufrir y pelearse para quitarle el micrófono de las manos. Es que cuando lo agarra, lo da todo.