Mientras los dígitos de su mano derecha sacan humo sobre las cuerdas de la guitarra, sus otras cuerdas, las vocales, ladran rock and roll de los años 50 del jubilado siglo pasado. La Perra Blanco cierra en estos días fechas para tocar en tierras vascas. A la vista, Vitoria-Gasteiz, el 24 de febrero, y Bilbao en abril. “No sé lo que pasa en Euskadi que me llaman mucho. Estamos encantados”, comunica la andaluza desde Valencia, donde reside y no descarta algún día mudarse a Bilbao, aunque “el frío y la lluvia no me gustan”, contrapone.

¿A qué edad, el rock and roll, en su más amplio espectro sonoro, se hizo con el alma de Alba Blanco? 

-Yo creo que a los 17 o 18 años. Hasta entonces me gustaba la música de los años 70, pero desde ese momento la de los 50’s.

¿Cuándo tuvo por primera vez una guitarra eléctrica?

-En mi casa, estaba la de mi padre -Aurelio Blanco- que era miembro del grupo de pop de la movida madrileña Destrozamitos. Era una Gibson SG. Mi madre era profesora de piano clásico. Yo aprendí lo que sé por mi cuenta.

¿Es La Perra Blanco tan eléctrica como su guitarra?

-Sí, bastante. La mayor parte del tiempo diría que sí.

¿Dónde y cómo surge su cánido nombre artístico?

-Yo me apellido Blanco y entre amigas nos llamamos mucho ‘perra’. Una amiga me escribió en un mensaje ‘la perra blanco’ y me gustó mucho.

Escuchada su discografía, podemos decir que no es mucho de baladas.

-No, las baladas podrían darse si estuviera deprimida.

Hace un amago en Bury me, pero rápido enciende mecha…

-Me he ido abriendo a un par de medios tiempos, pero no me gusta tocar baladas como tal.

Su ‘promo’ dice de usted cosas como esta: “El público vibra con su aplastante feminidad encima de los escenarios del mundo”. ¿Usted también se ve así?

-Quizás hace referencia a mi presencia de mujer y como guitarrista solista. No considero el tema de la feminidad. De hecho, para mí no existe.

¿Sobre qué ladra La Perra Blanco en sus letras?

-Sobre amor y experiencias que he vivido.

En el primer single de su último disco, Treat me (like a man should do), habla de cómo le debe tratar un hombre. ¿Qué tips maneja al respecto? 

-[Risas]. No está hecha a propósito. No trata de ningún exnovio o así. Se me ocurrió por lo bien que suena la frase musicalmente.

Pero, ¿cómo debe tratarle un hombre?

-Lo primero, con respeto. Pero insisto, iba más por la musicalidad que por el contenido.

Aunque su estilo no es muy comparable al de la malograda Amy Whinehouse, en su canción Loving You pudieran haber hecho un gran dueto. ¿Lo cree así? 

-Ella podría cantar lo que quisiera. Hubiera hecho una buena interpretación, pero habría que bajarle el tempo [risas]. Para mí no ha sido influencia. Ella hacía revival y a mí eso no me gusta. Me gustan los clásicos. Aunque tenga yo el pelo parecido a ella y los ojos pintados, eso es anterior a ella. No tengo nada que ver. Yo voy a la raíz pura, sin maquillar.

Pero, según ese argumento, usted también es revival… 

-Es que igual, yo, desde fuera, no me oiría a mí misma… ¡No me lo pongas de título, que os conozco a los periodistas!

Con quien sí ha colaborado recientemente es con Tarque, el Rod Stewart estatal, aunque, curiosamente, nació en Santiago de Chile… ¿Cómo fluyó la experiencia? 

-Fue fantástico. Nunca me lo hubiera imaginado cantando conmigo. Se le ocurrió a mi manager. Tarque lo puso muy fácil.

¿Con qué menú musical llegará a Euskadi en febrero y abril, donde ha tocado ya en diferentes ocasiones? ¿Cómo son sus conciertos? 

-En Euskadi no sé qué pasa que nos llaman muchísimo. Tocamos casi una vez al mes. Hay una demanda increíble. Gustamos mucho allí y nos encanta ir. Iremos con el repertorio nuevo y con pianista, para que el show suene más gordo. Lo enriquece.

¿Cómo actualizaría el histórico lema de “sexo, drogas y rock and roll”, según su forma de ser?

-Soy viejuna ya, como un Rolling Stone del ahora. No me gustan las drogas y el resto está bien, pero yo ya me he cansado de ese lema anticuado. Que cada artista lo viva a su manera. Yo seré como me apetezca ser.

¿Es una rockera joven con corazón sonoro viejo? 

-Básicamente. Soy joven por mi DNI, pero soy vieja a mis 28 años.

¿En qué película se quedaría a vivir durante el tiempo que usted marque?

-En el carromato de La diligencia. Me encanta John Wayne. Me gustaría estar con ese borracho bebiendo con él.

¿Cómo aprendió inglés?

-Por las canciones y porque en la Línea de la Concepción tenemos al lado Gibraltar, una pequeña Inglaterra. Tienen un acento muy gracioso.

Una de sus canciones dice: “De noche se me caen los dientes, de día se me caen las lágrimas, y desde que tú te fuiste, soy un desastre”.

-Fue por un sueño en el que se me caían los dientes y entre lo serio y el vacile salió My teeth are falling.

¿Cómo vivieron sus vecinos su confinamiento en 2020?

-No les he preguntado, aunque ahora que lo pienso sí hubo algún pequeño roce por la música. Pero soy muy respetuosa. Puedo tirarme tres horas tocando la guitarra, pero a las ocho y media ya corto.

¿Con qué guitarrista le gustaría hacer un duelo?

-Mi guitarrista favorito está muerto. Ahora con Tommy Emmanuel , un australiano de 68 años famoso por su estilo fingerpicking. Es un fuera de serie.

¿Y mujer, como usted?

-Es que casi no hay. Con Susan Santos podría ser, pero ella es de blues, no es mi estilo. Es que no hay mujeres ni a nivel mundial, no las había en los 50 ni ahora.

Es decir, es precursora…

-Pues, puede ser, sí.

La Perra Blanco posando en un coche Juanjo Company

Lo que está claro es que no deja indiferente a quien vive un concierto de La Perra Blanco.

-No, no dejamos indiferentes a nadie. Son directos muy cañeros.

¿Tocan algún cover en directo?

-Antes alguno más, pero ahora al tener disco nuevo y tal… quizás haya uno, pero no sé ahora mismo cuál.

¿Ha pensado en que, si la música no acaba siendo lo suyo, podría probar a pasarse a los monólogos de humor? 

-Nunca lo he pensado, pero por lo que me dicen de lo que hablo en los conciertos, igual es una buena opción… [Risas].

¿Es profeta en su tierra?

-Soy inexistente. En La Línea de la Concepción no se me tiene en cuenta para nada. Son más de folclore, flamenco… Yo soy bastante atípica. Y, además, si no lo organiza el ayuntamiento, no hay dinero en las salas. Bueno, en realidad solo hay una sala, pero ni la ciudadanía puede pagarse la entrada. Salgo perdiendo dinero.

¿Dónde reside en la actualidad?

-Ahora vivo en Valencia. Necesitaba un lugar con aeropuerto y mejores comunicaciones que La Línea. Y aquí tenía playa. Me gusta mucho.

Con el tirón que tiene en Euskadi, podía haber sido Bilbao…

-Llevo mal el frío y la lluvia, pero, Bilbao me gusta mucho y no lo descarto en un futuro.

Personal


Alba Blanco nace el 31 mayo de 1995 en La Línea de la Concepción (Cádiz).


La Movida Madrileña. Crece en el seno de una familia en la que su madre y padre son músicos. La primera imparte piano clásico y el segundo es guitarrista del grupo Destrozamitos en plena Movida Madrileña.


La guitarra. La andaluza comenzó a tocar la guitarra a los trece años y un calendario después sube por primera vez a un escenario. A los 18 descubre su pasión: la música estadounidense de los 50’s.


La Perra Blanco. En 2016 nace el proyecto La Perra Blanco en formato de trío rockabilly que Alba lidera. El año pasado actuó 13 veces en Euskadi.