Ingeniero de formación y profesor en el centro NTP (Nuevas Técnicas Profesionales) de Leioa, Sergio Alonso López es quien imparte la mayoría de cursos de soldadura y calderería.
El bilbaino nacido en 1982 centra su actividad artística en la escultura metálica, inspirada en la naturaleza y la figura humana; además de lámparas escultóricas. Es en su perfil de redes sociales @s.esculturasmetalicas y en su página web www.alonsoarteymetal.com donde las muestra.
Su pasión por la escultura en metal nace de la combinación entre su formación como ingeniero y su experiencia docente en NTP, donde ha podido perfeccionar las técnicas aprendidas durante la carrera. “Trabajar con metales me permite combinar técnica y creatividad para dar forma a piezas que transmiten emoción y movimiento. Esa fusión de precisión y arte es lo que me motiva a seguir creando”, explica.
Un aprendizaje que “nunca termina”
Alonso considera que el aprendizaje “nunca termina”, pero diría que los primeros años como ingeniero le dieron la base. Y es que en el centro ha perfeccionado y sigue perfeccionando las técnicas cada día, tanto al enseñar como al crear. “Enseñar me obliga a dominar cada proceso para transmitirlo bien, y eso ha elevado significativamente mi nivel como escultor”, puntualiza.
Respecto al tiempo que invierte en cada pieza, el profesor reconoce que depende de ella. Por ejemplo, una lámpara pequeña puede llevarle alrededor de una semana, mientras que una escultura de gran formato puede requerir más de un mes de trabajo. “Parte del proceso consiste en experimentar con la luz, el equilibrio y los acabados para que la obra realmente cobre vida”, detalla.
Bronces o aceros
Sergio Alonso nos explica que en Bizkaia hay buenos proveedores de metal, aunque para conseguir ciertos bronces o aceros especiales, a veces es necesario planificar y hacer encargos con antelación.
El mundo de la escultura metálica parece antojársenos muy lejano. No obstante, el bilbaino anima a quien busque seguir sus pasos: “Que empiece poco a poco, que se forme -un curso básico de soldadura ayuda mucho- y que no tenga miedo a equivocarse. El metal se puede rectificar y rehacer, y cada error es una oportunidad de aprendizaje”, sonríe.
Cuando empezó en esto, a Alonso le hubiera gustado saber “que enseñar es una de las mejores maneras de aprender”, pues piensa que ser profesor en NTP le ha demostrado que explicar una técnica “te obliga a comprenderla en profundidad”.
El artista experto en escultura metálica encara el futuro con mucha ilusión por seguir creando, formar a nuevas generaciones y ampliar su presencia en exposiciones y colaboraciones. “Mi deseo es que mis esculturas y lámparas sigan llevando un pedazo de naturaleza y emoción a distintos espacios”, concluye.
Público diverso
Para el escultor Sergio Alonso, las redes sociales han sido una herramienta muy importante. Y es que publicar en Instagram y en su web le ha permitido llegar a personas que, de otra forma, no conocerían su trabajo, incluso fuera de Bizkaia.
Si tuviera que vivir un día a día sin redes sociales, el profesor cree que sería mucho más difícil darle visibilidad a sus obras. Aunque sigue valorando enormemente el contacto directo en ferias y exposiciones, piensa que las redes acortan distancias y le permiten conectar con públicos muy diversos.
En su cuenta de Instagram (@s.esculturasmetalicas), cree que va consiguiendo poco a poco nuevos seguidores, pero para él lo importante es la conexión real con quienes siguen su trabajo. “Más que ‘triunfar’, creo que la clave está en la constancia y la autenticidad: mostrar tanto el proceso como el resultado y disfrutar del camino”.
Alumnos que se inspiran en el arte de su mentor
Una de las obras más especiales que ha realizado Sergio Alonso fue La Decisión del Hada, una escultura en metal que equilibra ligereza y fuerza.
“Lograr transmitir delicadeza con un material tan rígido fue un reto tanto técnico como emocional”, puntualiza. Lo que también le enorgullece es ver a sus alumnos aplicar lo aprendido y crear sus propias piezas: “Para mí es otra forma de legado”. Por otro lado, el profesor nos cuenta como anécdota que en una ocasión, durante un taller, un alumno le mostró una pequeña pieza que había creado, inspirada en una de las esculturas de su mentor. “Fue un recordatorio precioso de cómo el arte y la enseñanza se retroalimentan”, recuerda con cariño Alonso.