Si bien, el invierno no ha llegado oficialmente, lo cierto es que el otoño lleva ya varios días dejando algunas pistas de lo que se espera en los próximos meses. Temperaturas más frescas, noches más largas, días más cortos y una menor cantidad de luz solar. Es en esta estación cuando algunos radiadores ya se empiezan a poner en marcha.

Los radiadores, los mejores aliados durante los meses más fríos del año

Los radiadores, como bien se sabe, son un sistema de calefacción tradicional cuyo funcionamiento es sencillo y está basado en la emisión de calor por convección. Tal y como explican los expertos, estos dispositivos proporcionan un calor homogéneo en todas las estancias de la vivienda, permiten un control preciso de la temperatura, son eficientes y ofrecen un consumo energético moderado, su instalación y mantenimiento no requiere grandes obras, son un sistema de calefacción seguro y limpio.

Eso sí, una vez al año los expertos recomiendan purgar los radiadores para que la calefacción funcione bien. Purgar es, tal y como así lo define la Real Academia Española (RAE), sacar aire u otro fluido del circuito (de un aparato) para que este funcione bien. Tal y como señalan los profesionales, el mejor momento para purgar los radiadores es justo antes de que el frío se instale en el hogar. No hay que esperar a que el termómetro baje hasta los cero grados, ni tampoco hacerlo con mucha antelación.

Cómo sacarles partido a los radiadores sin tener que purgarlos

Pero nos siempre es necesario purgar los radiadores. Uno de los motivos por los que, en ocasiones, los radiadores no calientan lo suficiente es el polvo. Y es que suele ocurrir que, según relatan los expertos, al encender la calefacción, el flujo de aire caliente hacia arriba y de frío para abajo crea una especie de ventilador que termina depositando pelusas, polvo y suciedad tanto en la superficie como en el interior del aparato. Esta capa actúa como un aislante, y por lo tanto, bloquea la circulación y transmisión del calor

Para sacar partido a los radiadores sin tener que purgarlos lo primero que hay que hacer es apagar la calefacción y dejar que los radiadores se enfríen. A continuación, limpiar la superficie exterior con una esponja o paño húmedo y colocar una toalla el suelo para poder recoger toda la suciedad que vaya cayendo.

Después, utilizar un plumero o un cepillo para quitar el polvo más accesible y coger un secador de pelo. Según aconsejan los especialistas, lo más importante es ir aplicando el aire por las rendijas y los espacios interiores. Una vez se observe que ha salido toda la suciedad, coger agua tibia y un detergente suave para terminar de limpiar el radiador. Así, el radiador quedará totalmente por completo y estará preparado para sacarle el máximo rendimiento.