En casa del escritor guipuzcoano Jesús Valero y su pareja Karmele González destaca la gran cantidad de plantas "naturales" que hay en cada rincón del hogar. "Nos gusta recalcar lo de naturales porque tenemos una anécdota con el aita de Jesús, que un día su aita se quedó a cargo de las plantas de su casa y empezó a regar una de plástico", recuerda Karmele entre risas.

Las plantas que se pueden encontrar en las casas ofrecen una belleza visual que no hacen más que provocar en el visitante ese sentimiento de acogida, de naturaleza y de sentirse como en casa, además de la cálida bienvenida que los anfitriones dan al que les visita. Entre todas ellas destacaremos una, la orquídea, que pasados unos cuantos meses ya desde diciembre sigue estando tan bonita como el primer día que entró en casa. Karmele, es la encargada del cuidado de todas ellas, aunque Jesús sabría hacerse cargo de las plantas después "de apuntar qué tiene que hacer y en qué momento", ríe.

Las orquídeas son una familia de plantas monocotiledóneas que se distinguen por la complejidad de sus flores, así como por sus interacciones ecológicas con los agentes polinizadores y con los hongos con los que forman micorrizas. La familia de las orquídeas comprende aproximadamente 25.000 especies -aunque algunas fuentes informan de 30.000-, por lo que resulta ser una de las familias con mayor riqueza específica entre las angiospermas. A esta diversidad natural se le suman 60.000 híbridos y variedades producidas por los floricultores.

Destacar también que se encuentran en la mayor parte del mundo, excepto en las regiones de clima desértico o polar, si bien son especialmente abundantes en la zona intertropical, donde crecen la mayoría de las especies de flores más vistosas. "Me gustan las plantas, aunque no tengo la misma mano que tienen mis padres. En casa siempre han habido y siempre les he visto cómo las cuidaban. Mi padre tuvo hasta un pequeño invernadero", asegura Karmele González mientras que Jesús Valero recalca que en su casa no eran de plantas. No cabe duda que el cuidado que este tipo de plantas requiere, como la gran mayoría de ellas, es muy grande. No es de extrañar, por tanto, escuchar a algunas personas decir que no tienen la suficiente paciencia o constancia en el cuidado para que duren y por ende no se mueran. En este sentido echar la cantidad justa de agua o la exposición precisa a luz solar resultan claves para su conservación.

Karmele aprendió de pequeña "viendo y luego practicando", ya que no hay otra forma de hacerlo en cualquier circunstancia que nos podamos imaginar en la vida, ver y hacer, una y otra vez sin desistir nunca. "Siendo sincera con la orquídea estoy teniendo mucha suerte", confiesa. Necesita de una buena iluminación pero que no les de el sol de forma directa y cuando está en floración regarla cada diez días, que se pone debajo el agua. "Cuando veo que todas las raíces han cogido agua las vuelvo a poner en el tiesto", indica. Al mismo tiempo asegura que la orquídea la tiene desde diciembre y que "no se le ha caído ninguna flor y no la he matado". Además de orquídeas también tienen un ficus lira, la kentia y la de Nochebuena, que se ha mantenido.

Al mismo tiempo no duda en decir un pequeño truco para su tan buena conservación, y no es otro que "regarlas mucho". Sin duda el cuidado diario de las plantas es el mayor secreto para su larga y buena conservación, aunque tal y como asegura entre risas "el año que viene si venís veremos cuál ha sobrevivido".

EN INVIERNO

Este tipo de planta florece en invierno y por tanto la mayoría de personas la suele adquirir antes o durante estas fechas que es cuando más bellas puede estar. Por ello, vamos a dar pequeños consejos para un buen cuidado de esta planta en este periodo. Lo primero de todo es saber que no es una planta tan frágil como se cree y que con un buen cuidado sobrevive mucho tiempo.

Por otro lado, hay que evitar la exposición de la planta a cualquier tipo de aire, así como saber que el bienestar de la planta se compromete cuando está por debajo de los 10 grados. Por ello, es recomendable que esté en el interior del hogar. Además de lo dicho es muy importante saber que una de las cosas más importantes es darles una buena cantidad de luz durante el invierno.

En cuanto al riego tiene que ser diario y cada mañana, así jugaremos con la temperatura de cada día. Eso sí, no hay que excederse. En caso de que esto suceda le quitamos el agua sobrante. Por último, esta época del año es un buen momento para hacer un transplante, ya que no estaremos entorpeciendo ni retrasando con este estrés el crecimiento de las flores.