La vocación te marca el camino hacia el cual quieres dirigirte. La meta final de tu carrera profesional. Ser médico, ingeniero, arquitecto… Son profesiones comunes con una salida al mundo laboral establece, pero ¿Qué sucede con los artistas? Cuentan con contratos más precarios, la inestabilidad crece, pero no las ganas por hacerse en este mundo tan complicado y competitivo. Los niños desde pequeños van orientando sus gustos y dejando claro a lo que querrían dedicarse. ¿Qué decirles si quieren ser escritores, bailarines, actores o cantantes? Los padres protegen a sus hijos, y en numerosas ocasiones meterles miedo o que descarten su primera opción puede frustrarles. ¿Qué hay que decirles o cómo podemos apoyarle? Te damos algunos consejos: 

¿Por dónde empezar?

Los padres deben de tener claro que los hijos son libres de decidir a qué quieren dedicarse, y apoyarles en todo momento, aunque al principio la idea pueda parecer aterradora. La farándula no es un mundo fácil, pero también tenemos que descubrir si es un gusto pasajero o arraigado, ya que puede ser que los pequeños tengan un talento. En este caso habría que potenciarlo ya que, si no se hace de esta manera, no lo entenderían y podría ser traumático para ellos. 

“Eder, el pequeño, toca la guitarra eléctrica, pero de momento parece que quiere ser guarda forestal”

Susana Blázquez - Electrónca

Los inicios son para observar a los niños. Conocer sus gustos, habilidades e intereses. Si le gustaría ser escritor lo más probable es que desde temprana edad muestre su interés por la lectura y le guste también escribir; si quiere ser actor seguro se pondrá frente a un espejo para ver cómo interpreta; si quiere ser cantante seguro que cantará a todas horas, tocará algún instrumento… Las opciones son infinitas, pero prestémosles la atención que se merecen y apoyémosles: apuntadles a clases de teatro, pintura, escritura, música, danza… Unido a esto podéis incentivarles llevándolos a ver una exposición a un museo, una obra de teatro, un concierto… De esta forma desarrollarán su personalidad y gustos característicos. Lo importante es que desde la etapa de la infancia vayan desarrollando todas sus capacidades creativas y los padres también vayan haciéndose a la idea hacia dónde podrían declinarse los gustos y las orientaciones laborales futuras de los hijos.

El baile es otra opción a la que dedicarse de mayores.

El baile es otra opción a la que dedicarse de mayores. Pexels

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“Nuestro hijo mayor, Oier, quiere ser actor y toca el saxofón en Amarangelu-Txaranga”

Aitor Vega - Chapista

Los pros del arte

  1. Un modo de vida: el arte es una forma de sentir la vida y al sensibilizarse ante el mundo los niños se vuelven, casi sin darse cuenta, mejores seres humanos, por el hecho tan fácil de permitir expresar su mundo interno de una forma que además les estimula a crear, aprender e innovar. Sin duda, es una manera de vivir, lo que les distingue del resto. 
  2. Expresión corporal: también es muy importante el arte en los niños pequeños porque les hace pensar en sí mismos, tanto internamente como externamente. Con la plastilina o las pinturas necesitan utilizar las partes del cuerpo para poder plasmar su arte. El arte infantil tiene muchos significados y ellos van expresando lo primero que se le viene a la cabeza. Su creatividad no tiene fin. De esta forma, observándolos se puede saber la sensibilidad que tienen los niños, cómo se comportan, lo que les motiva, lo que no… El arte es la manera en la que se expresan los más pequeños, su vía de escape, y hay quienes lo externalizan más que otros.
  3. Potencia su mundo interior: el arte potencia sus capacidades intelectuales, pero también lo hace con la comunicación entre padres e hijos a edades muy tempranas porque a través de los dibujos, la plastilina, la pintura e incluso también el baile los padres podrán conocer un poco más a sus hijos.