La bandurria puede parecer un instrumento desconocido, pero lo cierto es que tiene mucha historia. Aunque a simple vista pueda tener una forma muy similar a la de una guitarra, esta tiene un sonido diferente y un cuerpo más redondeado, así que es fácilmente identificable. Las primeras teorías apuntan a que nació en Cuba y poco después llegó a España para poner convertirse en un imprescindible en las tunas y los coros, aunque poco a poco se ha ido abriendo paso en los Conservatorios de Música para la interpretación de grandes clásicos.

La bandurria consta de doce cuerdas, seis de tripa y seis entorchadas, aunque hoy se pueden encontrar bandurrias más modernas que montan los dos primeros pares de cuerdas metálicos y los cuatro últimos pares entorchados. Se toca con púa de concha o de cuerno de búfalo aunque en la actualidad se utilizan púas de plástico que tienen distintos grosores. Las púas más usuales se moldean a gusto del ejecutante. Las formas más utilizadas son de gota de agua, triangular y doble punta.

Actualmente, este instrumento está despegando de la oscuridad y cada día se ve que se está ganando un puesto entre los instrumentos “tradicionales” gracias al trabajo de los profesionales que crean obras para estos instrumentos o realizan estudios para facilitar el aprendizaje de este.

Las partes de una bandurria

  • Caja de resonancia. Cuerpo de madera en forma de pera (piriforme), de fondo plano, en algunas ocasiones, curvo. Aumenta el sonido originado por la vibración de las cuerdas. Las mejores cajas suelen ser hechas de madera de ciprés o de abeto.
  • Boca. Orificio hecho sobre la caja que permite la salida del sonido.
  • Mástil. El mástil o cuello tiene la función de regular el timbre que pueden ofrecer las cuerdas. Esto viene dado por su longitud. Asimismo, tiene la función de ser una superficie de sostén para los dedos, que al pisar las cuerdas producen diferentes notas y tonos. Los mejores mástiles suelen ser hechos de madera de palo santo.
  • Clavijero. Es una superficie donde se insertan las clavijas y la cejuela.
  • Clavijas. Cada clavija recibe y sujeta uno de los extremos de cada cuerda, no sólo para sostenerlas sino para afinarlas, haciendo girar la clavija para tensarla o aflojarla.
  • Cejuela. Es una laminilla saliente, fijada entre el clavijero y el puente, que cumple funciones de guía para cada cuerda, ya que contiene ranuras sobre la que descansa cada cuerda.
  • Trastes. Son laminillas salientes insertas de manera transversal sobre el mástil que sirven de guía al músico para saber dónde posar sus dedos y pisar la cuerda para obtener diferentes notas o tonos.
  • Puente. En la bandurria el puente tiene la función de servir de guía para las cuerdas. Puede ser fijo o móvil.
  • Cordal. Parte donde se sujetan las cuerdas que tienen en un extremo una bola de metal que es sujeta por los orificios del cordal. Suelen ser de metal.
  • Cuerdas. Son los elementos vibrantes que permiten al instrumento emitir un sonido con un timbre típico. Son de diferente grosor para ofrecer diferentes tonos. Suelen ser de metal.

Primeros pasos

  1. Afina. Nunca toques con una bandurria desafinada, para que tu oído se vaya educando. Hoy en día hay gran variedad de afinadores de fácil manejo que puedes usar antes de tocar para verificar la afinación. Incluso aplicaciones en los teléfonos que pueden ayudarte a afinar.
  2. Cómo se sujeta. Se sostiene el cuello con la mano izquierda. Misma que se desliza sobre el cuello y pisa las cuerdas sobre los trastos para producir las notas y acordes. Debes pisar las cuerdas totalmente perpendiculares, es decir, no pisarlas oblicuamente, ya que se apagan las notas.
  3. La mano derecha. Las cuerdas se tocan a pulso, con las uñas de los dedos de la mano derecha. Cuando se toca con los dedos se puede emplear las técnicas de desplume y rasgueo. Los mejores ejecutantes andinos, se dejan crecer las uñas de la mano derecha para tocar.
  4. La mano izquierda. Respecto a la mano izquierda, se recomienda utilizar los cuatro dedos (meñique, anular, índice y medio). Hay ejecutantes que utilizan dos o tres dedos, y nunca tocan con el meñique, pero si ejercitas este dedo, puedes lograr una mayor extensión que te permitirá hallar notas más altas con facilidad. Debes evitar tener las uñas largas para que no te molesten al tocar el mástil y así puedas poner cada dedo en un traste.
  5. Trinos. Las cuerdas dobles (o triples en algunos casos) tienen la función de generar armónicos y trinos. Los trinos son pulsos que se hacen sobre los conjuntos de cuerdas rápida y repetidamente.
  6. La púa. Si vas a tocar con púa es importante que ésta sea bastante blanda para que no se enganchen las cuerdas, hasta que tu muñeca derecha vaya tomando un poquito de soltura y un poquito de fuerza.
  7. Ejercita la digitación. Haz ejercicios de digitación de manera continua, pues las cuerdas son bastante duras, para que vayas acostumbrando. Al principio, te dolerán las yemas de los dedos de la mano izquierda, por la tensión de las cuerdas, pero al cabo de pocos días, surgirán endurecimientos que te permitirán extinguir el dolor, y al mismo tiempo, tocar perfectamente las notas que deseas.