Todo está en el titular de portada de ABC: "La imputación de Cospedal señala al PP de Rajoy". Como si el de Casado fuera otro. La interpretación en las páginas interiores afina el mensaje: "Temor en el PP a que la imputación de Cospedal por la Operación Kitchen frene su crecimiento".

Esa es la cuestión. Por eso se trata de aguantar el charrón, que es lo que parece desprenderse del editorial, titulado "Kitchen, el estigma del PP". La idea es que todo aquello fue muy feo, pero sobre todo, que puede ser aprovechado por el enemigo: "Aunque la izquierda haga un uso torticero de la citación a Cospedal, y por supuesto de una comisión parlamentaria de investigación carente de sentido en plena instrucción judicial, y sin los investigados ya en cargos públicos, la dirección del PP debe tener claro que también sus votantes quieren un corte real con la corrupción. Es necesaria la consolidación de una etapa sin mancha".

Haciendo equilibrios en el alambre, el columnista del vetusto diario Luis Ventoso añade: "Los militantes del PP pueden dar gracias por el día en que se les ocurrió elegir como líder a una cara relativamente bisoña, Casado, en lugar de embarcarse con las candidatas Cospedal o Soraya, puntales de los gobiernos de Rajoy. De no haber sido así, la losa de Bárcenas y la Kitchen, que ya es gravosa para ese partido, le habría resultado insoportable".

En El Mundo la tesis es la misma. Se trata de Cospedal, no del PP. Y como el periódico tiene cuentas pendientes con la imputada, leña de la Cospedal caída. "Este periódico ha contribuido a la investigación con la publicación de las principales exclusivas del caso Kitchen, en el que se ventilan hechos de extrema gravedad que no pueden quedar impunes, máxime tratándose de la número dos en el PP del presidente Rajoy. La Justicia debe esclarecerlos, caiga quien caiga", proclama el editorial.

En cuanto a La Razón, sorprende que el asunto no merezca ni el editorial ni ninguna de las columnas de opinión. A cambio, hay una llamada en portada con un titular a dar: "Pánico en el PP por la imputación de Cospedal: es el «muro» de Rajoy". Lo que se nos cuenta en la letra pequeña es muy jugoso. Tanto, que de ser verdad, sería otro escándalo. Lean: "Rajoy «todavía tiene sus estructuras de poder e influencia, que llegan hasta el ámbito judicial», o así confían dentro de la dirección popular. El escudo para evitar que el ex presidente del Gobierno pueda verse en la misma situación que Cospedal. En la nueva dirección del partido creen que «no habrá pruebas» para sostener la implicación de Rajoy ante un juzgado, pero también creen que «todo depende de que funcionen bien los muros de contención»". Se nos está contando que el expresidente tiene mano para eludir la Justicia.

Tan significativo como lo que sí se cuenta es quienes no lo cuentan. Me explico: en Libertad Digital y la página satélite de EsRadio el asunto no aparece. Cero información, cero opinión. Y ese mismo brillo por la ausencia —por lo menos, en el momento de escribir estas líneas— se da en El Español de Pedro J. Ramírez y en El Confidencial. En Vózpuli tampoco hay gran presencia informativa, aunque sí merece una columna de opinión firmada por Alberto Pérez Giménez. Les copio y pego lo más sustancioso: "Cuando las encuestas hablan del cambio de ciclo, cuando el Gobierno se pierde en la peor crisis diplomática con el vecino del sur y unos indultos rechazados por la mayoría de los españoles, vuelve el pasado de la corrupción y el fru frú de las togas a perseguir al PP. La pena del telediario se proyecta, una vez más, sobre Casado, por mucho que se insista en que este PP no es reo de sus padres y abuelos".

En estas, merece la pena volver a La Razón, donde escribe cada día otro de los imputados de la Kitchen, de hecho, el considerado promotor mayor de la cosa: Jorge Fernández Díaz. Habría sido una gran oportunidad para escribir sobre la que le va a acompañar en el banquillo. Pero no. Mejor el comodín de ETA. O, en este caso, del Memorial de Víctimas inaugurado anteayer en Gasteiz: "Con el actual Gobierno tan dado a legislar sobre la memoria que debemos tener de nuestra Historia, este Centro es una garantía de objetividad, y para que el relato de nuestra experiencia terrorista sea el verdadero. Teniendo como tiene de socios a los sucesores políticos de ETA, es una realidad de la que debemos congratularnos. Frente a eventuales intentos de imponer por unos u otros memorias de «luchadores por la democracia y la dictadura franquista», esta Fundación memorialística habla con la fuerza de la verdad de unos hechos y unas vidas que resplandecen con el vigor de su ejemplo". Un grande, el afinador.