Folclórica y unas cuantas cosas más que nos acaba de dejar a la provecta edad de 92 años. Que le vayan quitando lo bailado, después de una vida que, a primera vista, tiene pinta de haber disfrutado a tope. Con sus ratos, incluso largos, de sufrimiento, cuando el teléfono no sonaba o cuando tenía que agarrarse como a un clavo ardiendo a la primera oferta que le caía. ¡A usted, que fue, y siempre presumió de ello con exceso de entusiasmo, una de las preferidas del bajito de Ferrol! Pelillos a la mar, que hoy estas líneas solo pretenden ser una despedida cariñosa a la diva de los primeros años y a la entrañable presentadora del Telecupón a la que, por exigencias del guion, le escribían galimatías para que se confundiera. Así subía el share. DEP.