pamplona. Amaia Osaba ha logrado ser una de las mejores piragüistas del mundo en una de las modalidades más duras que existen: el maratón en kayak de aguas tranquilas. Sin embargo, sonríe humildemente al confesar que no tiene tiempo ni para hacerse una página web. Esta socióloga pamplonesa, dedicada en cuerpo y alma al piragüismo, además, entrena a los mayores.

¿Cómo se inclinó por este deporte?

A mí me gustan todos los deportes, especialmente los individuales. De hecho, con el tiempo me he dado cuenta de que sólo he practicado los individuales. Empecé con la natación y, como tenía que hacer algún deporte, y los de agua me gustan más, me acabé inclinando por el piragüismo. Me enganchó rápido. Empecé en un cursillo de iniciación, como los que hacemos aquí (en el Club Piragüismo Pamplona), con las competiciones, etc. Al año siguiente, empalmé con el otoño y con entrenador, seguí y hasta hoy.

¿Cuánto tiempo y dónde entrena?

Actualmente entreno por las tardes. De martes a domingo, en función del tiempo: a las 5 o a las 3 y media, en función de la luz que haya. No es lo mismo en verano que en invierno. Se suele bajar, en general, muy pronto. Combinamos piragua, gimnasio y carrera. En invierno hacemos menos piragua y más gimnasio y carrera, a modo de preparación física. Cuando va pasando la temporada se reduce el tiempo de gimnasio y de carrera y aumenta el de piragua.

¿Su planificación es inmutable?

No, va variando. El ritmo y la duración de los entrenamientos cambia según vaya a competir o no: puede ser de carga o de competición, aunque, independientemente, la base es la misma. Y el lugar donde entrenamos es aquí (río Arga), aunque en algunas ocasiones voy a Irún, a un sitio que hay muy bueno para entrenar. Esta planchada tiene mil metros y, a veces, se hace muy corto, porque tienes que andar ciabogando muchas veces. El mar sí que no lo toco, porque eso ya es kayak de mar, y con el oleaje estas piraguas no valen. Existen muchas modalidades de piragüismo: el de aguas tranquilas y aguas bravas, por ejemplo. Y dentro del de aguas tranquilas, está el de corta y el de larga distancia, que es el que yo practico.

¿Se le hace muy larga la maratón?

Antes eran 42 kilómetros, pero como duraba demasiado tiempo, decidieron recortarla y dejarla, más o menos, del mismo tiempo que una maratón de atletismo, de modo que dure unas dos horas. Así llegaron a la conclusión de que, para chicas, serían 27 kilómetros, y 32 para los chicos. A mí me cuesta dos horas y cinco o diez minutos, depende del viento, el oleaje, etc.

¿Son aptos los ríos navarros para practicar este deporte?

Hay muchos ríos, pero para hacer piragüismo de aguas tranquilas no hay demasiados sitios. Pamplona, además, no tenía instalaciones a pie de río para almacenar las cosas, por ejemplo. Sin embargo, para hacer aguas bravas sí que hay muchos lugares. Mucha gente coge el coche, se monta las piraguas y se va por su cuenta, aunque también hay clubes que organizan salidas para practicar el piragüismo de turismo y ocio.

¿Es muy duro en invierno?

La gente que vive en sitios cálidos no sabe lo que tiene, porque aquí el contraste es importante. Este invierno ha sido muy malo, porque si llueve, sube el río, aumenta la corriente y no se puede salir. Si llueve un poco no pasa nada: te tapas y sales. Eso sí, si sube el río por el deshielo, fuera puedes estar a catorce grados, pero el agua está congelada, y ahí sí que no puedes salir a entrenar.

Usted es entrenadora aquí.

Sí, entreno a los mayores y les hago la planificación, aunque no vivo del piragüismo, ni por mí ni por entrenar a la gente. Yo tengo mi propio trabajo. Gracias al Ayuntamiento y al Club Náutico Pamplona -de remo-, que nos cede un pequeño espacio aquí, podemos entrenarnos y coger niños, aunque nosotros somos un club distinto, el Club Piragüismo Pamplona.

¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera deportiva?

Quizás, el cuarto puesto en el Campeonato del Mundo de 2003. Aunque el año pasado quedé campeona de España de maratón, y fue un muy buen resultado porque la mejor maratoniana quedó segunda. Para mí fue un reto muy importante, porque ella es la que más títulos se ha llevado. También cuando logré el bronce en el Campeonato del Mundo en Bergen (Noruega), porque allí hubo mucho nivel.

¿Y el momento más duro?

Una vez se me salió un hombro mientras competía. Como me desenvuelvo bastante bien en el agua, me agarré a una boya y aguanté, aunque dolía mucho. Luego ya me llevaron en ambulancia al hospital. Las lesiones de hombros son frecuentes en esto del piragüismo, aunque es el único riesgo que corres en aguas tranquilas. En aguas bravas hay más peligro, aunque con conocimiento y experiencia, si conoces la ruta, tampoco tiene por qué haber un peligro importante. Claro, si no sabes lo que haces, eso ya es otra cosa. Si no sabes ponerte un chaleco o darle la vuelta a la piragua, pues es normal que te apures, hay que conocerlo. Si te montas en una bicicleta y nadie te ha enseñado, pues te caerás, está claro.

¿Es muy complicado hacer el roll up

Eso es propio de aguas bravas, no de tranquilas. Es como todo: técnica y que te lo enseñen, y practicar. Es todo entrenamiento. Si estás en aguas bravas, también depende de dónde te toque dar la vuelta. La gente que hace aguas bravas, suele investigar antes el río para saber por dónde se puede meter y por dónde no, y también decide cuánto se quiere arriesgar. Es como Edurne Pasaban, que va a esos montes tan altos y sabe dónde están sus límites, como es normal. Yo no practico el piragüismo de aguas bravas, aunque nuestras piraguas pueden meterse en ríos con cierta dificultad, hasta cierto nivel, porque puedes caerte de la piragua.

¿Hay apoyo al piragüismo navarro?

En estos momentos está la Federación -que es el organizador-, y los clubes. A nivel gubernamental, las ayudas van a los deportes grandes, especialmente el fútbol. Aunque nosotros nos presentamos a todas las ofertas, que son las del Gobierno de Navarra y las del Ayuntamiento de Pamplona, y en función de una serie de gastos y de criterios, pues ellos dan lo que sea. A nosotros no nos da para todo, por eso estamos buscando patrocinio, porque si no esto no crece. Los mayores se autoabastecen, y buscamos la manera de compartir las cosas con los pequeños y de ponerles entrenador. Con más ayuda, haríamos las cosas mejor. Este deporte no tiene repercusión económica porque no tiene repercusión mediática, y buscamos mostrar que es un modo de vida, y que hay otros deportes además del fútbol. En definitiva, que necesitamos más apoyo.

¿Qué hace falta para ser un buen piragüista?

Obviamente, tiene una parte física, que es muy importante, y una parte psíquica que lo es aún más. Lo primero es tener afición, te tiene que gustar, porque aguantar el invierno es complicado, y eso se ve claramente en los críos. Si viene un crío en invierno y se cae, si se vuelve a montar rápido y sigue paleando, ese seguirá seguro. También hay que tener perseverancia para aguantar los entrenamientos, cierta resistencia. Pero para ser un gran piragüista hay que nacer, como en cualquier otro deporte. El esfuerzo aquí es dorsal y pectoral, técnica y ejercicio aeróbico. Pero lo más importante es la cabeza: hay gente que entrena muy bien, pero luego en competición se desinfla, y viceversa.

¿Se puede empezar a hacer este deporte siendo ya algo mayor?

Hombre, es muy recomendable que se empiece desde pequeño, porque se absorbe todo mucho mejor. Además, los niños aprenden a dominar el sentido del equilibrio mucho más rápido. Cuando se tienen unos años es más complicado, pero también es posible. El problema es que tienes más altura, más peso, el centro de gravedad más alto y es más complicado mantener el equilibrio.

¿Se cuida mucho?

Si quieres estar a un nivel alto, está claro que te tienes que cuidar bastante. Procuro cuidarme, pero yo lo entiendo como un modo de vida. Trabajo por la mañana, entreno por la tarde y descanso por la noche, y me alimento bien, por supuesto.

¿Cuánto vale -aproximadamente- una piragua?

Una piragua (también llamada kayak) de élite puede llegar a valer hasta 3.000 euros -si es para una sola persona. Las hay de una, dos o cuatro-, pero la marca también hace que suba mucho el precio. Una normal ronda los 1.300 euros. Una pala de competición ronda los 300 euros, pero nosotros tenemos cosas más baratas, sobre todo para los críos. Depende del piragüismo que quieras practicar: aguas bravas, kayak de mar, aguas tranquilas...

Después de tantos años ganando medallas, ¿cómo se motiva?

La verdad es que me sale solo, estoy muy enganchada al piragüismo. Estoy en un club que tiene un ambiente muy bueno, y es muy fácil. Si tuviera que entrenar sola, la cosa sería muy diferente, porque psicológicamente, después de tantísimos años como llevo con la piragua, no podría aguantar, ¡esto es muy duro! Con el grupo de entrenamiento tan bueno que tengo, lo cierto es que no me cuesta mucho.