Dice la Física que si una avispa choca contra un coche que va a 120 kilómetros por hora (perdón, a 110) hay un instante -por supuesto, infinitesimal- en el que está parada. Y es el momento en el que piensa (si le da tiempo antes de morir): "¡He detenido al coche...!". El sábado, ese instante le duró al Atlético 11 minutos ante el Madrid, y al Getafe 17 minutos ante el Barça... Sí, vale, de ciento a viento alguna avispa se cuela en el coche, pica al conductor y le hace darse la toña -el Hércules se lo hizo al Barça y Osasuna al Madrid-, pero lo normal no es eso, sino un insecto despanzurrado en un parabrisas. Y lo peor es que hay gente feliz con esta porquería de Liga de dos coches y 18 avispas.
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