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Chourraut atrapa un sueño que nació en la Concha

La guipuzcoana, hija de un burladés, logró el bronce en K-1 de aguas bravasA sus 29 años, llegaba a la competición olímpica como líder del ránking mundial de la especialidad

Chourraut atrapa un sueño que nació en la ConchaEfe

Waltham Cross (Reino Unido). La lasartearra Maialen Chourraut -hija del burladés Iñaki Chourraut y de la guipuzcoana Chelo Yurramendi, y familiar del exalcalde de Pamplona Javier Chourraut- acabó ayer en tercera posición la final de K-1 femenino de piragüismo en aguas bravas de los Juegos Olímpicos y logró la medalla de bronce, que se une a la plata conseguida el miércoles por Mireia Belmonte en natación.

La guipuzcoana realizó su bajada en 106,87 segundos, 98 centésimas más que la francesa Emilie Fer, medalla de oro con una marca de 105,90 segundos, para hacerse con el bronce en una prueba disputada en el Lee Valley White Water Centre, al norte de la capital británica.

Chourraut, que ya ganó en ese mismo escenario en la Copa del Mundo, presentó en la semifinal sus credenciales como una de las favoritas, y no falló en la final donde solo fue superada por Fer y por la australiana Jessica Fox.

La palista del Atlético San Sebastián, número dos del ránking mundial, realizó su descenso en novena posición y marcó un tiempo de 26,96 segundos en el primer sector y de 70,01 en el segundo, lo que le permitió terminar la prueba en tercera posición.

Emilie Fer paró el cronómetro en 105,90 segundos y logró así el sexto oro para Francia en Londres, mientras que Fox realizó su bajada en 106,51 segundos, apenas 61 centésimas más lenta que aquella. Chourraut acabó a escasas 36 centésimas de la plata en una final donde las tres primeras clasificadas fueron muy superiores al resto de participantes.

La piragüista culminaba a sus 29 años un sueño que nació en la playa de la Concha, donde completó sus primeros cursillos cuando era una niña.

Una vez despertado el gusanillo del piragüismo, ingresó en 1995 en las filas del Club Atlético San Sebastián siendo todavía una niña y a medida que se fue haciendo mayor empezó a acumular títulos de campeona de España hasta alcanzar la decena, mostrando que estaba preparada para saltar al ruedo internacional.

Internacional desde 2001 y autocalificada como "marmota" por su necesidad de dormir muchas horas, se plantó hace cuatro años en Pekín con el objetivo de alcanzar la final olímpica, pero solo pudo ser 16ª y 17ª en las series clasificatorias, una pequeña decepción que no mermó sus ganas de triunfar.

Un año después se colgó la plata en el Mundial en La Seu d'Urgell, su lugar habitual de entrenamiento, y dos años después repitió éxito con un bronce en Bratislava 2011.

"La oportunidad que perdí en Pekín está en Londres", confesó la lasartearra antes de estos Juegos, que afrontó plena de confianza tras sus recientes actuaciones en Copa del Mundo, con dos triunfos consecutivos en apenas una semana, y como líder en el ránking mundial.