Iosu goñi "Portar a San Fermín el 7 de julio fue uno de mis momentos más emotivos"
Ha hecho sus pinitos en casi todos los deportes, pero el destino es caprichoso y le ha empujado a seguir los pasos de su padre en el balonmano. Y aunque su nombre empieza a resonar con fuerza en Asobal, se asegura el futuro cursando Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
pamplona. Es uno de los jugadores navarros de balonmano más en forma del momento. Disfruta de su segundo año en el primer equipo del Ademar de León, acaba de disputar la Copa Asobal y en noviembre se coló en el equipo ideal de la Liga de Campeones después de protagonizar una actuación estelar, con 12 goles incluidos, ante el Hamburgo. Iosu Goñi Leoz (Pamplona, 04/01/1990) está recogiendo ahora los frutos de la cosecha que emprendió hace cuatro años, cuando dejó Navarra para apostar su futuro al balonmano de forma definitiva.
¿Cómo le picó el gusanillo del balonmano?
Por medio de mi padre, Javier. Él jugó de portero en equipos como el Teka o el Atlético de Madrid y siempre me ha animado a hacer deporte. Llegó un momento en el que practicaba seis disciplinas a la vez y una era el balonmano.
¿Y qué le hizo decantarse por el balonmano como su profesión?
Hubo una época en la que dejé de jugar para dedicarme a otros deportes, pero varios compañeros de mi clase jugaban a balonmano y fui estrechando mi relación con ellos y eso me animó a retomarlo y me inscribí en el Lagunak. A partir de ahí ya me enganché.
Su padre fue jugador y ahora también su hermano sigue sus pasos.
Así es. Manuel fue a León para estudiar Ingeniería Agrónoma, en gran medida porque yo ya vivía allí, y el primer año estuvo entrenando con el filial del Ademar y jugando en Primera Nacional con el Oviedo. Ahora ya lleva dos temporadas en el segundo equipo del Ademar.
Además también tiene una prima que juega en Obenasa.
Sí, Raquel Herrera. Somos primos segundos pero tenemos poca relación, nos preguntamos qué tal nos va cuando nos vemos y poco más.
¿En la actualidad sigue practicando otros deportes?
Ahora estoy totalmente centrado en el balonmano. He jugado a baloncesto, hacía judo y tampoco se me daba mal la pelota mano. He practicado de todo menos el fútbol.
¿No le gusta?
A veces veo algún partido, pero no soy muy aficionado ni se me da muy bien jugar, aunque este año estoy bastante acertado en los partidos de futbito que disputo con mis compañeros de equipo, pero es el deporte que menos me llama.
¿Por qué tomó la decisión de irse a León tan joven?
Me empujó mucho tener la opción de estudiar allí mismo, porque cuando vivía en Pamplona estaba matriculado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en Vitoria y era un continuo ir y venir de viajes. Pero me fui sobre todo por la oportunidad de trabajar con un entrenador genial como Jordi Rivera. Cuando era juvenil coincidí en la selección con varios jugadores del Ademar y se veía que trabajaban muy bien y que Rivera daba mucha importancia a la cantera, y eso fue clave para tomar la decisión.
¿Cómo es para usted un día allí?
Por la mañana aprovecho para ir a clase las horas que puedo cuando no entrenamos, aunque lo habitual es que lo hagamos. Después, vuelvo a casa para comer y echo la siesta antes de entrenar por la tarde. Tras los entrenamientos suelo quedar con mi hermano o voy a tomar algo con los compañeros del equipo, ya que comparto piso con Álvaro Cabanas y Raúl Nantes. Llevo una vida tranquila, la verdad.
Tres chicos jóvenes en un piso... ¿cómo se manejan con las tareas domésticas?
A mí se me da muy bien cocinar, me he especializado en las lentejas y me salen bastante buenas. El tema de la limpieza lo llevamos algo peor. Hemos contratado a una señora que viene a casa tres veces por semana y nos ayuda mucho, así que nos apañamos más o menos bien.
¿Van a verle a los partidos sus compañeros de clase?
Mis estudios están dedicados al deporte, así que todos mis compañeros siguen al equipo, por supuesto. Me suelen pedir entradas para ir al pabellón y siempre comentamos cómo me van las cosas.
¿Le paran por la calle en León?
Bastante. Y últimamente más. León es una ciudad muy volcada con el balonmano y notamos mucho el cariño de la gente. La afición es muy fiel y eso se agradece.
¿Y en Pamplona?
Muy poco, me reconocen mis excompañeros y poco más.
¿Le gusta salir de noche?
Me cuido mucho, pero cuando salgo con mis amigos disfruto y estoy tranquilo. Hay muy buen ambiente en Pamplona, aunque no me reconozcan (entre risas).
¿Tiene ya preparado el disfraz para esta noche, Nochevieja?
Me voy a disfrazar seguro, pero no sé todavía de qué. Hace unos días fui a una tienda a mirar disfraces pero vi menos variedad que otros años y no me decidiré hasta el último momento. Me gustaría vestirme de mujer, pero la temática todavía no está elegida.
¿Es más de Nochevieja o de San Fermín?
Muchísimo más de Sanfermines. Además del tema de la fiesta, para mí es algo muy emotivo dentro del ámbito familiar porque portamos al Santo el día de la procesión. Mi familia tiene dos plazas y mi padre dejó de llevarlo para que lo hiciéramos mi hermano y yo. Los últimos años lo llevaba mi hermano porque a mí me coincidía con competiciones y no estaba en Pamplona, pero este año me estrené y fue algo muy emocionante porque es una tradición muy impregnada en mi familia. Lo han llevado también mi abuelo y mi tío, así que es muy especial para mí.
¿Participa también en los encierros?
Ni he corrido ni me lo he planteado nunca. Prefiero no meterme en eso, nunca he tenido mucha relación con los toros aunque me gustan y he ido a varias corridas, pero me dan muchísimo respeto.
¿Qué tiene Pamplona que no haya encontrado todavía en León?
No lo sé. Lo que noto es mucha diferencia en el carácter de la gente. En León la mentalidad es más abierta y cariñosa que aquí. Pero son dos ciudades muy buenas para vivir, con un clima similar, aunque en León se lleva mejor el frío en invierno porque es algo más seco.
Comparte vestuario con otro navarro, Iñaki Malumbres.
Es muy bonito coincidir con él porque le veía cuando jugaba en el San Antonio y siempre me he fijado mucho en él porque es muy activo. Lleva muchos años jugando y tiene mil anécdotas que contar. También guarda muchos vídeos de balonmano y me los suele enseñar durante los viajes en autobús.
Como navarros, habrá sido especialmente difícil ver desaparecer a un histórico como el San Antonio.
No se ha tratado mucho el tema porque todos sabíamos que el equipo estaba de capa caída y podía pasar. Movió mucho dinero en su momento, pero el hecho de que su patrocinador principal se dedicara a la construcción hizo que sufrieran la crisis mucho más. Pero en el Anaitasuna también se está trabajando muy bien y creo que dentro de unos años luchará por los puestos de arriba de la clasificación, así que el futuro del balonmano en Navarra está asegurado.
¿Asustan este tipo de sucesos?
Lo cierto es que tenemos bastante miedo. En los últimos años ha bajado mucho el presupuesto de los equipos. El Ademar era el tercer club con más presupuesto de España y ahora hay deudas. Hay detalles preocupantes para los jugadores porque no tenemos la seguridad de poder cobrar y llevar una vida normal. Yo me planteo salir a jugar a un país con una situación económica más estable, aunque ojalá no llegue ese momento. Pero si no se puede tirar hacia adelante en España, habrá que salir fuera, como han hecho muchos excompañeros míos.
¿Es una posibilidad que se plantea a corto plazo?
Tengo un año más de contrato en León, aunque el Ademar está en preconcurso de acreedores y no tenemos la seguridad de qué pasara. Mi intención es continuar en León, pero a lo mejor dentro de dos o más años tendré que plantearme salir de España.
¿Dónde le gustaría vivir?
Las primeras opciones son Francia y Alemania, aunque la segunda tiene un estilo de vida muy distinto al nuestro, son gente muy casera. Para un jugador que esté casado a lo mejor es más fácil adaptarse, pero siendo tan joven resultaría triste vivir en un lugar con tan poca vida. Pero el balonmano es mi medio de vida e iré donde tenga que ir.
¿Se le dan bien los idiomas?
Me defiendo muy bien en euskera y en inglés, pero si tuviera que aprender alemán o francés tendría que empezar casi de cero.
¿Y no se le pasa por la cabeza volver a vivir en Navarra?
No lo descarto, pero no se ha dado la ocasión. Siempre que vuelvo es especial porque vienen a verme mis amigos y mi familia, sobre todo mis abuelas, a las que les encanta venir a apoyarme a los partidos, y también coincido con gente con la que jugué cuando era pequeño y es un punto de motivación extra.
¿Es fanático de algún otro deporte además del balonmano?
Lo que más sigo es el balonmano, tanto la Liga Asobal como las del extranjero. En otras disciplinas no estoy muy puesto.
Seguro que algo de información futbolística le llega...
Mis compañeros de piso siempre ponen los deportes del telediario y estamos bombardeados con Real Madrid y Barça, pero no me interesa mucho. Una vez me propusieron quedar para ver la final de la Liga de Campeones y ni siquiera sabía que se disputaba ese día, así que con eso está todo dicho.
¿Qué opinión tiene de la polémica suplencia de Iker Casillas?
Me parece un tema ridículo. No es por criticar a Mourinho, pero está ofreciendo demasiado espectáculo extradeportivo.
¿No sigue a Osasuna?
Estoy más puesto porque Ekhi Senar, que juega en el Promesas, es muy amigo mío y comentamos cómo va todo, aunque no les están saliendo bien las cosas este año ni al primer equipo ni a ellos.
¿Y qué otras aficiones tiene fuera del deporte?
Me encanta salir con los amigos a tomar algo y aprovecho el tiempo libre para ver series y películas.
¿Qué ve en televisión?
Gandía Shore, Mujeres y hombres y viceversa y ese tipo de programas me parecen lamentables. Parece que los recortes en educación se están notando desde ya (entre risas). Me gusta mucho el humor, así que veo series como Los Simpsons o Padre de familia y poco más.
¿Es de los que se cuida en Navidad o se permite algún que otro capricho culinario?
Intento cuidarme, pero es complicado. Entre el jamón, la cecina que traigo de León y la comida típica de estas fechas, siempre comes algo de más, pero salgo a hacer deporte para compensarlo.
Cumple años dos días antes de Reyes. ¿Se le acumulan los regalos esos días?
Nací el 4 de enero y puede que haya tenido algún regalo menos que otras personas porque la gente cumple con las dos cosas a la vez, pero nunca me he quejado de eso.
¿Tiene alguna habilidad que la gente no conozca?
Nada especial. Lo que destaca de mí es que soy muy activo. Siempre tengo ganas de hacer cosas y acepto cualquier plan que me propongan.
¿Y alguna manía antes de jugar?
No soy especialmente supersticioso, pero sí que me gusta calentar con la misma camiseta con la que juego los partidos. Mis compañeros suelen tener una específica para calentar, pero yo nunca la uso.
¿Qué es lo que nunca falta en su maleta cuando viaja?
El ordenador.
¿Es asiduo a las redes sociales?
Empecé con el Tuenti, pero ahora lo he dejado bastante de lado y me dedico más a Facebook y Twitter. No suelo escribir mucho, pero lo utilizo sobre todo para estar al día de lo que pasa en el balonmano y en contacto con mi gente.
¿Recuerda en qué invirtió su primer sueldo?
La primera vez que cobré fue cuando jugaba en el Anaitasuna y lo ahorré, porque no fue mucho. Desde que gano dinero intento pagarme mis cosas para que mis padres no tengan que gastar mucho en mí.
¿Cuál es el mayor capricho que se ha dado?
El ordenador portátil que me compré el año pasado.
Para acabar, ¿cómo se definiría en pocas palabras?
Soy una persona alegre, activa y con muchas ganas de trabajar.