Enrique Sanz: “Si lo comparas con otras ciudades, el carril bici de Pamplona es una chapuza”
Los días se le quedan cortos a Enrique Sanz. El joven ciclista (25 años) del Movistar Team pasa casi la mitad del año alejado de los suyos; sin embargo, tiene claro que su casa sigue, y seguirá siendo, Orkoien
orkoien - La trayectoria de sus ascendentes ha colaborado a marcarle el camino. Su tío Juan Carlos ha saboreado el éxito en el deporte rey, pero él se ha decantado por el ciclismo, la disciplina con la que ha crecido gracias a su padre y su otro tío Eusebio. Una vez finalizada la primera parte de la temporada Enrique Sanz aprovecha estos días para amueblar el piso recién comprado y para descansar junto a los suyos, sin dejar de lado su compañera de viaje, la bici.
Después de haber recorrido prácticamente medio mundo sobre las dos ruedas, ¿de dónde es?
-De aquí. De Orkoien de toda la vida. Tengo los amigos aquí y prácticamente hago vida aquí.
¿Se acuerda de todos los sitios a los que ha ido o tiene que apuntárselos?
-Sí, me acuerdo de todos. Sobre todo a los que se sale fuera de la zona como China, Australia, Canadá, Argentina... de todos esos más o menos te acuerdas, luego ya los cercanos, como son más habituales, alguno se te puede pasar.
¿Con cuál se queda?
-Con Australia.
¿Por algún motivo en especial?
-Siempre me ha llamado mucho la atención ese país y me gustó cómo se hace vida allá, el nivel de vida que hay, que no tienen esta famosas crisis de por aquí y las costas, carreteras e interiores que tienen de montaña.
¿Le da tiempo para visitar lugares?
-Cuando sales tan lejos, que tienes que hacer una semana de aclimatación, más o menos sí. Los días anteriores puedes hacer algo de turismo, pero nada de ir a hacer un safari ni nada por el estilo. Se va a lo que se va.
Hacer la maleta le costará bien poco...
-Así es. Normalmente siempre llevas lo mismo.
No le da pereza entonces.
-Eso siempre. Siempre suele dar un poco de pereza, pero si tienes todo más o menos preparado la haces en diez minutos porque tienes que llevar siempre lo mismo. Así que no cuesta mucho.
¿Qué no falta en la maleta de Enrique Sanz?
-El altavoz. Tengo uno mini para poner la radio. Va por internet y la suelo poner con el wifi del hotel.
O sea que es el Dj del equipo...
-No, no. Hay bastantes y mejores que yo (risas). Pero a mí me gusta eso, poner la radio en internet, escuchar música en Los 40 Principales y también diferentes programaciones.
¿Se refiere a boletines informativos?
-Sí, también. Porque cuando estás en carrera estás una semana incomunicado y se te olvidan las cosas. No tienes tiempo más que para correr, descansar, masaje, cenar y preparar la mochila.
¿Cuánto tiempo pasa fuera de casa?
-Entre 70-75 competiciones al año, entrenamientos que hago fuera, viajes y concentraciones en altura... unos 130 días fácil.
Entonces pisa poco Orkoien...
-Ya lo piso ya. Cuando estoy aquí también tengo que entrenar, pero 130 para los 365 días que tiene el año ya está bien compensado.
¿Eso le hace aprovechar los días de forma diferente al resto?
-Un deportista, y más de este nivel y en este deporte precisamente, no aprovecha los días porque cuando estás en casa sigues entrenando y cuando paras, estás ya mentalizado para descansar. Hago lo mismo que en competición, pero en casa. Lo único que cambia es el entrenamiento. Eso te hace disfrutar el deporte que haces porque nuestra oficina son los montes y puertos que tenemos, que son preciosos, pero también es sacrificado. No acabas de disfrutar como lo puede hacer la gente, pero es algo que compensa económicamente y además, disfrutas haciendo lo que haces.
¿Guarda las bicis?
-No, no guardo todas. Solo con la que empecé y un par más.
Y según palabras textuales suyas: “Como oro en paño que vale millones”. ¿Tanto vale?
-Sentimentalmente vale muchísimo. Esa no la quitaría nunca. Es la primera con la que iba a donde tenía antes la bajera el equipo porque mi padre era mecánico del equipo y la cogía, me la trajeron pintada... La guardo con mucho cariño.
Hoy en día se ve a más gente utilizando la bici por la calle. ¿Cree que es una nueva forma de vida o una moda?
-Creo que es por necesidades y moda, las dos. Hay gente que se ha dado cuenta de que la bici es muy rentable y rápida a su vez. Yo soy ciclista, pero cruzo Pamplona más rápido que un coche y sin ir rápido. También hay que decir que nos saltamos demasiados semáforos, pero si estás en Pamplona ir de San Juan a Carlos III a trabajar aparte de que sale más económico, es más rápido y cómodo y además haces ejercicio.
Ha costado concienciarse de ello. ¿A qué se debe?
-Porque igual no había las necesidades de ahora o era más cómodo coger el coche y la gente se lo podía permitir. Ahora se piensan más las cosas y se intenta ahorrar lo máximo posible.
¿Está a favor de que se promueva este transporte en la ciudad?
-Sí, sí. Sin duda alguna.
¿Cómo ve las medidas que hay en Pamplona y la Comarca?
-Son una chapuza. Lo comparo con ciudades como Gante, Amsterdam, que no he estado pero sí he visto, Holanda y otras ciudades más pequeñas y ves cómo está todo preparado y ves lo que hay aquí, que son unas líneas pintadas por una acera... ¿Eso un carril bici?
¿Qué se podría hacer para mejorarlo?
-Está complicado porque habría que hacer muchísimas obras. Yo no sé si soy el que tiene que dar soluciones, pero sí que deberían mirar a otras ciudades para ver cómo está hecho y que lo intenten replantear bien.
No puedo evitar hacerle esta pregunta: ¿de qué compañía telefónica es?
-De Movistar (risas).
¿Tiene algún descuento?
-No, no. No tenemos descuento. Las ofertas ya son suficientemente buenas con lo que tienes en casa de internet, televisión y teléfono. Sí que nos regalaron un teléfono a principio de año y le damos uso, pero nada más.
Seguro que más de uno le habrá bromeado con este tema...
-Sí, sí. Me dicen: ¿te darán un teléfono o te pondrán una tarifa especial? Eso siempre.
¿Está conectado a las nuevas tecnologías?
-Sí, me gustan pero tampoco soy un gran entendido. Me suelo pelear también con ellas.
Sin embargo, las redes sociales como Twitter las lleva bastante al día.
-Sí, eso sí. Es una herramienta de publicidad que si se usa bien está muy bien para publicitarse, que te vean y que te conozcan.
¿Está enganchado?
-No, no. Para nada. Hay días que ni lo miro.
Cambiando de tema, ¿se lleva bien estar bajo las órdenes de su tío Eusebio?
-Es el que dirige todo. Está ahí arriba, pero no lo solemos ver en carrera. Sí que está en carreras importantes y alguna vez incluso me ha llevado en alguna contrarreloj. No tengo ningún problema porque sé que lo que hago lo intento hacer lo mejor posible para él y para el equipo.
¿Le aprieta más por ser su sobrino?
-Para ciertas cosas sí, pero para otras muchas como al resto.
Y su otro tío, Juan Carlos, exjugador y actual entrenador de porteros del Barcelona...
-Así es. Menudo nivelazo tienen; está complicado seguirles los pasos pero también contentos por cómo le va. A los otros tres hermanos de ellos también les va muy bien en la fábrica de piensos Unzué y a mi madre también en la tienda de ropa que tiene. No solo en lo deportivo, en lo empresarial también les va a todos bastante bien.
¡Tendría pecado que fuera del Real Madrid!
-No soy un gran seguidor del fútbol, pero sí me gusta. No voy a decir que prefiero que palme el Madrid, pero sí que vaya mejor el Barça porque soy culé.
¿Cómo lo ha visto este año?
-Ha ido de menos a más. Como hay que ir. Como en ciclismo, en una carrera es mejor empezar de menos a más. Han estado imparables yo creo.
Ya tienen la Liga y la Copa y le queda otra final más.
-Creo que es bastante asequible, pero luego hay que ganarla porque ganar es muy complicado.
En su Twitter ha mencionado en alguna ocasión a Luis Enrique. ¿Tiene relación con él?
-Sí. Un día lo conocí. Es un forofo del ciclismo y un buen tío. Bastante sencillo para lo que parece.
Su padre fue también ciclista y mecánico. ¿Lleva el deporte en los genes?
-Mi hermano también es preparador físico del equipo. Mis primas han hecho atletismo, ahora mi primita pequeña está empezando en ciclismo, otras han jugado a fútbol, uno de mis primos está ahora jugando a fútbol en Estados Unidos... Toda la familia, desde arriba, siempre ha estado ligada al deporte.
¿Se lo inculcó su padre?
-No. Cuando iba al pueblo para estar con mis amigos recuerdo que siempre salía con la bolsa con el balón y la llevaba en la bici. Entonces alguna de las dos tenía que ser. Jugué a fútbol de chaval, y no era malo, pero empecé con la bici, tuve que decidir y me decanté por ello.
Tengo entendido que le apasiona el mundo del motor. ¿De dónde le viene esa afición?
-De mi padre. Ha tenido muchos coches y muy diferentes y mi pasión es el motor, los coches.
Me han dicho que no compite pero que corre en los circuitos...
-De vez en cuando, sí.
¿No es peligroso?
-No, lo realmente peligroso es en la calle. En el circuito es seguro y cuando tienes que ir a sacar un poco toda la potencia del coche intentas hacerlo allí.
¿Es una manera de desahogarse?
-No, no. Es una afición. Pero sí que en el coche suelo pensar mucho las cosas. Sobre todo en los viajes largos, que doy muchas vueltas a las cosas. Es mi lugar de pensamiento.
¿Rossi o Lorenzo?
-Márquez. Es un ganador nato y con mucha personalidad y humildad. Pero entre Rossi y Lorenzo me quedo con Rossi porque Márquez es un Rossi en sus buenos tiempos.
¿Cómo está viendo el Mundial?
-Lorenzo está ahora bastante fuerte. Y está bien que los de Movistar les den un poco de caña también (risas).
Ha terminado ahora la primera parte de su temporada. ¿Qué hace ahora en su tiempo libre?
-Esta semana estoy aquí. He comprado un piso y estoy metiendo muebles y poniéndola bien para entrar a vivir enseguida. Eso me está quitando el tiempo.
¿Se marca algún plan?
-Es un deporte que vas día a día porque te cambian el calendario y no puedes planificar mucho. Eso lo pueden hacer Nairo o Alejandro, que tienen uno más fijo, pero nosotros nos movemos en torno a ellos. Así que en mi caso los planes no se cumplen.
¿Vive el presente o el futuro?
-No. Miro mucho siempre al futuro. Desde que empecé en el ciclismo he tenido la cabeza en ahorrar para comprarme una casa lo antes posible y cuatro años después se ha podido dar el caso. Ahora está muy complicado que alguien con 25 años pueda ya comprarse una casa. Es de valorar lo que estás haciendo y seguir por esa línea mirando el futuro, pero ahora mucho más centrado en el presente porque en una casa se va mucho dinero. El futuro ya ha llegado y ahora pienso en vivir más el presente.