Chicos bien, moral óptima
Parafraseando al legendario Ladislao Kubala, la situación hoy de Osasuna, después del empate ante la Ponferradina y de no poder prolongar la racha de victorias, se resume en ese escueto “chicos bien, moral óptima”, explicación que le servía al húngaro para todo en sus tiempos de seleccionador español. Porque ¿qué otra reflexión podemos hacer después de este pinchazo en las aspiraciones? ¿Debemos insistir que ante las ausencias de Merino y Roberto Torres el entrenador optó por un medio campo de rompe y rasga, con poca capacidad de control de pelota y de creación? ¿Remover que la alineación para este encuentro tenía una lectura más próxima a como terminó que a como arrancó? ¿Maldecir que cuesta cinco partidos elaborar una ocasión de gol y otros cinco marcarlo? ¿Asumir que nos despedimos de soñar con el ascenso directo? El debate alargaría las secuelas de la desazón por el empate pero no cambiaría nada a estas alturas de curso ni en la metodología del entrenador. Lejos de eso, yo escucho y leo al osasunismo mayoritariamente tranquilo a la vez que ilusionado; tranquilo por la posición del equipo e ilusionado al ver cómo van creciendo algunos jugadores en esta Segunda División en la que un equipo que pelea por la permanencia es tan complicado o más que otro que lucha por el ascenso. A Osasuna le queda un final del Liga tan intenso como prometedor; un final en el que no va a poder encadenar esas ochos victorias consecutivas con las que soñaba el entrenador, pero que, pese al tropiezo, tiene margen, ánimo y fuerzas para seguir compitiendo. Lo escenificará ante su hinchada el domingo en Bilbao. Así que fieles a la filosofía del técnico, convengamos que un punto también suma y la plantilla lo da por bueno.
Nauzet amarra más puntos.- Y el punto es bueno porque ante la sequía de oportunidades de gol (ayer resumidas en un cabezazo de David García y un disparo de Oier en inmejorable posición), ante otro empate cantado, Nauzet evitó la victoria de la Ponferradina al rechazar el penalti ejecutado por Acorán. El guardameta rojillo volvió a resultar tan determinante como en Alcorcón siete días atrás. Esta vez también resolvió con las piernas un mano a mano con Berrocal en la primera parte. No sé que estándar manejará Osasuna para cerrar las renovaciones de contrato, pero Nauzet se ha ganado la ampliación en el campo y sumando puntos. Y además la hinchada le quiere. Porque se hace querer.
El sitio de los ausentes.- Nauzet no ha dejado de jugar un solo minuto en esta Liga. Por contra, las ausencias de Merino han sido más numerosas. Ayer, otra vez, la figura mandona y contundente del centrocampista se echó en falta sobre el campo. Tanto como su talento. También decía Kubala que “en el fútbol hay sitio para todos”, pero no es menos cierto que hay sitios que es más difícil cubrir. Como el de Roberto Torres. Manuel y Oier, dos destajistas del fútbol, hicieron lo que pudieron con sus estilos antagónicos. Después de un primer tiempo gris, se vivieron arriba tras el descanso, y su brega -acompañados por los movimientos de apoyo de Nino- ayudó a arrinconar a la Ponferradina. Y ese espíritu de superación de los dos pivotes casa bien con lo que le espera a Osasuna en este tramo final. Lejos de soltarse las botas, los rojillos van a seguir compitiendo. Va en el escudo y la camiseta. Kubala lo sufrió más de una vez en el viejo San Juan...
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