Al igual que el atletismo celebra las carreras de fondo de San Silvestre, el patinaje navarro lleva ya unos cuantos años festejando el fin de año con una actividad en la que aúna el patinaje con el concurso de disfraces. Por supuesto, algo no competitivo, que no son las fechas más propicias para carreras de velocidad al aire libre.

Una iniciativa que cada año cuenta con más adeptos, que se reúnen en el circuito de Antoniutti y visitan después las zonas céntricas de la capital navarra, caso del Paseo de Sarasate o, como se ve en la imagen, la Plaza del Castillo. Reencuentro con los compañeros de deporte y buen humor para despedir el año.