Gateaba por el tatami antes de competir sobre él. El judo ha sido siempre su gran pasión, su anclaje, su forma de vida, una motivación a la que ha dedicado mucho trabajo e incontables horas y en breve, además, puede darle la mayor satisfacción posible para un deportista: participar en unos Juegos Olímpicos. Ariane Toro, de 20 años, quiere estar en París este verano, continúa inmersa en su preparación para alcanzar el ambicioso y cercano objetivo, pero no lo hace sola. Tiene a su lado a los dos mejores pilares, Yolanda Soler y José Toro quienes, además de sus entrenadores, son sus padres.

Ellos saben a la perfección lo que puede estar sintiendo y pensando su hija en estos momentos. Porque ambos han sido judocas de elite, han pasado por cientos de combates en sus trayectorias y, además, han vivido la experiencia olímpica. Los dos estuvieron en Atlanta en 1996 e incluso su madre, que ya había saboreado unos Juegos gracias a Barcelona’92, se colgó la medalla de bronce cuando sólo contaba con 25 años. Toda una hazaña por la que ahora, bastante tiempo después, pelea su hija. Y con verdaderas opciones en la mano.

A día de hoy, Ariane Toro es la primera judoca española en el ranking olímpico en -52 kilos. Su brillante actuación hace un par de semanas en el Grand Slam de París, la competición por excelencia del circuito internacional, le permitió hacerse con un épico bronce que le pone muy cerca de su objetivo. “Este año ya es el primero en el que compito en categoría absoluta y el de París es uno de los torneos más prestigiosos. Están todas las deportistas que llamamos top. Es mi primera medalla en un Grand Slam y el hecho de que tuviese lugar en París fue muy especial”, constata.

Después de ser oro en el Oceanía Open de Perth, el pasado noviembre, y segunda en el European Judo Championships Juniors en La Haya previamente, el bronce de París es un espaldarazo en su camino olímpico. Pero aún queda trabajo por hacer. Este fin de semana le espera el Grand Slam de Baku y el 22 de marzo el de Tbilisi. “Son competiciones previas muy importantes también. Hay que seguir con el mismo objetivo, con la misma progresión que en París, y pensando mucho en los Juegos Olímpicos. A ver si conseguimos esas medallas y podemos clasificarnos”, confía.

Desde que era una niña, esta estudiante de ADE y Derecho ha tenido muy clara su meta: “Toda mi vida he soñado con unos Juegos. Siempre se ven lejos, porque no es fácil sacar una medalla a estos niveles. Y hasta ahora no lo veía muy cerca. Incluso hace cinco meses, tampoco. Ahora mismo no me creo que a mis 20 años esté tan metida para unos Juegos. Pero ahí estoy y ojalá lo cumpla”.

Sus referentes

En este camino a la cima, que siempre es pedregoso y sacrificado, Ariane Toro cuenta con la mejor ayuda posible, la de sus padres. Yolanda Soler y José Toro no sólo le brindan su apoyo como progenitores que son, sino que además la acompañan y la preparan a nivel deportivo como entrenadores de judo. “Desde muy pequeña son mis referentes. Saben ponerse en tu piel y tengo confianza plena en ellos”, asegura la joven judoca nacida en Bilbao pero criada en tierras navarras, adonde vino cuando su madre se hizo cargo en 2003 del Centro de Tecnificación de Judo Navarro, en Larrabide.

Ellos, que son además seleccionadores absolutos, son conscientes del momento que está viviendo su hija. “Yo siempre le digo en casa que me da envidia y me contesta que yo ya lo he vivido”, relata Yolanda Soler. “Verla ahora tan cerquita de algo que quiere tanto me hace mucha ilusión”, añade. Un sentimiento que también comparte José Toro, quien va más allá. “Para mí el mundo de la competición es muy duro como entrenador. Hay que aguantar mucho, de un lado y del otro, y al final cansa bastante. Esto que nos está pasando me hace tirar para adelante, me hace volver a coger ilusión y estoy emocionado con ello”, resalta.

“Desde muy pequeña son mis referentes. Saben ponerse en tu piel y tengo plena confianza en ellos”

Ariane Toro - Judoca

Y eso que, de cara a la cita olímpica, a la joven judoca quizá no le baste sólo con estar entre las 18 primeras del ranking. “No sabemos dónde llegaremos este ciclo, porque empezó a jugar muy tarde, y tenemos el handicap de la Federación, ya que si la otra judoca española –Estrella López Sheriff– está dentro de la clasificación olímpica, iría ella. Aunque Ariane fuese la primera”, afirma. “Sería un poco raro e injusto”, prosigue Yolanda Soler. “Es verdad que la otra española le saca 12 años y lleva más jugando”, apunta la exolímpica y madre, quien prefiere concentrarse en las opciones y el trabajo de su hija: “Nuestra baza está en el tatami. Sacar medalla en París hace nada era impensable e hizo un campeonato de diez. Todo es posible”.

Soler, que nació en Móstoles (Madrid) el 9 de enero de 1971, es uno de los nombres históricos del judo nacional. En Barcelona formó parte del primer equipo de mujeres que compitió en esta disciplina en unos Juegos Olímpicos y cuatro años más tarde, en Atlanta, fue la única europea en subirse al podio en la categoría de 48 kg gracias a su medalla de bronce, que guarda a buen recaudo en su correspondiente caja. “Si soy sincera, me quedo con Barcelona”, reconoce. “Para mí, haber vivido los Juegos en casa, con 21 años, ha sido la mejor experiencia deportiva. Me siento muy afortunada. Luego, evidentemente, sacar una medalla en Atlanta fue lo máximo. Toda una recompensa al trabajo. Cuando acababa de ganarla, un periodista me pasó el teléfono y era mi madre, que estaba en Madrid. Cada vez que hablo de aquellos momentos me emociono aún. Por eso, ahora que está cerca de conseguirlo, se lo digo a Ariane: que lo viva y lo disfrute”.

“Ariane tiene las cosas muy claras. Siempre las ha tenido y pelea por ellas. Es decidida e independiente”

Yolanda Soler - Bronce en los Juegos de Atlanta

Para su marido José Toro (Barakaldo, 11 de noviembre de 1970) también fue una experiencia “única” la de Atlanta, donde finalizó en el puesto 21º en 65 kg. En su caso, algo “diferente”. “Yo no estaba posicionado tan arriba y mis resultados eran más modestos. Sufrí mucho para conseguir la clasificación olímpica. Pero fue una experiencia única, de las mejores y de las peores. Porque quieres llegar y no llegas... Aunque me siento afortunado también de haber estado en unos Juegos Olímpicos, es algo que se te queda para siempre. Y tuve la suerte también de emocionarme con la medalla de Yolanda”, resalta.

Una pasión heredada

En la familia Toro Soler se vive el judo, se habla de judo constantemente en casa y en torno a este deporte se vive todo. Además de los padres y de Ariane, hay un miembro más que se sube al tatami: el hijo mayor, Julen, de 23 años. “Él es tan deportista como Ariane”, explica José, “aunque la vida le ha puesto en otro lugar. Estos tres últimos años ha sufrido una lesión un poco atípica. Ojalá se pueda recuperar y disfrutar también de este deporte”.

De pequeño, Julen practicaba gimnasia y eso le llevó a su hermana a querer imitarle y a apuntarse también a esta disciplina. Aunque al final cambió de camino. “Siempre tuve claro que el judo era mi deporte. Estaba casi predestinada a él”, constata Ariane.

“Esto que nos está pasando me hace tirar para adelante, me hace coger ilusión y estoy emocionado”

José Toro - Exjudoca olímpico

Una judoca con la que “no hay que ser exigente”, sino sólo “acompañar”, como bien dice su padre. “Es una deportista a la que no hay que decirle que entrene, que haga esto o lo otro. Ella es inquieta y se preocupa por aprender. A veces, incluso, le hemos tenido que frenar en algún entrenamiento, porque con 14 años tuvo una cirugía en un hombro. Ella se negaba a parar. Ahora la cosa ha mejorado y entrena y compite vendada, aunque sin dolor”. Una actitud que también le caracteriza fuera del tatami, como explica su madre: “Ariane tiene las cosas muy claras. Siempre las ha tenido y pelea por ellas. Ella siempre quiere ser mejor, quiere crecer y lo consigue. Siempre ha sido decidida, resuelta, independiente y autónoma. Al igual que algo cabezota”, sostiene.

Con su carácter, su personalidad, su tozudez y determinación, Ariane Toro Soler encara el tramo final de un camino cuya meta es ambiciosa y enormemente ilusionante. A sus 20 años quiere estar en los Juegos Olímpicos de París. Tesón no le va a faltar. Y el apoyo de sus padres y de su hermano, tampoco. Suerte.

Ariane Toro

l Lugar y fecha de nacimiento. Bilbao, 10 de julio de 2003. Lleva casi toda su vida en Navarra.

l Último triunfo. La subcampeona europea sub 23 se colgó a principios de febrero el bronce en -52 kg en el Grand Slam de París, el torneo más prestigioso del circuito internacional.

l Estudios. Está cursando un doble grado en ADE y Derecho a distancia, en la Universidad de Burgos. Estudió Primaria en la ikastola Sanduzelai, y ESO y Bachiller en el instituto Biurdana.

Sus padres

Yolanda Soler. Nacida en Móstoles (Madrid), el 9 de enero de 1971. Su extenso palmarés incluye dos participaciones olímpicas: en Barcelona’92, con 21 años, y en Atlanta’96, donde fue la única europea en subir al podio gracias a su medalla de bronce en 48 kg.

José Toro. Natural de Barakaldo (11 de noviembre de 1970). También acudió a Atlanta’96, donde finalizó 21º en 65 kg.