La conversión de Patrick Mahomes en quarterback titular de los Kansas City Chiefs en 2018 significó la consolidación de la mayor dinastía de la última década en la National Football League (NFL). La franquicia de Misuri ha ganado en las últimas nueve ocasiones la División Oeste de la Conferencia Americana (AFC) –un récord solo superado en la NFL por los once de los New England Patriots– y en las últimas siete el campeonato de la AFC, lo que venía siendo la mayor racha activa de cualquier equipo de las ligas estadounidenses de fútbol americano, baloncesto, hockey o béisbol. En las ocho campañas con Mahomes como director del juego, los Chiefs han logrado además tres anillos de campeón de la Super Bowl (2019, 2022 y 2023) y han disputado otras dos finales (2020 y 2024); es decir, cinco en los últimos seis años. Los Chiefs eran sinónimo de éxito. Pero todo ciclo se agota con el transcurso del tiempo.
Tras la derrota encajada el pasado domingo ante los Houston Texans (20-10), los Chiefs cayeron a un récord de 6 victorias y 7 derrotas, el peor registro después de trece partidos disputados de la temporada regular desde 2012, cuando comenzaron 2-11. Con estos números y por primera vez desde que Mahomes forma parte del equipo, los Chiefs no podrán ganar el título divisional, lo que supone el fin de una época de dominio.
Mahomes, acostumbrado a ser la luz que guía hacia los éxitos, firmó ante los Texans una de sus peores actuaciones en la NFL. Terminó el partido con 14 pases completados de 33 intentos para completar 160 yardas sin ningún pase de touchdown, además sufrió tres intercepciones. El 42.4% de pases completos es el más bajo en sus nueve años de carrera. Los 10 puntos de los Chiefs también fueron la menor cantidad en cualquier partido en casa, ya sea en temporada regular o en play-offs, con Mahomes ejerciendo de titular. La carrera de este mariscal de campo señalado como sucesor de Tom Brady ha estado plagada de éxito. Pero ahora asiste a los peores Chiefs que ha conocido.
Obligados a ganar todo lo que queda
De hecho, los Chiefs están cerca de quedarse fuera de la postemporada; es decir, de luchar por el título de Conferencia y por la Super Bowl. Una derrota en la próxima cita del calendario, ante Los Angeles Chargers, les apartaría de los play-offs. Yendo más lejos, los Chiefs necesitan ganar los últimos cuatro partidos de la temporada regular (ante Chargers, Tennessee Titans, Denver Broncos y Las Vegas Raiders) para mantener vivas sus opciones de luchar por el título, para lo que también necesitan tropiezos de los Chargers y los Indianapolis Colts. Actualmente se le otorgan entre un 12 y un 15% de posibilidades de clasificarse.
“Sabemos que las posibilidades son cada vez menores, pero sé que los chicos de este equipo lo darán todo en cada oportunidad que tengan”, prometió Mahomes. “Sé que no estamos ganando partidos, pero con esa mentalidad en el vestuario, en los partidos que no ganamos, nunca se puede cuestionar la lucha de este equipo”, añadió el texano, que a sus 30 años tratará de sostener el peso de una dinastía que se desploma en un 2025 que comenzó con la derrota en la final de la Super Bowl ante los Philadelphia Eagles, que dieron la sorpresa al no partir como favoritos cobrándose además la venganza de 2023, cuando los Chiefs levantaron su último trofeo Vince Lombardi.
Mahomes mejora sus registros
La del pasado febrero fue la quinta final en seis años para los Chiefs de Mahomes, quien aspiraba a ser el primero en conquistar tres títulos consecutivos. Pero solo unos meses más tarde el giro de los acontecimientos es drástico, aunque precisamente Mahomes no es el gran responsable de este cambio. De hecho, el quarterback presenta a estas alturas de la temporada mejores números que el año pasado, cuando los Chiefs gozaban de un récord de 12 victorias y solo una derrota. Este curso Mahomes suma 3.398 yardas de pase, 22 pases de touchdown y 10 intercepciones, mientras que en la campaña anterior presentaba 3.184 yardas, 20 pases de touchdown y 11 intercepciones.
El problema es el acompañamiento. El equipo no ofrece soluciones ofensivas. Rashee Rice fue sancionado seis partidos por violar las normas de comportamiento al provocar un accidente múltiple de tráfico. Esta importante baja dejó a Travis Kelce, receptor estrella de los Chiefs en los cursos previos conformado una dupla letal con Mahomes, con mayor responsabilidad a sus 36 años. Kelce especuló con una retirada tras la pasada Super Bowl, pero permanece en activo y como mayor argumento ofensivo a nivel estadístico, con 727 yardas en recepción y cinco recepciones para conversiones de touchdown. En el apartado receptor se echa de menos la aportación de Xavier Worthy y Hollywood Brown. En el ataque terrestre tampoco ejercen como grandes amenazas Isaiah Pacheco y Kareem Hunt.
La defensa, el único pilar sólido
A Mahomes no solo le faltan alternativas para los pases, sino que además tampoco está protegido. Es el quarterback de la NFL que menos tiempo posee antes de recibir la presión rival, 2,2 segundos. Además, es el séptimo mariscal que más capturas ha sufrido, 29. La defensa, por contra, es la séptima que menos puntos ha concedido. Es el apartado que está frenando a los Chiefs de una caída mayor.
El entrenador de los Chiefs, Andy Reid, apuesta por mantener viva la esperanza. “Escucha, esto nunca termina, así que sigue luchando. Llevo mucho tiempo haciendo esto. He visto algunas cosas, así que sigue adelante”, apunta. Pero los debates ya se centran en cómo será la reconstrucción de los Chiefs para tratar de recuperar la vida de una exitosa dinastía que no podrá prolongar la mayor jerarquía de la última década en el deporte estadounidense.