Juanito Oiarzabal (impresionante el relato ayer en Onda Vasca) cree que la muerte de Tolo podía haberse evitado, que hay que saber cuándo darse la vuelta, ser -decía- más profesional. Los debates surgen en la red: ¿por qué se dejan cautivar por la cumbre poniendo en riesgo su vida (y las de los demás)? ¿Alimentamos la prensa y las firmas comerciales una competencia desmesurada? ¿Merece la pena seguir a este ritmo o hay que abandonar la carrera del más difícil todavía?

Xabier Lapitz