Para descenso de barrancos, el de Artazulo
Javier Iturritxa edita un libro con 85 propuestas para el descenso de cañones en euskal herria
pamplona. Puede que no sea la práctica deportiva en montaña más extendida ni que cualquiera esté capacitado para probarlo de buenas a primeras, pero desde hace varios años el descenso de barrancos y cañones se ha convertido por méritos propios en una de las actividades con más auge y proyección, especialmente entre los jóvenes.
Para atender el creciente interés por el barranquismo y dar a conocer algunos de los mejores lugares para su práctica, el escritor vitoriano Javier Iturritxa, de 31 años, acaba de publicar su segundo libro, Barrancos y cañones de Euskal Herria, una obra que se hace imprescindible para los amantes de la montaña y del barranquismo. Si en su anterior libro Aristas y crestas de Euskal Herria mostraba rutas inéditas, ahora ofrece nuevos descubrimientos, con algunos descensos inéditos que pone a disposición de los lectores tras un año intenso con los descensos.
Se ha tomado su tiempo antes de poder acabar su segunda obra, que contiene anotaciones sobre el terreno muy útiles, fruto de un intenso trabajo de investigación de más de cuatro años. Es una autoedición cuidada al detalle, con empeño enciclopédico en los datos, en el que a lo largo de 235 páginas se recogen 85 propuestas concretas, varias de ellas en Navarra. Algunos de los descensos que aparecen en el libro son inéditos, pero en general considera que "son muy asequibles. Y yendo con cabeza y poco a poco se pueden hacer casi todos. Pero sí que es verdad que también hay descensos muy potentes y difíciles: Larrandaburu, Ezpelsaria, Olhadubi... Yo siempre recomiendo ir sin prisa a la montaña. Empieza con los fáciles y, según como te veas, ya irás avanzando. Pero me gustaría resaltar que la dificultad de un descenso también depende mucho de en qué condiciones lo encontremos".
Con respecto a los existentes en Navarra, Iturritxa comentó que se pueden probar "descensos de gran calidad como Diablozulo, muy acuático y muy bien formado, o Artazulo, otra propuesta acuática, encajonada, larga y con un montón de saltos conocida por todos, que recomiendo a todo el mundo. En Euskal Herria, y más concretamente en Zuberoa, hay cañones que no tienen nada que envidiar a los de ninguna otra parte del mundo".