EMOTIVO día el de ayer en Tarazona, quizás por la cercanía existente entre nuestra familia, amigos y gente, y el lugar donde, nos sentamos por la tarde para descansar tras una etapa algo light.
Y digo light porque la contrarreloj después de una jornada de descanso nos vino bien prácticamente a todo el pelotón, algo más descansado, tranquilo y lleno, lo cual nos permitió el poder comenzar el día algo más tarde que de normal y desayunar a nuestro aire.
Sí que es cierto que al tener algo más tarde programada nuestra salida en la crono de ayer, pudimos aprovechar más el día para, de paso, recibir las visitas de los nuestros. Tuvimos el placer de poder tener contacto físico de nuevo con nuestra familia, bromear con los amigos y contarles nuestras sensaciones después de diez días de mucho trabajo y kilómetros a nuestras espaldas.
Una vez llegado el momento de faenar, lo que sí quisimos entre todos fue calentar bien las rodillas y romper a sudar cuanto antes, es algo básico que nos permitió rodar más sueltos que quienes no hacen lo mismo antes de una prueba contra el reloj. La anécdota de ayer fue el montarnos en la cabra, algo que siempre nos parece más incómodo desde que te montas, pero no queda otra que acostumbrarse, puesto que es lo mejor que hay por aquí para ir lo más rápido posible.
Respecto a la etapa de hoy, me gustaría sentirme algo más tranquilo. Las etapas de Calahorra y Burgos, a priori un poco más suaves que lo que nos viene después, sumando el día de descanso y a la contrarreloj, hará que nuestro equipo se prepare a tope para lo gordo y para las etapas en las que debemos dar todo lo que llevamos dentro, es por esto por lo que debemos mantener nuestras energías lo más intactas posible.
* Ciclista navarro del Caja Rural.
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