Hay coches que te ganan al primer vistazo, modelos con encanto que te cautivan desde el instante inicial, sin saber muy bien por qué te han conquistado desde el minuto uno ni qué es lo que los hace realmente irresistibles. Es un fenómeno que desde siempre me ha llamado la atención. Escuchando a un prestigioso diseñador italiano de automóviles en una presentación mundial de una gran berlina, decía: “Hay modelos que atraen y seducen en cuanto los ves; son brillantes diseños, aunque luego con el tiempo pasan a ser automóviles que se convierten en convencionales y envejecen. Sin embargo, los más grandes son aquellos que, pasados los años, todavía son capaces de conseguir que los sigas mirando, embobado, atraído como el primer día por un diseño al que sólo le ves aciertos y del que disfrutas a cada instante”.
Para mí el Volkswagen T-Roc es uno de estos últimos, de esos ejemplares que te dibujan una sonrisa de satisfacción permanente incluso antes de abrir las puertas y montarte dentro. Tengo amigos que poseen un VW T-Roc y están encantados con él, y eso que venían de muy buenos coches anteriores, pero lo mejor es que se sienten plenamente satisfechos con la compra, más allá incluso de lo atractivo que les resultara el modelo desde el primer momento.
La segunda generación del VW T-Roc llega con sus conocidas virtudes y potenciando su espacio, eficiencia, confort, equipamiento y seguridad
Ahora Volkswagen ha decidido lanzar la nueva generación del T-Roc, la renovación de un turismo superventas que se distingue, según la firma alemana, por ser “el sucesor vanguardista de un exitoso modelo, del que se han vendido más de dos millones de unidades en todo el mundo. La nueva generación impresiona por su potente diseño –dinámico, limpio, con proporciones más grandes y el ADN característico del T-Roc con su parte trasera tipo cupé-, innovadores sistemas de propulsión y excelente calidad, al tiempo que amplía su gama de sistemas de asistencias a la conducción –como el Travel Assist o el control de la experiencia de conducción- e incorpora tecnologías propias de vehículos de categorías superiores”.
Desarrollada completamente desde cero, esta segunda generación del T-Roc también destaca por su iluminación con faros delanteros LED de serie, mientras que los LED Matrix IQ. Light quedan en opción, y conectados al logotipo VW iluminado en blanco mediante un estrecha tira luminosa, junto a la barra transversal de LED continua con el logo VW iluminado en rojo en la parte trasera. El interior de alta calidad presenta un puesto de conducción de nuevo diseño, con una pantalla de infoentretenimiento de hasta 33 centímetros y una iluminación de fondo que crea un ambiente similar al de un salón, en tanto puede proyectar sobre el parabrisas (en opción) la información importante, como la velocidad o los pictogramas del sistema de navegación.
La base parte de una carrocería que crece en dimensiones, hasta llegar a los 4,35 metros de largura, 12 centímetros más que su predecesor, lo que se traduce en un mayor espacio interior y en un maletero que aumenta 30 litros para alcanzar los 475. Y este creciente volumen se ve acompañado de un confort superior, con detalles como el asiento ergoActive (acabado Style) con 14 posiciones de ajuste eléctrico y función de masaje.
Aprovechándose de la plataforma compartida con los Tiguan y Tayron, el T-Roc se beneficia de sus avances en hardware y software, tales como el Travel Assist 3, con cambio automático de carril y mayor rapidez de reacción a los límites de velocidad y a su desactivación, sumado a sistemas como el Park Assits Pro1 (con estacionamiento entrenado y automático en distancias de hasta 50 metros, acompañado por el uso del smartphone para conducir el vehículo dentro y fuera de las plazas de aparcamiento), o el sistema de aviso de salida (opcional) que alerta a los pasajeros de que otros vehículos se acercan por detrás.
El segundo SUV más vendido de Volkswagen se ofrece con tracción delantera y a las cuatro ruedas y precios a partir de 30.845 euros
Los motores, como era de esperar, dan un paso adelante en eficiencia y respeto medioambiental. En Europa estará disponible sólo con propulsores híbridos turboalimentados de gasolina, con la llegada inicial de dos mild-hybrid de 48 V, los 1.5 eTSI de 115 y 150 CV, a los que seguirán dos híbridos desarrollados íntegramente desde cero, todos con tracción delantera. Más adelante hará su aparición la tracción total 4Motion con el motor TSI de dos litros, que también se ofrecerá como mild-hybrid (mHEV). Igualmente, en el futuro se incorporará el T-Roc R, la variante más potente. Todos los motores 1.5 y 2.0 emplean cajas de cambios automáticas de doble embrague DSG con siete marchas.
La gama de terminaciones y equipamientos se ha definido con más claridad y ajuste a los deseos y necesidades de los clientes, con cuatro acabados: T-Roc (asequible y funcional), Life (funcional y confortable), Style (centrada en el diseño y la tecnología) y R-Line (orientada a la deportividad), sumados a los seis tonos de pintura, el techo practicable o el soporte para remolque con capacidad para transportar bicicletas, entre otros detalles. Los precios de partida se sitúan en 30.845 euros, para la versión de gasolina 1.5 eTSI de 115 CV, y la fecha de lanzamiento al mercado será el próximo mes de noviembre. Sin duda que este crossover, el segundo más exitoso de la gama Volkswagen tras el Tiguan, y que se fabrica en la planta portuguesa de Palmela, cerca de Lisboa, sigue teniendo argumentos de sobra para cautivarnos con su encanto, que no decae con los años sino que aumenta. “Gran diseño”, que diría el maestro italiano.