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La 'niña de napalm', 40 años después

el horror de kim phuc, de 9 años, fue inmortalizado por el fotógrafo nick ut tras un bombardeo de eeuu en vietman

La 'niña de napalm', 40 años después

La famosa fotografía de la niña del napalm, convertida en un icono de los horrores de la guerra, cumple mañana viernes 40 años, un aniversario en el que sus protagonistas recordaron la capacidad de una imagen para cambiar la Historia.

Kim Phuc tenía solo 9 años cuando un avión del Ejército survietnamita bombardeó su pequeño pueblo de Trang Bang, cerca de Ho Chi Minh (entonces Saigón), en un ataque coordinado con el mando estadounidense que trataba de controlar el abastecimiento por carretera entre Camboya y Vietnam.

Los informes de EEUU indicaban que no había civiles en la localidad, que entonces fue bombardeada por misiles de napalm.

"Hasta entonces yo era una niña feliz", aseguró Phuc, quien atemorizada se había refugiado con su familia en el templo de Cao Dai.

El fuego de esas bombas, que alcanza 1.200 grados, carbonizó sus ropas y le causó quemaduras en el 65% de su cuerpo, especialmente en su espalda y brazo izquierdo, cuya piel se derretía del calor.

Phuc salió corriendo por la carretera desnuda, presa del dolor "¡Muy caliente, muy caliente!", gritaba, con el rostro en lágrimas. El momento fue inmortalizado por el fotógrafo vietnamita Nick Ut, quien cubría la guerra para la Associated Press.

El imagen, que recibió el premio Pulitzer, mostró los horrores del conflicto al mundo hasta el punto de que fue decisiva para acelerar al final del conflicto.

"La Guerra de Vietnam terminó gracias a esa fotografía", aseguró el fotógrafo, quien ayer se reencontró con Phuc en una conferencia en Newport Beach, California.

Ut, que sigue en activo con 61 años, volvió a desempolvar aquellas instantáneas con motivo del 40º aniversario de aquel 8 de junio.

"Fui a ayudarla al instante (a Phuc) porque su piel se le estaba desprendiendo del brazo y la espalda. Dejé mi cámara y empecé a echarle agua encima, luego la metí en mi coche y nos fuimos al hospital, sabía que podría morir en cualquier momento", relató Ut.

Kim Phuc llegó en estado crítico al centro médico y el personal, escaso de recursos, la envió directamente al tanatorio, donde pasó tres días.

"Pero no me moría", contó Phuc, quien gracias a un amigo de su padre fue realojada en unas instalaciones para quemados, donde estuvo bajo tratamiento durante 14 meses.

"Es un milagro que sobreviviera", confesó la mujer, cuya historia emocionó a los californianos a los que enseñó las cicatrices en su brazo quemado, aún visibles a pesar de haberse sometido a 17 operaciones.

Las secuelas psicológicas, apuntó Phuc, duraron mucho más. En su caso, encontró la paz que estaba buscando en 1982 a través de la fe cristiana que ahora predica con una sonrisa, según declaró.

"Estoy muy contenta. Pienso que la fotografía es un regalo muy poderoso para mí y creo que el mundo es mejor gracias a ella, porque ha hecho que la gente sea más consciente cuando piensa en guerras", manifestó.

Tras la Guerra de Vietnam, Kim Phuc fue usada por el Gobierno comunista para campañas de propaganda hasta que logró que le permitieran estudiar en Cuba, donde conoció a su esposo.

En 1992, cuando volvía de su viaje de novios de Moscú a La Habana, aprovechó una escala de su avión en Canadá para pedir asilo político.

Desde hace 15 años es embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).