Santa Marta, fortaleza aislada de los cardenales
los purpurados vivirán en esta residencia durante el cónclave y donde se les prohÍbe cualquier relación con el mundo exterior
lA residencia de Santa Marta y la Capilla Sixtina serán las dos sedes del cónclave, que seguirá teniendo como lugar de las votaciones la inigualable capilla en la que Miguel Ángel pintó el Juicio Universal.
Los cardenales se alojarán en la residencia de Santa Marta (Domus Sanctae Marthae), en el interior del Vaticano, un edificio moderno, de cinco plantas, 106 suites, 22 habitaciones individuales, un apartamento y numerosos salones, que hará la vida más cómoda a los purpurados, sobre todo a los más ancianos.
Aunque de presencia austera, los suelos son de mármol, las puertas de maderas nobles y las camas, mesas y sillones son bellos muebles de época. Las paredes están decoradas con cuadros que representan, entre otros, a Cristo, la Virgen y san Pedro.
Dispone de una luminosa capilla presidida por un crucifijo de madera y de un amplio comedor, con mesas para siete comensales, que será otro de los lugares donde los cardenales intercambiarán opiniones.
Como establece la normativa, durante el Cónclave el aislamiento de los electores será total y deberán abstenerse de correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios con personas ajenas al cónclave.
Por ello, durante estos días desaparecerán de Santa Marta las televisiones, teléfonos, radios y cualquier otro medio que pueda violar lo estipulado por Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
Con la apertura de Santa Marta, los cardenales ya no están "encerrados", como fue habitual hasta el cónclave que eligió a Juan Pablo II, en las monumentales habitaciones cercanas a la Capilla Sixtina. En aquellos cónclaves se instalaban habitaciones separadas por mamparas, sin duchas y con las ventanas selladas, lo que era un tormento para los purpurados más ancianos.
Los cardenales sólo disponían en sus habitaciones de los clásicos orinales, que a la mañana siguiente sus secretarios vaciaban en los escasos aseos comunes (uno para cada diez).
Los 115 cardenales electores serán trasladados todos los días que dure el cónclave desde Santa Marta hasta la Sixtina para el voto.
la Capilla Sixtina Situada en el pequeño Estado vaticano, la Capilla Sixtina mide 40,23 metros de largo por 13,41 metros de ancho y corresponde a la que fue antigua Capilla Palatina del palacio Pontificio, presumiblemente erigida en 1368.
El primer cónclave celebrado en la Sixtina fue en agosto de 1494 y salió elegido papa el español Rodrigo Borgia, que tomó como nombre Alejandro VI. La última vez que un cónclave se celebró en otro lugar distinto a la Sixtina fue en 1800, cuando debido a las invasiones napoleónicas se trasladó a Venecia (noreste de Italia).
En la Sixtina todo está preparado para acoger desde hoy el segundo cónclave del siglo XXI. Ya han sido colocadas doce mesas de madera cubiertas con paños de color beige y granate, donde los cardenales escribirán las papeletas con el voto.
También han sido colocadas 115 sillas de madera de cerezo, cada una con el nombre grabado del cardenal que la ocupará. En medio de la capilla ha sido instalada una mesa con un atril, sobre el que se ha situado el Evangelio. El espacio delante del altar mayor y del Juicio Final de Miguel Ángel lo ocupa la mesa con las urnas donde depositarán los votos.
También ha sido colocada la estufa donde se quemarán las papeletas y otra estufa auxiliar que ayudará a que salga con fuerza el humo, que si es blanco significará que hay nuevo papa y si es negro que aún no hay sucesor de Benedicto XVI.
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