Los antibióticos son el mejor aliado para acabar con bacterias e infecciones, pero su uso inadecuado puede acarrear serios problemas de salud. De hecho, la proliferación creciente de bacterias multirresistentes –a las que no les hacen efecto los antibióticos– es la principal consecuencia de una mala utilización de estos medicamentos y las autoridades sanitarias advierten de que se trata de una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial.

Para tratar de optimizar su uso, en 2014 se puso en marcha el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), un programa que ha conseguido reducir el consumo de estos medicamentos a nivel estatal y en el que Navarra destaca como una de las tres comunidades con un mayor control sobre el consumo de antibióticos.

Según los datos del PRAN de 2024, la Comunidad Foral presenta una tasa de 20,11 DHD (dosis diarias definidas por 1.000 habitantes) en el sector comunitario, la tercera más baja del Estado, solo por delante de la CAV (19,49) y Baleares (19,34). En el caso de Navarra, desde la puesta en marcha del PRAN hace una década el consumo de antibióticos se ha reducido un 12,5%, pese a que tras la pandemia el consumo de estos medicamentos ha repuntado. A nivel hospitalario, Navarra también es la tercera comunidad con un menor consumo (1,26 DHD) tras Canarias (1,20) y Andalucía (0,99).

52 centros de salud

La aplicación del PRAN en el Estado se materializa a través de otros programas de carácter autonómico que son los PROA (Programa de Optimización del uso de Antibióticos) y que en la Comunidad Foral se puso en marcha en 2017, llegando actualmente a 52 equipos de Atención Primaria. Antes de la llegada de este programa –que consiste en la formación y evaluación de los profesionales a la hora de recetar antibióticos– el consumo de estos medicamentos rondaba las 22-23 DHD, sin embargo se consiguió descender en los años siguientes hasta las 20 de 2019 y con la llegada del coronavirus el consumo de antibióticos cayó a las 15 DHD de 2020.

No obstante, ese fuerte descenso durante la pandemia fue, según los expertos, “irreal”, ya que el coronavirus redujo a mínimos la circulación de otros virus y bacterias, lo que a su vez también disminuyó el consumo de muchos fármacos como los antibióticos. Pero tras el paso de la crisis sanitaria, el consumo de estos medicamentos ha vuelto a repuntar año a año en la Comunidad Foral: si en 2021 se registraban 15,52 DHD, al año siguiente fueron 18,09, y al siguiente 19,51, y a 2024 se ha llegado con un consumo comunitario –recetas de farmacias, privadas y mutuas– de 20,11 DHD, cifra similar a los años prepandemia.

33.000 muertes en la UE

El problema de hacer un mal uso de los antibióticos –consumir el que no corresponde o ante una enfermedad para la que no está indicada– provoca que algunas bacterias se vuelvan multirresistentes, es decir, que ante una infección los antibióticos no son capaces de acabar con ellas, un fenómeno que ya está teniendo graves consecuencias: según cifras del PRAN, las bacterias multirresistentes causan 33.000 muertes al año en Europa y generan un gasto sanitario adicional de unos 1.500 millones de euros.

Si seguimos consumiendo antibióticos al ritmo actual, Europa podría sufrir un retroceso a la era anterior a los antibióticos, cuando una infección bacteriana corriente, como una neumonía, podía suponer una sentencia de muerte”, advierten los responsables del programa, que recuerdan que la Unión Europea instó el año pasado a los estados miembro a reducir el consumo de antibióticos un 20% en humanos y un 50% en animales antes de 2030.