DONOSTIA. El padre Félix Juan Cabasés, que fue redactor jefe de Radio Vaticano y residió durante 30 años en Roma, ha explicado cómo ayer los miembros de la congregación de Azpeitia esperaron muy atentos la designación del nuevo Pontífice ante los diferentes televisores de la comunidad.

Desde ese momento, los padres de Loyola apenas han tenido tiempo de "intercambiar impresiones" sobre el Papa Francisco debido a la incesante sucesión de llamadas y a las entrevistas que han realizado para los medios de comunicación, ha asegurado este jesuita navarro, de 82 años, retirado en Azpeitia.

Ha señalado que ninguno de los jesuitas que viven actualmente en Loyola conoce al nuevo Papa y que tampoco existe "constancia documental" sobre alguna visita de Bergoglio al lugar donde está "la raíz" de la Compañía de Jesús, donde se produjo la conversión de San Ignacio en su casa-torre natal.

Cabasés tampoco tuvo la fortuna" de coincidir nunca con el jesuita argentino durante sus tres décadas de estancia en Roma.

Ha señalado que se encontraba en el Vaticano durante los cónclaves de 1978 en los que fueron elegidos papas Juan Pablo I y Juan Pablo II y que, al igual que ahora, nadie imaginó que Albino Luciani y Karol Wojtyla fueran a ser los elegidos.

"Pasa prácticamente siempre", explica este sacerdote, que no cree en ese tipo de "profecías" y por ello nunca quiso responder cuando le instaron a hacer vaticinios sobre el sucesor de Benedicto XVI.

Y es que asegura que el colegio cardenalicio "no funciona" como lo hacen las mentes de los periodistas.

Cabasés ha dicho que Francisco I reúne las suficientes cualidades para el Papado y ha destacado que además de ser de origen italiano, pertenece a un país de habla española, que junto a las otras lenguas latinas "constituye la porción más importante del catolicismo mundial".

Cree que el catolicismo en Iberoamérica tiene "un gran porvenir", aunque el Papa también se encontrará con "un problema importante", pues el continente, ha afirmado, "está siendo invadido por sectas protestantes de una manera clamorosa, subvencionadas por potentados norteamericanos".

"Ese es un problema que no se puede descuidar", ha advertido.