parís - Tres explosiones producidas de forma sincronizada en torno a las diez de la noche cerca del Estadio de Francia y varios tiroteos -en las terrazas de dos restaurantes y de un bar- convirtieron ayer viernes en pesadilla la noche parisina, causando una masacre que se saldó, al cierre de esta edición, con al menos 150 muertos.

Así, las fuerzas francesas del orden identificaron hasta seis puntos donde se perpetraron atentados. Algunos de esos puntos se encontraban a poca distancia de la plaza de la República de París, incluyendo la sala de espectáculos Bataclan, un edificio de 1865. Otro de los lugares, el restaurante Le Carrillon, en la calle de Alibert, se encontraba a pocos cientos de metros, junto a otro restaurante llamado Le Petit Cambodge en el distrito X de París.

Posteriormente, los terroristas se encaminaron a otro local situado cerca del canal Saint Martin, en el este de la capital, llamado Bonne Biere y abrieron fuego sobre los clientes que estaban en la terraza. Según relató un testigo presencial, Florian Guerrier, propietario de un bar vecino, se trataba de dos individuos, que iban con la cara descubierta, y que llevaban armas automáticas y abrían fuego sobre sus víctimas “a quemarropa”.

En la sala Bataclan, situada en el número 50 del Boulevard Voltaire, los asaltantes armados con Kalashinkovs dispararon desde el escenario contra los asistentes a un concierto de rock de una banda de EEUU y posteriormente tomaron como rehenes a los supervivientes, más de un centenar de personas, que se encontraban en ese momento en el interior de la conocida sala de conciertos. Al principio del asalto, una decena de rehenes consiguieron salir de Bataclan.

Las fuerzas de seguridad francesas dieron por terminado el secuestro con un asalto policial a medianoche, que se saldó con la muerte de tres terroristas, según Le Figaro, y de 70 de los rehenes.

Según un testigo en declaraciones a la emisora France Info, los asaltantes gritaban “Alahu Akbar” (“Alá es el más grande”) mientras disparaban con armas automáticas. El testigo, que hizo su relato entre sollozos, contó que estaba con su madre en la sala de espectáculos Bataclan y que varios individuos irrumpieron y empezaron a disparar. Contó que escuchó en varias ocasiones a los autores de los tiros gritar “Alahu Akbar” y que después de una ráfaga, cuando parecía que los presuntos terroristas se habían marchado, escapó con su madre.

Un periodista de la BBC contó múltiples cuerpos sin vida en la calle, mientras que otro reportero de Libération hablaba de “pesadilla”.

Las terrazas del restaurante Le Carrillon y Petite Cambodge, junto al canal Saint Martin, se encontraban atestadas de gente a las diez de la noche debido a las buenas temperaturas que se registraban. En el caso de Le Carrillon, tras los disparos los atacantes huyeron del lugar, dejando como mínimo seis muertos y unas terribles escenas de pánico.

Otro foco de los ataques fue los alrededores del Estadio de Francia en el que las selecciones de Francia y Alemania jugaban un partido amistoso, en presencia del presidente de la República, François Hollande, que fue evacuado por su equipo de seguridad. Las autoridades decidieron no interrumpir el partido para no generar pánico entre el público asistente. En el exterior del estadio se produjeron varias explosiones, que se escucharon en el interior. Hollande celebró un gabinete de crisis en el Ministerio del Interior francés, junto al primer ministro, Manuel Valls, y el titular Bernard Cazeneuve.

lugar simbólico La plaza de République y sus alrededores, que en enero escenificaron la condena de los parisinos a los atentados cometidos ese mes con una manifestación masiva, fueron ayer el epicentro de esta nueva ola de ataques terroristas que sustituyeron su habitual bullicio con un inusual vacío.

Las sirenas de los bomberos, las ambulancias y la policía, y los gritos de los agentes a quienes intentaban saltarse el cordón policial o avanzar por calles ya cerradas llenaron una noche en la que los transeúntes circulaban entre la incredulidad y el miedo. Varios cuerpos en el suelo tapados con sábanas blancas, heridos atendidos por personal sanitario antes de ser trasladados al hospital y agentes de todas las fuerzas del orden en la sala Bataclan reflejaron poco después el impacto de un ataque que se repitió en otros puntos de la ciudad. - Efe/E.P./D.N.