De manera improvisada, el joven Miguel Padilla Muñoz decidió cubrir los 800 kilómetros que separan su pueblo natal Lucena en Córdoba hasta Pamplona con su nuevo coche, con el que apenas lleva 15 días. "Me vine solo para vivir el día del Chupinazo. Pero mi objetivo principal era correr el encierro", ha indicado tras salir de Urgencias del Complejo Hospitalario de Navarra, cuando el reloj marcaba casi las 9.45 horas.

En silla de ruedas y con la pierna izquierda vendada, este andaluz de 21 años portaba en una mano el parte médico y la zapatilla de ese pie. En Mercaderes, "estaba corriendo y cada vez notaba que la manada estaba más cerca, y no podía avanzar como quería porque delante de mí cada vez se iba acumulando más gente. En una de estas me he dado la vuelta para mirar dónde se encontraban los toros, y literalmente uno de ellos me ha pisado el tobillo con la pezuña delantera derecha. Me ha tirado al suelo y me he roto la tibia", ha contado.

Operar en Córdoba

Ahora, Miguel tendrá que operarse en Córdoba de esta lesión. Como ha preferido dejar la cartera y el móvil en el vehículo durante el encierro, a su salida del hospital no había podido avisar ni a familiares ni a amigos. "He pedido un taxi para que me lleve hasta donde tengo aparcado el coche. Y ahí me organizaré para que algún familiar se desplace hasta Pamplona para marcharnos a casa", ha manifestado.

El joven, oriundo de Lucena, municipio del sur de Córdoba, ha viajado por primera vez a la capital navarra por San Fermín. "No ha salido tan bien como esperaba", ha concluido, pero con una sonrisa.