Pamplona - Una vez más, la Iglesia católica se ve envuelta en un escándalo sexual. Y, una vez más, éste está relacionado con menores que han sido víctimas durante décadas de abusos por parte de sacerdotes. El Tribunal Supremo del estado norteamericano de Pensilvania publicó ayer un informe en el que acusa a más de 300 “sacerdotes depredadores” de abusar a más de 1.000 víctimas menores de edad.

El informe se está llevando a cabo desde hace décadas durante las que se han investigado casos de abuso sexual que se remontan hasta 1947 en seis diócesis: Allentown, Erie, Greensburg, Harrisburg, Pittsburgh y Scraton. “Los sacerdotes violaron a niños y niñas y los hombres de Dios que eran sus responsables no solo no hicieron nada, sino que lo ocultaron durante décadas”, afirma el informe, según la cadena estadounidense CNN. “Monseñores, obispos auxiliares, obispos, arzobispos y cardenales han sido protegidos en su mayoría”, asevera. El tribunal ha informado de que “casi todos los casos de abusos” que han encontrado son “demasiado viejos para ser enjuiciados”. Sin embargo, se han presentado cargos contra dos sacerdotes, uno de la diócesis de Erie y otro de Greensburg. Ambos, acusados de abusar de menores. El cura de la diócesis de Erie confesó haber cometido en los años ochenta violaciones anales y orales a al menos 15 chicos, uno de ellos de solo siete años.

El informe consta de 1.356 páginas llenas de relatos escalofriantes y ejemplos de impunidad durante siete décadas. Un informe amplio y exhaustivo sobre el abuso sexual infantil dentro de la Iglesia católica jamás producido en Estados Unidos. Casos que la cúpula eclesiástica católica encubrió y toleró los abusos perpetrados por más de 300 curas.

ejemplos Abundan los ejemplos escabrosos. Un cura violó a una niña de siete años cuando fue a visitarla al hospital después de que la operaran de amígdalas. También hubo un sacerdote que acabó dimitiendo tras años de acusaciones pero eso no impidió que la iglesia le hiciera una carta de recomendación para su siguiente empleo: el complejo Walt Disney World.

Casos que en todo momento han sido encubiertos por la Iglesia. En 1986 un obispo descubrió que un reverendo había masturbado a u adolescente varias veces en la anterior década con el pretexto de enseñar a la víctima sobre cómo descubrir posibles signos de cáncer. Cuando el padre de uno de los niños abusados se quejó, la respuesta que recibió del arzobispado fue pedirle “discreción” y que evitara buscar nueva información porque sería “dañino e innecesario. Es obvio en este momento que no está pendiente o se está considerando ninguna acción legal”, escribió el obispo.

En la ciudad de Pittsburgh, la cúpula eclesiástica desestimó las queja de un chico de 15 que acusó de abuso a un cura. El argumento expuesto fue que el joven había “buscado” al sacerdote y le “sedujo para iniciar una relación”. En su evaluación interna, la iglesia destacó que, aunque el sacerdote había admitido haber llevado a cabo actividades “sadomasoquistas” con varios niños, esas eran “suaves”. El cura acabó siendo detenido. En esa misma ciudad existió una red de curas que se coordinaban entre ellos para utilizar “látigos, violencia y sadismo al violar a sus víctimas”, según detalla el informe.

Los investigadores han mostrado su descontento por no recibir documentación reciente. Aún así, las pesquisas sugieren que, pese a las reformas prometidas por la cúpula eclesiástica estadounidense y el Vaticano, los patrones de encubrimiento no han desaparecido del todo. - D.N.