Eurotúnel, 25 años uniendo Reino Unido al continente
La sombra del ‘brexit’ planea ahora sobre esta importante infraestructura que “confía” en su futuro
París - La sombra del brexit planea sobre el eurotúnel ahora que se cumplen veinticinco años de la inauguración de este paso submarino, que arrastra una historia de fiasco financiero, pero sobre todo de acercamiento entre el Reino Unido y la Europa continental.
Getlink, la empresa concesionaria de estos 50 kilómetros de túnel ferroviario entre la terminal francesa de Coquelles y la inglesa de Folkestone, se muestra confiada en el futuro de su actividad a medio y largo plazo. En caso de un brexit sin acuerdo, el impacto para su negocio durante las primeras semanas podría traducirse en unos 15 millones de euros menos de resultado bruto operativo, es decir, ni siquiera el 3% del que obtuvo en 2018.
Las eventuales subidas de precios por el restablecimiento de controles aduaneros y fronterizos, explica una portavoz, no retraerán ni a sus pasajeros (con un poder adquisitivo superior a la media), ni a las empresas que lo utilizan para sus mercancías, de alto valor añadido en su mayor parte.
Las cifras que ilustran esa confianza son elocuentes: en el primer trimestre de este año, el alza de sus ingresos globales fue del 5%, y en todo 2018 circularon por el túnel 1,7 millones de camiones y 2,7 millones de coches, y utilizaron los trenes Eurostar 11 millones de pasajeros.
el 26% de los intercambios El eurotúnel representa el 26% de los intercambios comerciales entre el Reino Unido y la Europa continental. Por allí pasa el 34% de los productos que España exporta a ese país, entre los que hay muchas frutas y hortalizas, para las que la rapidez en el transporte y la fiabilidad en el tiempo del trayecto son criterios importantes.
El proyecto de enlace ferroviario submarino se formalizó el 12 de febrero de 1986 con el Tratado de Canterbury entre Francia y el Reino Unido que, por voluntad de la entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher, estipulaba que la concesión privada (hasta 2086) asumiría los riesgos financieros.
“Not a public penny” (Ni un penique público) fue la frase de Thatcher que consagró ese principio, de la que se acordaron durante años los accionistas. - Efe
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