- La asociación hispanorusa en Navarra vive con angustia, vergüenza y miedo el ataque ruso a Ucrania. Así lo reconoce Irina Riabtseva que lleva más de 20 años afincada en Navarra aunque parte de su familia vive en Rusia. "Es horrible, no tengo palabras, aunque algunas hemos sido más alarmistas sobre lo que podía suceder, la verdad es que no esperábamos que los acontecimientos se precipitaron tan rápidamente", señaló. "No hay razones ni justificaciones y lo vivimos con dolor", aseguró.

"En apenas unas horas hemos visto cómo avanzaba la ofensiva militar y llegaban hasta la capital Kiev. Toda Ucrania ha sido bombardeada y bajo el pretexto de hacer desaparecer las infraestructuras militares también se ha atacado objetivos civiles", relata Irina que reconoce que la información que llega del régimen ruso está muy mediatizada. "La única manera de conocer lo que está ocurriendo es a través de un canal de pago que, amenazan con cerrarlo, mientras que las televisiones estatales no dicen la verdad". "El círculo que yo conozco no se alegra en absoluto del ataque, al contrario, les entristece profundamente y se muestran preocupados", abunda. La aspiración rusa sobre Ucrania se veía venir desde hace tres años, asegura. "Tiene todo el poder político y militar, y la población se muestra angustiada con lo que puede ocurrir. Se ha erradicado a todas las fuerzas de la oposición, personas que o bien están fuera de Rusia o han sido encarceladas o asesinadas". "Sentimos también vergüenza porque como pueblo no hemos sabido contrarestar un poder que se asemeja a los tiempos de Stalin y de la dictadura soviética", subraya.

"El temor es que el ataque provoque una respuesta militar de otros países y que se pueda desatar una guerra de características similares a la II Guerra Mundial", indica. "La gente quiere paz no guerra", asegura quien no olvida que Rusia posee un número importante de armas nucleares. Irina asegura que las relaciones entre rusos y ucranianos son fluidas en Navarra y en el resto de comunidades, un vínculo que no procede solo de las comunidades ortodoxas. "Lo que queremos es paz y poder vivir sin esa presión constante", asume.

Tampoco Julia Vronscalla tiene palabras para definir lo sucedido. "Nunca pensé que las amenazas de Putin iban en serio, siempre creí que todo era un show, movimientos para provocar, nada más", señala. "Creemos que puede ser una guerra corta y rápida pero es impredecible lo que puede ocurrir", indica. "Yo soy de Moscú y la mayoría de la población moscovita está en sock tras el ataque. No lo esperaban". Asegura además que la población de Moscú "es seguro que rechaza el ataque. "La relación entre rusos y ucranianos es muy buena, nuestro apoyo y ánimo en este momento es innegable", agrega.

Por otro lado, el patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia, máximo representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa, instó ayer a "todas las partes" implicadas a "evitar víctimas civiles" en Ucrania y ha pedido oraciones para "el rápido restablecimiento de La Paz". Kirill se ha dirigido a los fieles y los clérigos de la iglesia ortodoxa rusa y ha expresado su "profundo y sentido dolor" ante el "sufrimiento de las personas causado por los eventos que se suceden" en un mensaje publicado este miércoles en el que no se refiere específicamente a la ofensiva militar de Rusia en el este de Ucrania. "Como Patriarca de Rusia y primado de la Iglesia, cuyo rebaño está en Rusia, Ucrania y otros países, siento empatía hacia todos aquellos que han sido golpeados por la desventura", señaló.

"La gente está preocupada y tiene miedo de lo que

puede ocurrir en Rusia"

Asociación hispanorusa en Navarra