El actual primer ministro en funciones de Líbano, Nayib Mikati, que partía como principal favorito para revalidar el cargo, ha sido finalmente elegido con 54 votos a favor frente a los 24 cosechados por su principal oponente, Nauaf Salam, exembajador libanés ante la ONU y juez en el Tribunal de Justicia.

Según ha recogido 'L'Orient Le Jour', del total de votos, 127, ha habido 47 en blanco, uno para el candidato Raua Hallab y otro para el exprimer ministro Saad Hariri, quien intentó durante meses ensamblar un Ejecutivo y finalmente dimitió entre tensiones con el presidente, Michel Aoun, para abandonar la política.

Anteriormente, 72 parlamentarios ya habían trasladado al presidente Aoun, su recomendación de cara al nombramiento, 31 de los cuales habían apoyado a Mikati, mientras que catorce respaldaron a Nauaf Salam y 26 prefirieron no dar su apoyo a ningún candidato.

Por su parte, los 19 parlamentarios de Fuerzas Libanesas han optado por no respaldar a ningún candidato, mientras que entre los apoyos de Nauaf figuran los ocho parlamentarios del bloque del líder de la comunidad drusa libanesa, Ualid Yumblat, y cuatro de Falange Libanesa.

Mikati, quien antes de la elección ya partía como favorito, no cuenta con el apoyo de los dos principales partidos cristianos del país, el Movimiento Patriótico Libre (FPM) de Aoun y Fuerzas Libanesas.

En su discurso de agradecimiento, ha señalado que hay un gran desafío por delante debido a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como por el aumento de los precios de la electricidad.

"Colaboremos todos hoy para salvar nuestra patria y sacar a nuestro pueblo de lo que en ella se tambalea, porque la responsabilidad de salvarla es una responsabilidad colectiva y no una responsabilidad individual", ha subrayado en un comunicado.

La crísis política del país 

Mikati fue nombrado primer ministro en septiembre de 2021 tras trece meses de bloqueo político después de la dimisión de Hasán Diab a raíz de las explosiones registradas el 4 de agosto de 2020 en el puerto de la capital, Beirut, que dejaron más de 200 muertos y enormes daños materiales.

Antes de su nombramiento recibieron el encargo Mustafá Adib, quien renunció un mes después ante su incapacidad de formar Gobierno, y el también exprimer ministro Saad Hariri, quien intentó durante meses ensamblar un Ejecutivo y finalmente dimitió entre tensiones con Aoun para abandonar la política.

Las parlamentarias de mayo se saldaron con un varapalo para Hezbolá y sus aliados, que perdieron la mayoría absoluta en el organismo legislativo, mientras que dieron un espaldarazo al líder de Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, y a numerosos candidatos independientes que lograron escaño.

Las elecciones fueron consideradas clave para el futuro del país, sumido en una gravísima crisis política y económica agravada por las explosiones en el puerto de Beirut y la pandemia de coronavirus, que han dejado a parte de la población sumida en la pobreza y ante los cortes eléctricos y el aumento de los precios de los productos básicos.