El Tribunal Supremo de EEUU ha decidido este jueves que la Agencia para la Protección del Medio Ambiente del país (EPA) no tiene competencias para recomendar políticas de transición energética limpia a las plantas de producción del país, en un varapalo a las iniciativas a este respecto planteadas por el presidente, Joe Biden.

Como ya sucediera con la revocación del derecho constitucional al aborto, el dictamen sobre esta interpretación de la Ley para la Energía Limpia ha sido declarado con los votos favorables de los seis jueces conservadores del Supremo frente a la opinión de los tres magistrados liberales.

El veredicto mantiene no obstante las competencias de la EPA a la hora de regular las emisiones de gases contaminantes que emiten las plantas energéticas del país.

Ahora bien, cualquier medida futura para abordar la contaminación por dióxido de carbono deben limitarse a las restricciones impuestas en plantas de carbón específicas, en lugar de presionar a las empresas para que cambien del carbón a fuentes de energía renovable.

Los solicitantes, un combinado de estados conservadores y empresas de carbón, han conseguido así impugnar una decisión del Tribunal Federal de Apelaciones, poniendo fin a una batalla legal que comenzó durante la Administración Obama.

El sector energético de EEUU es la segunda fuente más grande de emisiones de gases de efecto invernadero del país, con más de 3.300 centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles, incluidas 284 instalaciones alimentadas con carbón, según la Agencia de Información Energética, en datos recogidos por ABC News.