El primer ministro francés, Gabriel Attal, anunció ayer entre sus prioridades que hará reformas para reducir el número de trabajadores en el umbral del salario mínimo y para desbloquear la vivienda con medidas de choque que eleven la oferta, como requisar edificios vacíos. “No podemos aceptar una Francia en la que muchos están condenados a quedarse próximos al salario mínimo toda su carrera”, aseveró Attal en un discurso en la Asamblea Nacional en el que presentó de manera general las que serán las principales líneas de acción de su gobierno, inaugurado el pasado 9 de enero.

Attal hizo hincapié en el valor del trabajo y avanzó reformas en el sistema de desempleo. Pero sobre todo recalcó la “paradoja” de que Francia tiene el orgullo de contar con un salario mínimo notablemente más alto que sus vecinos europeos (1.766,92 euros), a la vez que el problema de que, en comparación, una mayor proporción de empleados se encuentran en ese nivel o muy próximos.

Por ello, el primer ministro anunció reformas para recompensar mejor el trabajo, que aparecerán en la próxima ley de finanzas. Se basarán, dijo, en las “propuestas de los parlamentarios, los actores sociales y una serie de trabajos de expertos actualmente en curso”.

La vivienda fue otro de los asuntos destacados de la intervención de Attal, un sector que, según admitió el primer ministro, necesita desbloquearse con un ‘shock’ de oferta.

El aborto en la constitución

Por otra parte, la Asamblea Nacional francesa aprobó ayer la mención en la Constitución de la “libertad garantizada” de las mujeres a abortar, una modificación impulsada por el Gobierno de Emmanuel Macron que deberá ser después debatida en el Senado, de mayoría conservadora.

El cambio constitucional, que de hacerse realidad convertiría a la Carta Magna francesa en la única vigente en todo el mundo que garantiza de manera explícita el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, se aprobó por 493 votos a favor y 30 en contra.