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Asfixia en Gaza y acusación de genocidio: dos años de la ofensiva que aterra al mundo

El 7 de octubre de 2023 Hamás lanzó un ataque contra Israel, que respondió con una devastadora ofensiva

Asfixia en Gaza y acusación de genocidio: dos años de la ofensiva que aterra al mundoHAITHAM IMAD / EFE

Apenas queda nada de lo que existía en Gaza antes del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás asesinó a 1.200 personas y secuestró a 251. Israel comenzó entonces una ofensiva en la que han muerto más de 67.000 palestinos, la mayoría civiles, calificada de genocidio por expertos en derecho internacional y una comisión de la ONU.

Dos años después, estas son las claves que explican cómo la ofensiva contra Gaza convulsionó primero la región y después, el mundo.

Más de un niño cada hora 

Las tropas israelíes controlan el 82% del territorio de Gaza (OCHA), considerado zona militar prohibida o bajo órdenes de evacuación forzosa. Israel ha exterminado familias y barrios enteros, el 92% de las viviendas han sido dañadas o destruidas, según la ONU, y solo 14 hospitales (de 36) funcionan de forma parcial.

Más del 10% de la población en Gaza ha sido asesinada o herida, con unos 168.000 heridos y más de 20.000 niños muertos, entre ellos más de un millar que no llegaron a cumplir su primer año de vida, según Sanidad gazatí. Esto equivale a más de un niño muerto cada hora.

La mayoría de los dos millones de gazatíes malviven hacinados han sido desplazados múltiples veces. Israel continúa destruyendo de forma sistemática torres y viviendas en la capital, tras haber arrasado el norte del enclave –las urbes hoy fantasma de Yabalia, Beit Hanoun y Beit Lahia– y la ciudad sureña de Rafah, cuya invasión en mayo de 2024 fue considerada una “línea roja” para el expresidente de EEUU Joe Biden.

20.000 niños asesinados. Israel comenzó el 7 de octubre de 2023 una ofensiva en la que han muerto más de 67.000 palestinos. Más del 10% de la población en Gaza ha sido asesinada o herida, con unos 168.000 heridos y más de 20.000 niños muertos, entre ellos más de un millar que no llegaron a cumplir su primer año de vida, según Sanidad gazatí. Estos datos equivalen a más de un niño muerto cada hora.

640.000 sufrían hambre “catastrófica”. El pasado 22 de agosto, la ONU confirmó la existencia de una hambruna en la gobernación de Gaza (donde se sitúa la capital), después de que expertos advirtieran que más de 640.000 gazatíes sufrían hambre “catastrófica”. Desde marzo, Israel bloquea la entrada masiva de ayuda humanitaria mediante camiones de la ONU. Durante estos dos años, el alimento ha llegado a cuentagotas, pero también las tiendas de campaña, las medicinas o la gasolina, debido a un sistema de inspección múltiple descrito por las ONG como arbitrario.

Asesinatos de informadores 

Las tropas entraron en Gaza el 27 de octubre de 2023, y desde ese mes Israel prohíbe a la prensa extranjera acceder al enclave. Solo ha facilitado viajes empotrados con el Ejército, visitando zonas elegidas por ellos y sin la posibilidad de ver o interactuar con gazatíes.

Además, también ha asesinado de forma sistemática a los informadores palestinos, matando al menos a 252, según el Gobierno gazatí, que cuenta también a influencers. 

Líbano, Siria, Irán, Yemen y Catar 

Israel ha bombardeado en estos dos años otros cinco países e invadió el sur del Líbano tras una campaña de bombardeos masiva en la que mató al líder de Hizbulá, Hasán Nasrala.

Las tropas tampoco han abandonado el sur de Siria tras la caída del régimen de Bachar al Asad, país que Israel bombardea de forma frecuente. En Irán, Israel comenzó una ofensiva aérea –tomando el cielo de Teherán– el pasado 13 de junio, en la que EEUU bombardeó instalaciones nucleares.

Misiles iraníes cayeron en Tel Aviv y al menos 31 personas murieron en doce días en Israel, frente a más de 900 fallecidos en Irán. Por su parte, los hutíes rebeldes de Yemen, en solidaridad con los gazatíes, lanzan misiles cada semana contra Israel, a los que este responde atacando el puerto y la capital Saná.

Israel mató en agosto al primer ministro hutí y la mayoría del gobierno, y un mes después a una treintena de periodistas al bombardear las oficinas de un periódico.

En un ataque sin precedentes, Israel bombardeó el pasado 9 de septiembre la capital catarí de Doha, donde se reunían líderes de Hamás. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió semanas más tarde perdón por el bombardeo, después de que Donald Trump le presionara tras una reunión en la Casa Blanca en la que anunciaron su plan para poner fin a la ofensiva en Gaza.

Muertos por malnutrición 

Desde octubre de 2023, y de forma significativa este verano, más de 450 gazatíes han muerto por hambre y desnutrición, entre ellos 150 niños, según las cifras de Sanidad.

El pasado 22 de agosto, la ONU confirmó la existencia de una hambruna en la gobernación de Gaza (donde se sitúa la capital), después de que expertos advirtieran que más de 640.000 gazatíes sufrían hambre “catastrófica”.

Desde marzo, Israel bloquea la entrada masiva de ayuda humanitaria mediante camiones de la ONU. Durante estos dos años, el alimento ha llegado a cuentagotas, pero también las tiendas de campaña, las medicinas o la gasolina, debido a un sistema de inspección múltiple descrito por las ONG como arbitrario.

Acusaciones de genocidio 

Sobre todo en el último año, Israel se ha visto más aislado con protestas globales y en contra de su participación en eventos culturales, deportivos o académicos.

Un comité de la ONU y organizaciones de derechos humanos califican lo ocurrido en Gaza como un genocidio, y países como Brasil han acusado a Netanyahu de genocida, lo que le valió a su presidente, Lula da Silva, el designio de persona non grata.

Otros como Colombia han roto relaciones diplomáticas, mientras que España ha impuesto un embargo a la compra y venta de armas y material defensivo a Israel.

Además, 20 países han reconocido formalmente el Estado de Palestina desde octubre de 2023, entre ellos aliados históricos de Israel como Reino Unido o Francia. Israel insiste en que este Estado nunca será una realidad.

La Haya, el campo de batalla judicial contra Israel

Dos años después del ataque de Hamás que precedió a la actual ofensiva israelí en Gaza, el frente judicial se concentra en La Haya, donde la Corte Penal Internacional (CPI) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se han convertido en escenarios centrales de la batalla para frenar a Israel, en medio de acusaciones de crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio.

La CPI, que juzga a individuos por crímenes graves cuando los Estados no pueden o no quieren hacerlo, emitió en noviembre de 2024 órdenes de arresto contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa Yoav Gallant por crímenes de guerra y lesa humanidad en Gaza, incluido el uso del hambre como arma contra la población civil.

La corte, que no reconoce la inmunidad por cargo, no puede proceder con el juicio hasta que los sospechosos sean arrestados y trasladados a La Haya. No obstante, las órdenes de arresto, avaladas por los jueces en noviembre pasado, fueron en sí un giro decisivo en esta batalla judicial para frenar la presunta comisión de crímenes en Palestina.

Fue la primera vez que un tribunal internacional apuntaba directamente contra la cúpula israelí, y la reacción fue inmediata: EEUU sancionó a jueces y fiscales de la Corte, mientras Hungría –que recibió a Netanyahu en su territorio sin detenerlo– anunció su retirada del Estatuto de Roma, el tratado fundacional del tribunal.

Y ahora los expertos alertan de que nuevas sanciones estadounidenses podrían llegar en las próximas semanas, lo que implica que bancos, proveedores de software y otros servicios tienen prohibido tratar con los funcionarios sancionados.

En paralelo, la CIJ, máximo tribunal de la ONU, examina dos procesos clave. Sudáfrica demandó a Israel en diciembre de 2023 por genocidio en Gaza, y aunque el caso tardará años en resolverse, la Corte ya dictó medidas cautelares a lo largo del año pasado que obligan a Netanyahu a evitar cualquier acto de genocidio y a permitir la entrada de ayuda humanitaria. Esas medidas no frenaron la ofensiva, pero situaron al Estado hebreo bajo un escrutinio jurídico sin precedentes.

Además, en otro caso de 2024, la CIJ concluyó que la ocupación y la construcción de asentamientos israelíes en Palestina son ilegales, que el bloqueo de Gaza viola derechos fundamentales, y que Israel debe cesar esas actividades, retirar a los colonos y reparar los daños.

En este segundo aniversario, la situación humanitaria en Gaza se ha convertido en un caso de prueba para el futuro de la justicia internacional y para el papel de La Haya en un mundo cada vez más dividido entre quienes apuestan por reforzar la rendición de cuentas y quienes ven en los tribunales un instrumento de confrontación política.