La Voz de la Merindad, una de las publicaciones comarcales más antiguas de Navarra, celebra estos días su 80º aniversario. La revista que nació en 1929 como semanario, actualmente convertida en quincenal, ha vivido distintos momentos, pasando por dictaduras, repúblicas y sobreviviendo a varios cierres y reaperturas. Siempre pegada a la tierra y a los pueblos de donde toma su nombre, la revista se ha convertido en un referente de información local para todos ellos; pocos serán los acontecimientos y las personas que no se hayan visto reflejados puntualmente en sus páginas.
Estos días el Centro Cívico de Tafalla acoge una exposición con toda la historia de la revista, recogiendo caricaturas de varios de los personajes que han sido entrevistados o portadas de números antiguos y actuales.
los inicios
Otros medios nacieron antes
Antes del nacimiento de la revista La Voz de la Merindad, otras publicaciones habían visto la luz en Tafalla y la comarca. De ese modo, el 16 de agosto de 1906 salió publicado El Tafallesico, periódico impulsado por Nicolás Giral. Este medio nació con vocación anual de fiestas, llegando a ser la publicación tafallesa más amena y desenfadada del siglo; en 1915 se publicó El Tafallés, conocido como el periódico festivo, editado por Maximino Albéniz; el 15 de agosto de 1929 salió al mercado una nueva publicación con la denominación de El Tafallesico. En ella escribían, entre otros, José Colio, Miguel Guirguet, Julio Martirena o José Berruezo, todos ellos bajo la dirección de José María Valencia. De este grupo surgiría después, en 1929, la fundación de La Voz de la Merindad.
Pero, junto con los que salieron adelante en aquella época también hubo medios escritos que no fructificaron, como el periódico La Voz de Tafalla, promovido en 1917 por Pío Arregui, o la propuesta del periodista pamplonés Antonio Gárriz de crear un medio que cubriese la información de toda la comarca en 1927, bajo la cabecera de La Voz del Distrito.
entre dictaduras
Republicana y vasquista
Tras las fiestas de 1929, el 9 de septiembre apareció el primer número de La Voz de la Merindad. Dirigido por José María Valencia, José Colio, José Berruezo, Ignacio Bendariena y Miguel Guirguet, contó con el apoyo del conspicuo José María Azcona, quien escribió varias colaboraciones. Desde un primer momento la revista reflejó la ideología del equipo impulsor, basada en el desacuerdo con la dictadura de Primo de Rivera, aplaudiendo la llegada de la II República y defendiendo los Fueros y el Estatuto Vasco-Navarro.
En aquella época, a falta de los medios digitales los periodistas trabajaban con sus máquinas manuales mientras que las imprentas utilizaban la linotipia. De ese modo llegaron a recoger noticias y crónicas que a día de hoy ayudan a conocer la historia local. Entre otros temas, leyendo sus páginas antiguas se puede saber que en 1929 funcionaba el aeródromo del Plano y que los pilotos invitaron a algunos vecinos a subir y ver la ciudad desde el cielo. Parece ser que el único que se atrevió a hacerlo fue Carmelo Jiménez, convirtiéndose posiblemente en el primer tafallés que montó en avión.
Con la llegada del franquismo la revista tuvo que cerrar la persiana el 29 de agosto de 1937, tras ocho años de existencia, con 416 números editados, siendo hasta la época el medio comarcal de mayor duración. Tras 35 años de parón, el 28 de julio de 1973 volvió a nacer el semanario Merindad, que se publicó a lo largo de 14 años utilizando los métodos tradicionales. Este semanario también tuvo que cerrar en 1987 puesto que el Ayuntamiento no veía con buenos ojos este medio escrito. En su defensa, muchos de los escritores que formaron parte de aquel semanario se unieron y formaron la Asociación Merindad, editando durante 10 años el extraordinario de fiestas. Ya en 1999, con el apoyo de la sociedad Altaffaylla la revista llegó a los kioscos de modo mensual, dando el salto a quincenal en el año 2006.
cantera literaria
Cuna de la bibliografía tafallesa
Durante las distintas etapas de la revista fueron varios los escritores que llenaron con sus textos las páginas del medio impreso. En los años 30 escribieron en sus páginas autores como José Berruezo, Miguel Guirguet, José Cabezudo o Pedro María Ciprés; en los años 70-80 lo hicieron firmas tan prestigiosas como José María Jimeno Jurío, Juan Mari Ansa, Alfredo Hualde, Marina Aoiz, Rosa Barásoain o José Mari Esparza, entre otros. En torno a todos ellos está casi toda la bibliografía tafallesa del siglo XX y docenas de libros sobre Tafalla y la Comarca tuvieron y tienen su génesis en la revista.